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Maraton 2/3
-¡Mas! ¡Ábrete más!
-¡¿Como mierda me voy a abrir más, me voy a partir en dos?!
-No tiene que doler Dante, tienes que sentir placer
-Pues entonces algo estamos haciendo mal.
-Pon la pierna aquí... Si... Así... Ahora coloca las manos por delante... Muy bien.
-Dios... Quién me manda a mi a hacer esto.
-¡Pero aguanta, no te caigas!
-¡Se acabó! Creo que con los diez minutos que llevamos, es suficiente.
Se deja caer en el suelo y yo suspiro apagando la televisión.
La mujer que estaba dándonos las instrucciones desaparece y yo me dejo caer a su lado.
-Lo has hecho bien, para ser hombre.
Me fulmina con la mirada y río, esquivando su almohada.
La cosa número 31 en la lista de Hannah era hacer yoga.
Claramente le tocaba a él, pero como yo solía hacer yoga y sabía mas o menos algo, pues decidí acompañarle.
Tres.
Tres vecinos subieron a quejarse de los gritos de dolor de Dante. Una incluso me preguntó que si le maltrataba.
Suspirando, me levanté y tras ducharme, sonreí al asomarme al salón y verle tumbado, dormido.
Me acerco a él y toco su entrecejo, y de inmediato deja de fruncir el ceño.
Se ve más joven cuando no frunce el ceño. Me acerco para dejar un beso sobre su frente.
Miro el reloj.
Son solo las nueve y media de la noche, aún tengo tiempo de ir a ver cómo están mi hermana y mi abuela y volver aquí.
Hace mucho que no las visito.
Así que tras secarme el pelo con el secador, me puse mi chaqueta y mis zapatillas y salí sin hacer ruido.
No me molesto en dejar una nota, ya que no pienso tardar y estaba segura de que con el sueño pesado que tiene, cuando vuelva, le encontraré en la misma posición.
Llego a casa y me alegro de haber decidido visitarlas ya que el grito de mi hermana junto a la sonrisa de oreja a oreja de mi abuela, me hicieron sentir culpable de aparecer poco por aquí.
Me senté junto a ellas en el sofá, y recibí con gusto el plato que mi abuela me dejó en el regazo.
Había sobrado un poco de arroz y pollo de la cena, y lo devoré mientras mi abuela me informaba de la paliza que les dió a sus enemigas en el bingo.
Me parto de risa cuando más tarde decidimos mi hermana y yo jugar con ella al bingo online, y nos volvió a ganar.
-Yo creo que ésta a hecho un pacto con el diablo o algo, a mi no me engaña- gruñe mi hermana cuando me despedí de mi abuela, ya decidiendo volver cerca de las once.
Mi hermana me compaña hasta la puerta y la entrecierra.
Mi sonrisa se borra y elevo una ceja cuando me mira y aprieta los labios.
Siempre que hace eso es que tiene algo que contar. Somos hermanas, la conozco de arriba a abajo.
-Suéltalo.
Me apoyo contra la puerta y observo cómo empieza a llover.
Menos mal que estamos bajo el balcón que tenemos arriba, así evitamos mojarnos.
-Estoy conociendo a un hombre y...
Me tapa la boca cuando el grito sale de ella.
Me mira divertida cuando le quito la mano de mi boca y le empiezo a preguntar sobre cada tipo de detalle.
-Pues le conocí en el trabajo, es nuevo, y es el único que no me ha hablado solo para entrarme o para invitarme a una copa- me maravillo al verla sonreír como tiempo no lo hizo por un hombre.
Mis ojos se humedecen y la atraigo hacia mí para darle un abrazo. Me cuenta que se lo piensa contar mañana a la abuela y yo la apoyo en la decisión...
-Solo prométeme que te cuidarás- susurro cerca de ella.
Asiente tras suspirar y me da un beso en la frente antes de tenderme un paraguas.
Le vuelvo a decir lo orgullosa que estoy de ella antes de ponerme a caminar hacia el bloque de apartamentos.
Me alegraba demasiado por ella. Desde lo que ocurrió con ese malnacido, estuvo muy cerrada.
Los primeros meses de su aborto fueron el verdadero infierno, ya que mi abuela estuvo por llevarla a terapia.
Simplemente mi hermana se acurrucaba en un rincón meciéndose y tocándose el vientre, en el que ya no había nada.
Y todo por un gilipollas que no valía la pena. Menos mal que no volvió a aparecer, porque si lo hubiera hecho, yo ahora estaría cumpliendo condena en alguna cárcel.
-Joder... - susurro cerrando el paraguas una vez que estuve dentro del vestíbulo.
Dejé el paraguas en la papelera para que no se mojase todo el pasillo y caminé hasta la puerta de Dante.
Lo extraño fue cuando empecé a llamar y nadie contestó. Entonces pensé en que estaría dormido aún pero el timbre era fuerte y se escuchaba por todo el apartamento.
Y encima no me llevé las llaves.
Bajé las escaleras para ver si guardaba unas de repuesto en el buzón, pero la puerta de una vecina se abrió.
La anciana me miró con una mirada acusatoria que me hizo detenerme.
-A ver si domas al monstruo que tienes, que vaya jaleo que armó con...
-¿De qué habla? - di un paso al frente.
Fue a hablar cuando un chirrido de ruedas afuera captó mi atención.
Sin dejarla hablar y presintiendo que algo malo había ocurrido, corrí había la puerta.
Ahogué un grito interno cuando la lluvia helada me mojó de pies a cabeza.
No podía ver casi nada pero al distinguir a un Dante descalzo bajar de su audi negro, mi grito resonó.
-¡DANTE!
El levantó la cabeza, y me miró con una mirada que nunca había visto en su rostro.
Me miró como si no creyese que yo estaba allí, como si fuese un espejismo.
-¿Morena?
Su voz rota me hizo caminar hacia él y ahuecar su cara entre mis manos.
Estaba temblando joder. ¿Cuánto tiempo había estado bajo la lluvia?
-¿Qué pasa, cariño? Dante... Hablame...
Sus ojos estaban rojos y supe perfectamente que lágrimas se mezclaban con la lluvia.
-Creí... Yo creí que te habías ido... - mi corazón se detuvo y aparté mis manos de su rostro.
Di un paso hacia atrás.
-¿Irme?
-Me levanté y no... No estabas. Pensé que había hecho algo mal... No se lo que me ha pasado, yo...
-Yo sí se lo que te ha pasado... - susurro mientras las lágrimas se agolpaban en mis ojos.
Nunca podíamos estar más de tres días bien.
Y si pasaba eso, tenían que pasar semanas de malestar. Nunca podíamos esta en paz.
Nunca.
-Que no confías en mi, Dante. Eso es lo que pasa.
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LA LISTA DE HANNAH✓
Mystery / ThrillerA veces, los muertos dejan en su sitio una huella, que aún muertos, no se les deja de mencionar. Queda prohibido, sin autorización escrita del autor, bajo las denuncias establecidas por las leyes, la reproducción total, adaptación, distribución y pl...