Amor Escarlata(NatsuxErza)(Narza)

Capítulo 1: Asumiendo la responsabilidad

El joven Natsu se despertó con un fuerte dolor de cabeza, todo le daba vueltas, su visión era borrosa en ese momento, se froto los ojos tratando de mejorar su vista y respiro para tratar de asimilar lo que estaba ocurriendo. 

Una vez pasado el dolor y su vista ya estaba clara se vio en la enfermería, delante suya un espejo le mostraba que llevaba una venda que cubría su frente, una mesita al lado, un escritorio, un botiquín, un armario con ampollas...realmente si, estaba en la enfermería y no sabía como había llegado hasta allí. 

  — ¿Qué hago aquí?— se preguntaba mirando a todos lados.

Un pequeño pinchazo en la cabeza le hizo recordar un poco donde una mujer pelirroja lo golpeaba de forma bruta estampando a este contra una pared. También recordó que estaba en un gremio aunque desconocía el nombre de este, se levanto y en ese instante entro una mujer con el pelo blanco y una sonrisa amable.

— Natsu, ya has despertado, ¿te encuentras mejor?— pregunto ella acercándose un poco más.

— Si...esto...¿quien eres?— Natsu miraba a la chica de arriba a abajo, por algún motivo le era familiar.

— Soy Mirajane, veo que aún tienes amnesia— dijo algo triste ella.

— Sera mejor que me vaya, debo...debo...— no le salían las palabras.

— Debes reposar, tienes que recuperar la memoria, puede resultar confuso ahora pero ya verás como poco a poco iras recordando a tus amigos— la joven trato de animarle con su sonrisa.

Natsu decidió seguir descansando, puede que no lo aparentase pero esa mujer tenía un poder enorme, podía sentirlo así que era mejor no hacerle frente por ahora.

— ¿Ya ha despertado Natsu?— pregunto una voz femenina desde fuera, le era incluso más familiar.

— Si Erza, pasa— ella se fue dejando a la maga entrar.

Cuando Natsu vio entrar a la joven por la puerta un miedo le invadió todo el cuerpo, no era por su poder sino por los golpes que ella le había dado, ahora lo recordaba y no quería estar cerca de esa mujer.

— ¡Mira por favor no me dejes al lado de esta mujer!— dijo cubriéndose con las sabanas y temblando.

— Natsu deja ya de hacer el tonto— le quito la sabana dejando ver al chico su rostro.

— ¿Qué...eres?, ¿un demonio?, no he conocido nunca a una mujer con tan mal carácter...¿acaso eres un hombre que se hace pasar por mujer?— aquello le sentó mal a Erza, ¿tan poco femenina le veía?, nunca le dio importancia pero escucharlo de su propio compañero era distinto.

 — Natsu...yo...lamento haberte golpeado...por favor perdóname— cabizbaja se sentó en la cama cerca suya.

  El joven no sabía que decir, verla triste  le producía un dolor en su pecho, era como si le doliera tanto como a él.

— No...no pasa nada— dijo mirando a otro lado.

— Como es mi culpa, tomare la responsabilidad, me encargare de que recuperes tu memoria— ella parecía muy convencida.

Erza convenció al maestro de llevar al joven a Fairy Hills a su propio cuarto, total tenía cinco para ella sola por lo cual no había problema, con la encargada del lugar, ella le convenció hablando de manera amable, o lo que Erza podía considerar amable.

— Esto...es gigantesco— dijo el chico entrando por la puerta.

Al principio le daba mucho miedo pero al verlo pensó que quizás no era tan malo haberse golpeado la cabeza, dejo sus cosas en un cuarto y se puso a arreglarlo.

— Voy a buscar las fotos que tenemos del gremio para que trates de recordar— Erza dejo la habitación para ir a buscarlas.

Natsu se sentó en la cama, era muy cómoda, blanda, cerca se encontraba la ventana por la cual entraba el sol, los días de lluvia debían ser muy buenos cuando escuchas las gotas de agua tan cerca tuya.

  — Si que vive bien esta mujer— se tumbo y miro el techo esperando a que la joven viniera, poco a poco le fue venciendo el sueño.

Cuando Erza volvió se lo encontró durmiendo de forma tranquila, dejo las fotos en una mesa y se marcho a hacer algo de cenar, a lo tonto el tiempo ya había pasado y la noche cayo enseguida. Cuando estaba preparando la mitad de la cena escucho unos pasos y vio a Natsu moviendo la nariz olfateando, el olor le había despertado.

— ¿Qué huele tan bien?— pregunto el joven mientras se acercaba.

— Tu plato favorito, carne, mucha carne— respondió ella con una sonrisa.

— Gracias...esto...¿Reza?— pregunto este rascando su cabeza.

— Erza, Erza Scarlet— corrigió ella tratando de no enfadarse.

Se sentaron a cenar tan pronto como esta estuvo terminada, el chico tenía mucha hambre y saboreaba cada pedazo, estaba muy bueno con la salsa, especias y se deshacía en la boca haciendo que fuera muy fácil de comer.

— Tranquilo hay más, no tienes que tener prisa— comento viendo lo rápido que comía.

— ndsjafbs fjdnjpdas— con la boca llena.

— Traga primero idiota— dijo enojada.

El chico casi se atraganta de no ser por Erza que le dio unas palmadas en la espalda.

— Eres un poco bruta pero cocinas muy bien, seguro que serás una gran esposa para tu novio— dijo mientras volvía a comer.

La maga roja por completo no sabía que decir, aquello no se lo esperaba y mucho menos de Natsu.

— Yo...no tengo novio— comento ella mientras empezaba a comer.

— Si fueras menos bruta tal vez encontrarías uno— un pequeño golpe en la cabeza, esta vez si fue pequeño.

— ¿Ves?, pero supongo que eso esta bien, eres una gran peleadora— dijo con la mejor de sus sonrisas.

Erza solo esbozo una pequeña sonrisa mientras trataba de mantener lejos de la vista del chico su sonrojo.

— Espero que pueda recuperar la memoria pronto, me gustaría recordar todos los momentos que hemos pasado juntos y no quiero olvidar nada— dijo cabizbajo.

Ella se levanto al escucharlo, se coloco detrás suya y le dio un tierno abrazo por la espalda para tranquilizarle.

— Te ayudare, confía en mi— le susurro al oído.

— Gracias...— inevitablemente se le dibujo una pequeña sonrisa al dragón slayer.

Continuara

En el próximo, Capítulo 2: Algo ha cambiado en mi corazón.

PD:  Como siempre agradezco vuestro apoyo, solo soy un humilde servidor al Narza jeje.

Hay dos clases de hombres: A los que les gusta el Narza¡hombres, otooko! y a los que no les gusta el Narza, meeen.

¿Qué clase de hombres sois vosotros?.