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Capítulo 12:
- No lo sé Jack, ¿tú crees que aceptarán?
- Claro, eres inteligente y tienes todo lo que ellos piden – dijo y colocó ambas manos en mis hombros – solo relájate, ¿si? Ahora dame un abrazo, _____.
Lo abracé, pero sentí una puerta que se abrí, Nathan y… ¿Liam? Nathan me miró sin entender mientras que Liam… nos miraba mal a mí y a Jackson. Me separé de mi amigo al instante.
- ¿Qué hacen aquí? ¿Y qué pasa que están juntos? – pregunté.
- Creí que querías que Liam y yo nos lleváramos bien, así que le pedí que me cuente todo… - hablo Nath.
- Pero al parecer estás ocupada en otras cosas – dijo Liam, y sus celos se sentían a kilómetros de distancia.
- Liam, no pensaras que él y yo… - dije señalando a mi compañero y a mi al mismo tiempo.
- Al parecer no tengo tanto peso en tu vida para pedir explicaciones, _____. – lo miré sin entender.
- Él es solo un amigo y compañero…
- Amigo y compañero al cual si le dedicaste tiempo estos diez y ocho años, ¿cierto? Porque en los últimos diez y siete años no tuve una sola visita tuya. – dijo con enojo.
- Creo que debo irme… - dijo Jack.
- Si, deberías, porque en verdad sobras – dijo Liam, haciéndole frente.
- ¡Liam! – lo regañé - Jack, creo que deberías irte.
Jackson tomó sus cosas y se fue pero sin antes, una mirada matadora de Liam.
- ¿Qué hacía ese idiota aquí? – preguntó Nathan.
- Me ayudaba a conseguir empleo – respondí. Liam y Nathan son tan… tan… iguales.
- Pues felicidades, tienes trabajo y trabajas conmigo, listo, fin de la historia. – dijo Liam.
- ¿Por qué tienes que ser tan controlador? – pregunté irritada.
- Así cuido a las personas – dijo.
- Si me preguntan, me siento más seguro con Liam que con Jackson – añadió Nathan – además no necesitas trabajas ma, con Liam arreglamos todo.
- Quiero hacer algo y además ¿qué les pasa? ¿se aliaron contra mí o algo así? – pregunté, incrédula.
- Si – respondieron al mismo tiempo.
- Son tan iguales… - dije resignada.
- Bueno, mejor me voy – sentenció Liam.
- ¿Qué? ¿No te quedas?
- En verdad estoy enojado por esa escena que tuve que “admirar” – dijo y suspiré rendida.
- Liam…
- Buenas noches – dijo y salió por la puerta, dando un portazo.
Suspiré otra vez, maldición, ahora con Liam en su estado celoso… voy a tener que hacer algo.
- Uh… - susurró él.
- No alientes el momento, Nathan – dije sarcástica.
- Está bien… ¿pedimos pizza?
- Como quieras. 


Desperté e hice toda mi rutina, pero con un humor por los cielos. Manejé a la universidad, hoy me sentía otra persona. Había pensado toda la noche en Lucie y en si decirle o no lo que siento. De todas formas, no puedo escapar de eso. Raramente, hoy, llamaba la atención, cosa que no me pasaba antes. Quizá fue la vuelta de mi padre que me hizo sentir mejor. O quizá solo sea un buen día, no importa. Hoy es un día distinto.
Me senté en mi banco del salón, para esperar al profesor de economía. Y ahí estaba ella, hoy, pero estab vez contra la pared, no atraía miradas, no se sentaba con Stan y estaba muy callada. ¿Habrá pasado algo?
La clase terminó y el receso llego, pero no despegué la vista de Lucie ni un momento. Estaba quieta y aislada.
En el receso la seguí, había salido al patio, no había nadie, pues el frío que hacía era abismal. Se sentó bajo un árbol, sola. Debatía si hablarle o callar. Pero no me dio tiempo. Giró y se encontró conmigo. Lo primero que hizo fue fruncir el ceño y luego, tratar de escabullirse de mí. Pero esos segundos de mirada me bastaron para notar que en su rostro algo no estaba bien. Reaccioné pero ella ya se estaba alejando. Tuve que correr y alcanzarla.
- ¿Qué te pasó?
- Nada – dijo sin mirarme y no iba a ceder.
- ¿Qué te pasó? – insistí.
- Nada – reiteró.
- No me digas que nada, ¿qué es ese golpe? ¿es un golpe? ¿Qué pasó? – la rubia se negaba a mirarme.
- Me quiero ir.
- No voy a soltarte hasta que hables, Lucie. – no contestaba y no solo me estaba congelando allí afuera, sino que estaba nervioso por una respuesta. – ven – dije y la saqué del colegio para entrar en la cafetería mas cercana que encontramos.
Nos sentamos y pedí dos cafés. 
- ¿Puedes decirme que diablos sucedió? – pregunté impaciente. 
- Me caí en el baño.
- Te aseguro que si hubiese sido eso, me hubieras respondido a la primera. Quiero que me digas la verdad.
- ¿Con que derecho vienes y pides explicaciones?
- Me importas ¿sí? Y no es solo eso, eres una mujer, y ninguna mujer debe ser golpeada, así que quiero que me digas en este mismísimo momento qué fue lo que sucedió. – dije casi sin respirar. Ella se calló unos segundos.
- Terminé con Stan, solo eso – dijo con voz apagada
- ¿Y eso qué tiene que ver con el golpe en tu rostro? – pregunté y ella me miró a los ojos, por primera vez en el día. Recapitulé unos segundos y entendí a qué se refería. La bronca me recorrió completo y necesité matarlo lentamente a golpes. No por todo lo que me hizo, puedo soportarlo. Pero que la haya lastimado a ella, es el colmo.


Tu tu tu y por fin atendió.
- ¿Hola? – preguntó con voz ronca
- ¿te desperté? – pregunté sonriente.
- No pude dormir que es distinto, _____.
Callé unos segundos.
- Quiero que hablemos, ¿puede ser?
- ¿Conmigo? ¿Por qué no buscas refugio en los brazos de tu amiguito, eh?
- No te pongas celoso, es solo mi compañero.
- Si, tu compañero – dijo sarcástico.
- Sí, mi compañero y quiero hablar contigo, no con él, ¿sí?
- Hablas conmigo, a él lo abrazas. ¿Será solo eso, Pevensié?
- ¡Liam no seas idiota!
- Pues ve con él, al parecer lo nuestro termino hace diez y siete años.
- ¿Por qué dices eso? – pregunté con un hilo de voz. Las lágrimas no tardarían en salir.
- Porque es así, _____. Porque estuve diez y ocho años de mi vida encerrado y solo me visitaste un año, luego jamás supe nada de ti, y no podía hacer nada. Solo hablar con Zayn, pues él sí se preocupó en mi y por lo menos venía una vez cada mes para ver si necesitaba algo y para contarme de ustedes. Supongo que tuviste tiempo para tu “compañero” ¿cierto? Ni mi hijo sabía de mí. – dijo con rabia.

Criptonita 2da Temporada |Liam Payne| =editando=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora