Capítulo 35: Sonny

1K 73 0
                                    

Cuando íbamos directo al ascensor sentí una corriente de nervios recorrerme de arriba hacia abajo, volteé para ver la indecisión en los ojos de Percy.

"Ahora que?" le pregunte agobiada.

"De que hablas?" me respondió confundido.

"Estas nervioso, puedo sentí...", Grover me miro con los ojos grades, acababa a de cometer una tontería.

"Sentirlo... llevas dando a entender que sientes lo mismo que yo durante todo el viaje, creo que es hora de una explicación. Incluso llorando hablaste de una conexión, no quise mencionar nada en ese momento porque estabas mal. Pero quiero una explicación."

Estaba a punto de contarle todo lo prometo pero Annabeth nos gritó justo cuando el ascensor iba a cerrar por lo que regresamos corriendo hacia ella.

Nos metimos con una señora gorda y su perro, un chihuahua con un collar de imitación de diamantes. Me supuse que el perro era un chihuahua lazarillo. Porque ninguno de los guardias dijo nada.

Empezamos a subir, dentro del Arco. Nunca había estado en un ascensor que fuera en línea curva, y mi estómago no estaba muy feliz por eso.

"¿Sin padres?" nos preguntó la señora gorda.

Ella tenía los ojos pequeños y puntiagudos, dientes manchados de café; un sombrero de mezclilla, y un vestido de tela vaquera que sobresalía mucho, ella lucía como un dirigible de vaquero.

"Están abajo." le dijo Annabeth. "Miedo a las alturas."

"Oh, pobres dulzuras."

El chihuahua gruñó. La mujer dijo. "Ahora, Ahora, Sonny. Compórtate."

El perro tenía ojos brillantes como su dueña, inteligentes y viciosos.

"Sonny. ¿Es ese su nombre?" pregunto mi hermano, por un momento parecía haber olvidado el tema de la vinculación.

"No." le dijo la señora.

Ella sonrió como si eso aclarara todo.

Comenzaba a darme mala espina todo esto pero trate de meterme en la cabeza que solo estaba paranoica. Comencé a mirar la cima del arco, las filas de pequeñas ventanas daban a la ciudad en un lado y al río en la otra. La vista estaba bien, pero este malestar no me dejaba, y eso me aterraba pues algo similar sentía en el viaje a aquel museo donde empezó todo.

Annabeth siguió hablando sobre los soportes estructurales, y de cómo ella habría hecho las ventanas más grandes, y diseñado una vista a través del piso. Ella probablemente podría haberse quedado allí arriba por horas.

Podía sentir a Percy muy mal, al parecer las alturas no son su especialidad. Nos dirigía a la salida tan rápido como el policía nos dijo que cerrarían. Pero al llegar al ascensor debió percatarse de que solo entrarían Annabeth y Grover, pues otros dos turistas habían entrado.

El guardia del parque dijo "En el próximo, señor."

"Saldremos." dijo Annabeth. "Esperaremos con ustedes."

"No, está bien. Los veremos abajo."

"Tal vez sea mejor que bajen Beth y Annabeth yo me quedare contigo" hablo Grover.

Había dado un paso al frente cuando el guardia ya había cerrado el ascensor, así que no me quedo más que esperar con Percy. Su elevador desapareció por la rampa.

Ahora los únicos que quedaban en la plataforma de observación éramos Percy y yo, un niño pequeño con sus padres, el guardia del parque, y la señora gorda con su chihuahua.

Mire el cielo un momento, un momento en el que perdí a Percy de pololo vista y este ya era atacado por los ladridos del chihuahua de la señora gorda.

"Ahora no. Ahora no Sonny." dijo la señora. "¿Parece este un buen momento? Tenemos todas estas buenas personas aquí."

"¡Perrito!" dijo el niño pequeño. "¡Mira, un perrito!"

Sus padres tiraron de él.

Él chihuahua me mostró sus dientes, la espuma goteaba de sus labios negros. "Bueno, Son." la señora gorda suspiró. "Si tu insistes."

Esto era real? Qué demonios es eso? Dudo seriamente que sea un chihuahua, me acerque rápido a Percy mientras sujetaba mi pulsera con una mano, lista por si la necesitaba.

"Umm, ¿Acaba de llamar al chihuahua Son?", pregunto Percy.

"Querido es Quimera." Le corrigió la señora gorda. "No un es chihuahua. Es fácil equivocarse."

Ella enrolló sus mangas de mezclilla, revelando que la piel de sus brazos era escamosa y verde.

Cuando sonrió, vi que sus dientes eran colmillos. Las pupilas de sus ojos eran rendijas, como las de los reptiles.

El chihuahua ladró más fuerte, y con cada ladrido, crecía. Primero al tamaño de un duerman, luego al de un león. El ladrido se convirtió en un rugido.

El niño pequeño gritó. Sus padres tiraron de él hacia la salida, directos hacia donde el guardia del parque estaba parado, quien se quedó allí, paralizado, mirando boquiabierto al monstruo.

Quimera era tan alto que su espalda rozaba el techo. Tenía la cabeza de un león con una melena cubierta de sangre, el cuerpo y las patas de una cabra gigante, y la cola de una serpiente, de diez metros de largo sobresaliendo mucho detrás de su dueño tras de él. El collar de perro aún colgaba de su cuello, y por el tamaño de la placa ahora era fácil de leer: QUIMERA-RABIOSO, ALIENTO DE FUEGO- VENENOSOSO, SI LO ENCUENTRA POR FAVOR LLAME AL TÁRTARO- EXT.954

Estaba a diez pies de la melena sangrante de la Quimera, y sabía que tan pronto me moviera, la criatura arremetería.

La señora serpiente hizo un ruido silbante que debió haber sido una risa. "Siéntete honrado, Percy Jackson, El señor Zeus rara vez me permite probar a un héroe con una de mis crías. ¡Porque soy la madre de los monstruos, la terrible Equidna!"

Y entonces Percy dijo lo más idiota que cruzo por esa estúpida mente. "No es eso una especie de oso hormiguero?"

Ella gritó, su cara de reptil se volvió marrón y verde de la rabia.

"¡Odio cuando la gente dice eso! ¡Odio Australia! Llamar a ese animal ridículo después de mí. ¡Por eso, Percy Jackson, mi hijo te destruirá!"

Quimera se precipitó, sus dientes de león rechinaron. Empuje a Percy tan rápido como pude, logrando así esquivar una buena mordida.

Terminamos junto a la familia y el guardia del parque, que estaban todos gritando ahora, tratando de abrir las puertas de emergencia.

"Tenemos que alejarle de estas personas" me dijo-grito mi hermano.

"Bien llévalas por otra salida, yo voy a pelear con eso" dije mientras desenredaba mi látigo.

"En realidad es al revés, me quieren a mi será más fácil" No me dio tiempo a responder cuando él ya había sacado su espada y le gritaba a la cosa esa. Hombres!!!

La hermana de Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora