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-¡Me da igual lo que opinéis!

-¡No es justo! ¡Si nosotros hemos aceptado, vosotros también!

-¡¿Acaso me vas a decir tú lo que hacer, rubio snob?!

-¡¿A quién llamas snob, eh?!

-¡Dejad de discutir!

El grito de Cam llamó la atención de unos camareros, que asomaron la cabeza para ver el jaleo que se estaba armando.

Nos fulmina a todos con la mirada y me resulta adorable por unos segundos. Es cuando me mira que sus facciones se relajan.

-Grace, por favor. Todos hemos aceptado. ¿Crees que va a ser fácil terminar un libro de 500 páginas y luego publicarlo?- susurra.

-¿Y crees que va a ser fácil ganar un maldito concurso de puentes, con participantes profesionales en ello?- brama Nick.

Silencio.

-Si quieres...-empieza Stacy, enrrollandose un mechón de su pelo rubio en un dedo- Puedo irme yo con Dante, si no...

-¡No!- todos, incluido el tatuado, damos un brinco ante el grito de Cam- Dejad ya de actuar como unos jodidos crios, maldita sea- exclama.-Estamos aquí por Hannah- su voz tiembla- Es Hannah quien quiere que hagamos esto. ¿No podemos hacer un mínimo esfuerzo siquiera para apoyar y entender eso?

Todos nos encontramos con la cabeza baja y callados.

En el fondo tiene razón.

Dante y yo nos miramos. Aparto la mirada, porque de alguna forma, sus ojos me hacen sentir algo raro. Me hacen sentir incómoda. Me revuelvo en mi asiento antes de apretar los labios.

-Acepto, pero al mínimo comentario grosero, lo dejo- susurro.

Cam me aprieta la mano bajo la mesa y Stacy rueda los ojos. Miramos a Dante, quien me mira con los ojos entrecerrados.

-Acepto, pero a la mínima insinuación, lo dejo- susurra.

Es mi momento para reír.

Le dedico una mirada de suficiencia que parece cabrearle.

-Ni que fueras el último hombre de la tierra- digo con una mueca de asco.

Él eleva las cejas.

-Ya lo veremos, morena- medio sonríe.

Elevo yo ésta vez las cejas y cuando estoy por replicarle que si tiene algun problema con mi color de piel, Nick se pone a organizarlo todo.

Tenemos exactamente 31 días antes de poder acabar nuestras misiones. Ya que a mediados de agosto, empezamos las pruebas para la universidad. Al menos yo y Cam. Los otros no quisieron hablar del tema, por lo que lo dejamos.

Cuando nos levantamos y acordamos empezar con nuestras misiones el lunes, nos piramos a casa. Hoy era viernes, por lo que tendríamos de descanso 2 días antes de que empezase el verdadero infierno.

Afuera, Cam y yo discutimos sobre si debe ir sola o dejar que yo la lleve. Al final gano yo cuando le meto miedo, diciéndole que qué haría si le pillase un pervertido por alguna de las calles de Seattle.

Cuando la dejo en su casa, nos partimos el culo cuando al sacar su bicicleta de los asientos traseros, me vuelve a recordar el momento en el que le di con ella a Stacy. Cuando me despido de ella, me alegra que solo haya unos 10 minutos entre su casa y la mía.

Pero yo al aparcar, al contrario que Cam, me esperaba en la puerta una cabreada hermana en albornoz. Cuando me bajo del coche y lo cierro, camino lentamente hacia la hija de Lucifer.

LA LISTA DE HANNAH✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora