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Capítulo 23: 

- No estás obligado a hacerlo. Te fallé. – dije.
- Para esto están los amigos, Liam.
- Gracias – dije y lo abracé.
- ¿Tienes algún plan? – preguntó luego de separarnos.
- No. Pero creo que lo mejor será que me entregue.
- ¿Entregarte?
- Es mi hijo y la mujer que ama, no voy a ponerlo en peligro. Tampoco a ti. 
- Morirás, Liam – dijo sin pestañar.
- Si yo muero esto acaba. Mi hijo podrá vivir y ______...
- ¿Y ______ qué? ¿te perderá de nuevo?
Me quedé en silencio.
- No veo otra solución. – dije.


Y otra vez golpeó mi rostro.
- ¡Por favor, para! – exclamaba Lucie.
- ¡Dime donde está tu madre! ¡No me hagas matarte!
- Mátame si quieres, de todas formas no lo sabrás.
Sacó un revólver y apuntó a Lucie. 
- Te aconsejo no me subestimes – dijo y le sacó el seguro al arma, Lucie cerró los ojos.
- ¿Por qué quieres a mi madre? – pregunté - ¿no te es suficiente conmigo?
- Quiero repetir la misma historia – dijo. – Quiero que Liam vea mientras le rompo el cuello a tu madre.
Cerré los ojos.
- ¿Piensas hablar? – dijo y lo miré a los ojos.


- Voy a hacer esto solo, Zayn.
- ¿De verdad te entregarás asi a la muerte luego de haber luchado tanto?
- Yo debí haber muerto hace mucho – dije con enfado y Zayn me miró atento – hace años, yo debí haber muerto, no Danielle. 
- Hiciste lo que pudiste, Liam – dijo él con tono comprensivo.
- Ya no voy a poner en peligro a nadie mas.
Dos personas entraron a la cabaña. Un hombre de rostro familiar y otro que… también me era familiar.
- Quiere hablar contigo. – dijo Jason y empujó un poco más al chico – dice que es importante.
Zayn y yo nos miramos y luego lo escaneamos de arriba a abajo.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó Zayn.
- ¿Es un interrogatorio?
- Nosotros hacemos las preguntas, tú las respondes. – dije con autoridad. Harry me miró con algo de ira. Una chispa de ira en sus ojos.
- Vengo a ayudarlos.
Zayn rió.
- ¿Tú solo? Vaya ayuda. – habló el morocho
- No vengo solo, Malik.
- ¿Por qué quieres ayudar? – pregunté. Harry sacó su vista de Zayn y se dirigió a mí.
- Es por _____, no por ti.
- Explícate – dije cortante.
- Se lo debo. – confesó lo miré invitándolo a continuar su relato. - Yo envié a su novio a la cárcel y la dejé con un bebé. Me pidió que no volviera a verla jamás, que era un traidor. Y yo lo hice. Quizá no lo debería haber hecho, debí haberla ayudado. Ella no se merecía eso, pero tú si lo merecías, por eso siento que le debo algo.
Lo miré tratando de entender.
- De todas formas, no habrá lucha.
- ¿Qué? – preguntó sorprendido.
- Me entregaré, supongo que es lo que quiere. Que haga lo que quiera conmigo y que deje de atormentar a mi familia.
- No puedes hacer eso – exclamó y lo miré despectivo. 
- ¿Disculpa?
- Estuviste diez y ocho años preso, apuesto que tu hijo quiere vivir algo de su vida contigo y apuesto a que _____ también. No puedes hacer esto, no solo por ti. Piensa en Nathan, en _____, ya sufrieron mucho. – dijo.
El guardia entró.
- Se acabó el tiempo – dijo y agarró a Harold del brazo.
- Solo piénsalo – fueron las últimas palabras de Harry antes de salir.

Caminé y me senté frente a la gran roca, que era la tumba de mi madre. Me arrodillé y toqué la roca.
- Hace mucho no vengo a visitarte – reí – que mal hijo. – Contemplé las inscripciones una vez más – necesito tu ayuda, ya no se que hacer. – el cementerio seguía silencioso – Quiero venganza. Quiero vengar tu muerte, el secuestro de mi hijo y su novia. Pero no sé si eso acabaría con todo. Solo quiero que acabe. Solo quiero vivir. Vivir es algo que no pude hacer, una vida. 
Volví a casa, solo quería descansar un poco. El teléfono sonaba desde antes que entre. Lo tomé.
- ¿Qué tal, Liam? – preguntó una voz conocida. Una voz ronca, pero por más conocida que me sonara, no la había escuchado antes, creo.
- ¿Quién es?
- Lo importante, querido Liam, es que tengo a tu querida ______, Nathan y Lucie. – se me paró el corazón. Busqué a ______ por todas partes; no estaba.
- ¿Qué hiciste con ellos? – grite con impotencia.
- Levingston 155 entre Madison Street y Broadway. Tú sabes que hacer.
- Aguarda – dije – dejame escucharlos.
- Sera un minuto. – dijo le cedió el teléfono a alguien más.
- ¿Cielo? – pregunté.
- ¡Liam! – exclamó ______ del otro lado.
- ¿Te encuentras bien?
- Yo si, pero Nathan no… - dijo y al parecer le arrebataron el teléfono.
Se me congeló la sangre.
- ¿Qué le hiciste a mi hijo? – pregunté con impotencia. 
- Él no quiso hablar. Pero no te preocupes, por ahora sigue vivo. – dijo y cortó.

Criptonita 2da Temporada |Liam Payne| =editando=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora