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Capítulo 5:
Ya había terminado de limpiar el cuarto de Nathan y el mio. No había recibido ninguna llamada de Liam, se supone que hoy saldría de la cárcel. En fin, hice spaghetti para comer y esperé a Nath. Mi hijo entró a casa y no parecía tan feliz. 
- Hola bebé – sonreí.
- Hola mamá – dijo pesadamente.
- ¿Pasa algo?
- Nada – dijo algo cortante.
- ¿Seguro? – pregunté y asintió con la cabeza
- Ma… - dijo pasando una mano por su cabeza mientras miraba los spaghettis.
- Dime – sonreí
- No comeré en casa hoy – dijo.
Lo miré desentendida.
- ¿Por qué no? – pregunté y él dudó en contestar – no irás a trabajar a ese bar, ¿cierto?
- No, no – dijo – saldré con alguien.
Levanté una ceja y lo miré divertida.
- ¿A sí? – pregunté sonriendo - ¿Y se puede saber de quién se trata, Nathan James? – pregunté casi riendo.
- Uhm… ¿recuerdas a Lucie? – preguntó y sonreí al instante. Sabía que era ella.
- Si – dije sonriente.
- Bueno, de ella se trata – dijo.
- Es muy linda – dije sonriendo al ver su cara que mezclaba nerviosismo y sorpresa.
- Si, no me preguntes por qué una chica tan linda como ella quiere salir conmigo – dijo - porque no sé – susurró.
Lo abracé.
- Si sos el más lindo de todos – dije en su pecho.
- Lo dices porque eres mi madre – dijo.
- Además de eso, eres un chico muy atractivo – dije sonriente.
- Bien, como digas, no discutiré por eso – dijo y rió levemente.
Su cara cambió a una algo seria.
- ¿Qué? – pregunté
- Nada, es solo que no tengo traje que ponerme o auto con cual pasarla a buscar – dijo frustrado – creo que deberé cancelar la cita. Si es que es una cita.
Sonreí al instante.
- Bueno, si no te rehúsas, tengo un par de sorpresas para ti – dije y me miró raro.
Fui a mi armario y saqué, de unos cajones que estaban bien altos, un traje negro y blanco. 
- ¿De dónde sacaste eso? – preguntó Nath.
- Es el traje preferido de tu padre – dije sonriendo – lo usó la primera vez que salimos.
- Definitivamente no me pondré eso – sentenció.
- Por favor, créeme, se te verá genial – sonreí – además… no veo que tengas otra opción.
- Aún así, no tengo auto, cancelaré.
Lo llevé casi corriendo. Entramos a un garaje cercano y prendí las luces. Nathan se quedó mirando ese bonito Audi.
- Tarán – dije e hice un gesto con las manos – no es el más moderno pero es algo.
- ¿Tú lo compraste? – preguntó sorprendido - ¿Con qué dinero?
- Es de tu padre – dije.
- Cielos, está bastante… bien – dijo caminando alrededor del vehículo pero se frenó en un momento – pero… si este auto es de… él… lo debes tener hace bastante.
- Si… es solo que siempre tuve miedo a manejar y también tengo miedo que lo uses porque es un auto algo llamativo y podría venir un ladrón y matarte por el o tener un accidente de tránsito. Vivo con ese miedo y es por eso que lo guardé aquí. Pero creo que ya es momento que te deje crecer – sonreí. Tenía tantas ganas de llorar al ver a mi bebé tan grande - ¿cuándo creciste tanto, bebé? – pregunté con lágrimas en los ojos y él me abrazó. Así estuvimos un rato y luego nos separamos. – mejor ve a prepararte – sonreí y volvimos a casa.
Esperé que se preparara y cuando estuvo listo, acomodé su corbata y le deseé buena suerte.
- Cuídate – le dije y él arrancó el auto.
Entré a casa y comí algo de spaghetti. Lo que sobró, que fue bastante, lo dejé dentro del microondas para que no se enfriara del todo. Me dispuse a ver algo de tele, ya con el pijama puesto pero tocaron la puerta. Me acerqué a la abertura que tienen las puertas para ver afuera y lo reconocí de una. Abrí la puerta y me abalancé contra él, abrazándolo muy fuerte. Así estuvimos un rato, sin decirnos ni una palabra. Me separé lentamente de él, quería mirarlo a los ojos.
- La verdad, no sabía si venir o no – dijo.
- ¿Por qué no, Liam? – pregunté triste.
- Nunca más volviste a verme… no desde el quinto mes – dijo y miró el suelo.
- Mi amor…- susurré – estuve muy mal desde entonces.
- No es excusa, solo un dia, diez minutos de tu vida, por mes, eso era todo – dijo mirándome profundamente.
- Tenía que estar pendiente de él, hasta pasé tres meses internada una vez, Zayn se hizo cargo de Nath.
- Tu no entiendes la desesperación de no saber nada sobre ustedes – dijo esquivando mi mirada.
- Juro que si hubiese podido, lo hubiese hecho – dije mirándolo a los ojos. De un segundo al otro, ya estaba abrazada a su torso. Él acariciaba mi espalda.
- No sé a quién quiero engañar – dijo y yo lo escuchaba atentamente. Se separó un poco de mi. - no puedo enojarme contigo.
Sonreí ampliamente.
- Solo venía por mis cosas – dijo.
- ¿No te quedarás?
- No lo creo, no le caigo muy bien a Nathan, ______ - dijo él.
- ¿Y cómo lo sabes? – pregunté.
- ¿No te contó?
- ¿Qué cosa? – lo miré desentendida.
Liam suspiró.
- Me lo encontré en una cafetería hoy – contestó.
- ¿De veras?
- Si, se dio cuenta de quién era, se lo dije, pero al parecer no le cayó muy bien.
- Dale tiempo, se acostumbrará – sonreí y acaricié su mejilla.
- Lo dudo – dijo.
- No lo dudes. – sonreí - ¿por qué no pasas? Te doy tus cosas y te quedas a cenar.
- No creo que Nathan esté contento con ello – dijo.
- Él no está en casa. Salió con una chica.
- Oh, bueno… en ese caso… - dijo y me sonrió.

Criptonita 2da Temporada |Liam Payne| =editando=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora