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Capítulo 1:

- Oye Payne – gritó el idiota de Stan Wirray. Típico, el capitán de futbol americano, se cree el dueño de la escuela. 

- ¿Qué quieres? – giré a verlo.

- ¿Qué tal la viudita de tu madre? – preguntó y lo ignoré, giré en sobre mis talones y volví a ver qué comida podía servirme.

Como siempre, cada vez que Stan se le acercaba a alguien, toda la cafetería estaba en silencio.

- Oye, te estoy hablando.

- Que gusto – dije sonriente – no sabía que los monos subdesarrollados hablaran. Ya deja de molestarme, ¿Qué no tienes algo más productivo que hacer?

Toda la cafetería comenzó a reír.

- ¿Qué harás, Payne? – preguntó – ¿llamarás a tu posiblemente difunto padre?

- Ya, enserio, si de verdad te gusto, busca otras formas de llamar mi atención, esa no funciona – dije y todos rieron.

- Stan – dijo una voz de mujer. El rubio se giró a verla y también yo.

Es tan hermosa, y jamás he estado tan cerca de ella. Lucie Jane Van der Woodsen es la mujer perfecta. La mujer más pequeñita de cuerpo que podría haber visto, su espalda era tan chiquita. Creo que yo soy como cinco de ella. Cabello rubio y largo y lacio. Ojos verdosos mezclados con miel, sonrisa… la más perfecta del mundo, relucientes dientes blancos perfectamente alineados. Labios pequeños pero carnosos. Flaca pero con su busto.

- ¿Qué? – contestó el rubio, seco.

- ¿Puedes por favor dejarlo en paz? – dijo ella.

El rubio gruñó y me volvió a hablar.

- Ganas esta vez, Payne – dijo y me tiró toda la bandeja de comida que tenía en brazos.

Vi como se iban. ¿Cómo puede ser que una mujer tan preciosa y buena con Lucie, esté con un idiota y bestia como Stan? 

El resto de las clases se me pasaron lentamente lentas. En fin, corrí a la salida hasta la cafetería en la que trabajo.

- Hola Cindy – saludé rápido y me dirigí al baño para cambiarme.

- Hola… – dijo y volteó para saludarme pero yo ya había corrido hasta el baño.

Me vestí lo más rápido que pude y salí. 

- Te tardaste mucho - dijo mi compañera.

- Exagerada – dije y me dirigí a un hombre que entraba.

Le pedí la orden, preparé el licuado y las galletas. Me pagó, se fue, y así con muchos. Por suerte, Cindy hace que en el trabajo me divierta, es una chica divertida. Servíamos malteadas, cafés pero nunca dejábamos de hablar. Creo que es la única amiga que tengo. 

Al fin llegué a casa y ese hermoso aroma a hogar llego a mi nariz. En Wolverhampton el frío nunca para y bueno, la nieve cada tanto. Igualmente, estamos cerca de mi cumpleaños número diez y siete. Que es el diez de Julio, los días más calurosos, pero aquí el calor implica frío. Pero me gusta sentir frío, dormir tapado. Tomar chocolate caliente. Ver la nieve. Aunque el frío sea demasiado, me gusta mucho sentirlo.

- Ya llegué mamá – dije al entrar. Dejé mi mochila en el sillón.

- Hola Nath – dijo la castaña saliendo de su habitación. Besé su frente.

- ¿Cómo estás? – pregunté.

- Dentro de todo bien – suspiró y agarró un repasador – hice chuletas de cerdo.

Criptonita 2da Temporada |Liam Payne| =editando=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora