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Capítulo 21:
- Ma, Lucie y yo tomaremos un paseo – dijo Nath – volvemos a la tardecita.
- Si, cuídense – dije y ambos salieron. 
Liam me sonrió mientras comía una manzana.
- ¿Lo habías visto tan feliz antes? – preguntó.
- No en verdad – contesté. Me abrazó por detrás.
- Es lindo verlo así – susurró.
- Si lo es – afirmé.
- Te noto tensa – dijo y masajeó mi espalda.
- No dejo de pensar en la imagen de X – dije – no puedo sacármela de la cabeza.
- Shh, quiero que te relajes. No pienses en nada que no seas tú, ¿sí? – dijo calmándome. – ven – dijo y me condujo hasta la cama. – recuéstate – dijo y lo obedecí.
Masajeó mi espalda. Lo necesitaba tanto. 
- Tienes muchos nudos, ¿cómo soportabas esta contractura?
- No lo sé, pero es relajante, continúa – dije y lo hizo.
Así estuvimos un rato. Luego él se acostó a mi lado.
- Te extrañé mucho – dijo él. Moría de ternura.
- También yo – sonreí y acaricié su mejilla.
- Al menos tu podías distraerte. Yo no tenía nada que hacer en esa fría prisión.
- ¿Tuviste frío? – pregunté apenada
- Si, frío, hambre.
Me daba tanta pena que quería llorar.
- ¿Pasaste hambre? – pregunté con tantas ganas de llorar.
- Si, un poco – dijo con tanta humildad.
Lo abracé.
- A partir de ahora no pasaras mas por eso, voy a prepararte tantas cosas ricas que vas a explotar.
Rió. Es tan lindo.
Lo besé y él me correspondió. Me besaba suavemente, pero con una pasión terrible. Sus manos recorrían mi espalda, era la mejor sensación, mi piel se erizaba a su tacto. Lo acorralé debajo de mí y el beso se volvió más intenso. Mis piernas estaban arrodilladas en la cama, pero mi tórax no se separaba del suyo. Mientras él acariciaba mi pierna, comencé a sacarle la camisa, para ambos se nos hizo algo molesta. También nos deshicimos de mi remera, y él ya fue a por mí sostén, desabrochándolo lentamente. Se sentó conmigo encima. Los besos no cesaban y menos el calor entre ambos. Bajé hasta su miembro, lo tomé con ambas manos y lo masajeé y lamí al mismo tiempo. Sus gemidos aumentaban, entonces, mi excitación y la velocidad de la acción aumentaron también. Subí a sus labios de nuevo y los besé con necesidad. El capturó, masajeó y lamió mis senos mientras yo le colocaba la protección. Sus manos bajaron a mi feminidad, la cual esperaba su entrada. Primero fue un dedo, luego dos, tres hasta que quitó sus manos y me penetró definitivamente. Agarré fuerte la almohada como consuelo mientras mis gemidos y los suyos aumentaban a partir de que llegábamos al clímax de la situación. 
Se acostó a mi lado y me abrazó.
- Te amo tanto – dijo. Lo abracé más fuerte.
- También yo Liam, perdón por haber dudado de nosotros, es solo que… no sé, por un momento creí que no funcionaría.
- Ya no quiero hablar de eso, olvidemos lo que pasó. ¿Volverías a ser mi prometida?
- Claro que si – exclamé y volví a abrazarlo.
- Te haría el amor de nuevo – confesó y me sonrojé.
- Ay, Liam – dije tímida.
Él rió a carcajadas.
- No quieras parecerte a un tomate, ______ - dijo divertido.
- Gracioso, muy gracioso – sonreí.
- He estado pensando mucho en algo – dijo.
- Te escucho.
- Sé que otro hijo no es aconsejable…
- Daría mi vida por poder tener otro hijo. – dije entristecida.
- Hay muchos niños que darían la vida por tener padres – dijo él. – y no pude ver a Nathan crecer, solo quiero vivir esos momentos, ¿entiendes?
- Entiendo que no hayas estado para ver a Nath crecer, ¿entonces…?
- He estado pensando en que quizá podríamos considerar adoptar un hijo o hija – dijo con una luz de esperanza en sus ojos.
- No lo sé, no estoy segura.
- ¿Por qué no? Se lo que es ser huérfano y no es lindo. – dijo
- También se lo que se siente no tener padres.
- Pero _____, tu tuviste a tu hermano a tu lado siempre, yo… yo jamás tuve hermano o algo. Nadie se hizo cargo de mi y creo que le cambiaríamos la vida a ese niño. ¿Qué dices?
- No lo sé… ¿qué tal si nos encariñamos y luego decide buscar a sus verdaderos padres? – pregunté insegura.
Liam suspiró.
- No sé… - dudó – solo era una idea – parecía desanimado.
- Es una decisión muy complicada – comenté.
- Si… - suspiró triste.
- ¿Qué? – pregunté.
- Nada, es solo que me hubiese gustado que me adoptaran cuando era chico – dijo y lo abracé.
- Te entiendo, ¿por qué no lo hablamos luego? Estoy algo cansada.
- Claro – dijo y nos quedamos dormidos al instante.


Caminábamos tranquilamente por el parque. Había niños con sus mascotas, o con sus barriletes. Todos eran felices, y yo también, al fin me había acercado completamente a Lucie. No sabía si sentía lo mismo que yo, pero su mirada mostraba afecto. 
- Quería hablarte de algo – dije y ella frenó el paso y me miró con una sonrisa.
- Si, dime – sonrió.
- Bueno, creo que ya sabes lo que siento por ti, solo quiero que lo tengas en claro – dije y ella seguía con esa sonrisa.
- ¿Solo eso?
- Si, bueno, no quiero presionarte. – dije algo nervioso.
- Sabes que siento lo mismo – dijo.
- ¿De veras? – me asombré.
- Pues, entonces… ¿querrías…?
- ¡Nathan! – escuché que me llamaban, volteé. 
- ¿Papá? - ¿era él? Lo notaba algo raro
- ¿Cómo están? – preguntó.
- ¿Cómo sabías que estábamos aquí, Liam?
- Solo pasé y los vi, vengan, debo mostrarles algo. – Se acercó y abrió un auto. ¿Auto nuevo? Vaya. Que estilo tan de… Estaba algo raro. 
- Suban, ¿qué esperan? – preguntó. Lucie y yo nos miramos y subimos al auto.

Criptonita 2da Temporada |Liam Payne| =editando=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora