17©- Gone

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Hay gente que es tan linda por dentro que dan ganas de abrazarles hasta el alma.

Como Nick.

Hay gente que es tan asquerosa por dentro que dan ganas de coger un ladrillo y estampárselo en la cabeza.

Como Dante.

Cuando se despidió de mi abuela, lo hizo dándome a mí un casto beso en los labios. Fue suficiente para fulminarle con la mirada.

Cuando mi abuela le hizo prometer que se pasaría de nuevo por aquí, se largó moviendo esas caderas con esos glúetos capaces de apretar la cintura de una mujer hasta...

-Es encantador el chico- me dio una palmada en el hombro antes de irse escaleras arriba.

Yo me quedé sentada, intentando procesar cómo es que este chico lograba caerles bien a la mayoría.

Y a mí no.

-Cómo se nota que no le conoces- susurré hacia mi abuela y me metí en la cocina y beber un vaso de agua.

Se me había secado hasta el alma.

Caminábamos uno al lado de otro, camino hacia el parque.

No le importó sacarme de mi lujosa y cómoda cama a las doce y media de la noche. Qué va.

Solo dijo una frase. A cumplir otra cosa de la lista, morena.

La siguiente cosa en la lista de Hannah, era jugar a verdad o reto con los demás integrantes de las demás pruebas. Así que, sin dirigirle la palabra y sin mirarme ni una sola vez, llegamos al parque.

Les localicé sentados en un círculo sobre el pasto y la dentadura de Nick brilló para la luz de la farola cuando se levantó al verme. Al acercarme, no lo dudé dos segundos y estampé mi boca sobre la suya.

No fue un beso durarero, simplemente un pico. Pero disfruté de la expresión de perplejidad de Dante. ¿Qué hacía yo mirándolo? Los ojos de Nick estaban centelleantes y me llevó de la mano hacia el grupo.

-Te he echado de menos- me susurró al oído y sus mejillas se sonrojaron.

Apreté los labios con una sonrisa y dirigí mis labios a su oído.

-Que sepas que el sentimiento es mútuo- susurré con una sonrisa.

Reimos.

-Venga tortolitos, más nos vale acabar esto pronto, o mañana tendré unas ojeras de muerte- gruñó Stacy, dándole un beso a Dante en la mejilla y chocando los cinco conmigo.

No éramos tan cercanas como para intercambiar un beso, pero tampoco tan enemigas como para ignorarnos.

Me dirigí hacia Cam y la abracé hasta asfixiarla.

-Ya hablaremos tú y yo sobre esto de desaparecer y no dar señales de vida- le gruñí en el oído y ella rodó los ojos, aunque la culpa anidaba en ellos.

Nos sentamos en un círculo.

Quedamos de la siguiente manera: Yo, Nick, Cam, Stacy y Dante. Observé la botella de cerveza vacía en el medio.

-Para los que se pregunten a qué viene algo tan sencillo y patético en la lista de mi hermana- empezó Dante con voz seria- La prohibía jugar a este juego en las fiestas. Supongo que siempre se quedó con las ganas- se encogió de hombros.

-¿Y cuál es la razón de traernos aquí a media noche, cuando la mitad de Seattle está roncando?

Miré con los ojos abiertos a Nick. Su voz desafiante me caló hondo y me gustó esa faceta suya.

Debería de dejarla salir más a menudo.

A ninguno se nos pasó por alto la mirada que le dirigió Dante a Nick. Tuvo que intervenir Cam, para silenciar los pensamientos que Dante iba a dejar salir esa noche y que probablemente iba a acabar en puñetazos.

-Vamos a empezar, venga- susurró Cam dando una palmada.

Stacy giró la botella, antes de advertirnos que no nos podíamos negar a ningún reto y que debíamos de decir la verdad y solo la verdad.

Acto seguido, la botella señaló a Cam.

Stacy preguntó.

-Cam, ¿verdad o reto?- preguntó.

-Verdad- susurró.

Me apiadé de la pobre. Digamos que Stacy no era legal en muchos sentidos.

-¿Alguna vez... te enrollaste con el novio de una amiga?

Cam se puso roja, pero no roja de sonrojarse, sino roja de que le faltaba segundos para empezar a pitar.

Asintió y yo la miré con la boca abierta. Joder, no tenía cara de ser de esas.

-Estaba borracha, no fui responsable de mis actos- se intentó justificar y tiró la botella.

Ésta vez calló en Nick. Eligió Verdad.

Estábamos todos tensos, cuando Cam formuló su pregunta cuando se tomó tiempo suficiente para que los colores bajaran.

-Resume en breves oraciones lo que sientes por Grace.

La miré con la boca abierta.

Me las iba a pagar, aunque cuando vi la cara de Nick, me di cuenta de que en el fondo quería escuchar la respuesta.

-Es la única mujer que me ha hecho sentir inseguro y delirante- elevé las cejas y me cogió la mano- Quiere ir despacio y yo respeto eso, aunque no tengo la menor duda de que sería una madre maravillosa para mis futuros hijos.

Stacy formuló un gran aw, y aplaudió.

Cam se llevó una mano a la boca y sus ojos se cristalizaron.

Dante tenía cara de que iba a vomitar en cualquier momento.

Eso la había entrado hasta a ella. Nick tuvo que elevar las cejas para que yo reaccionase. Le atraje hacia mí y le abracé. No sabía porqué, pero me sentía incómoda besándolo delante de todos.

Tras el momento emotivo, le tocó a él tirar.

Cayó en Dante. Y cuando éste eligió reto, es cuando se desató la tercera guerra mundial.

-Te reto a besar a Stacy con durante un minuto.

No le miré, porque sabía que iba a soltar algo inapropiado. Miré sin embargo a Stacy, que estaba sonriente.

-Pff, infantil- susurró Dante lo suficientemente fuerte como para que le oyese Nick.

Stacy estaba excitante por el momento, la muy puta. Se acercó de rodillas hasta la mitad del círculo, donde Dante ya la estaba esperando.

Cam sacó su móvil y le dio al cronómetro justo a tiempo. Dante llevó sus labios a los de ella y los estampó tan fieramente, que mi ceño se frunció y una sensación extraña afloró en mi interior.

Chupaba sus labios y los mordía con fiereza, estaba segura de que las bragas de la rubia ya estaban húmedas. Le costaba llevar el ritmo de él y entonces pasó algo de lo que todavía no puedo obtener una explicación.

Me levanté. No era consciente de mis actos...

Me levanté. Y me largué.

LA LISTA DE HANNAH✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora