Capitulo 8: Cabañas extravagantes

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Una vez que salimos de la vista del dios y el profesor Brunner, Percy no dejo de regañarme, según él, el señor D pudo haberme matado. Empiezo a creer que mi hermanito es un exagerado, casi tanto como yo... y eso es decir mucho.

Pasamos por el hoyo de voleibol. Varios de los campistas se dieron un codazo el uno al otro. Y nos señalaban, yo no era tímida... normalmente, pero empezaban a incomodarme, y parecía que Percy estaba en verdad enfadado.

La mayoría de los campistas eran mayores que yo. Sus amigos sátiros eran más grandes que Grover, todos ellos trotando en camisetas naranja de CAMPAMENTO MESTIZO, y no tenían pudor alguno, porque literal solo llevaban esa camisa.

Miré hacia atrás a la granja. Era mucho más grande de lo que había pensado— cuatro pisos de altura, cielo azul con adornos blancos, como un balneario de lujo. Estaba mirando al águila de bronce en la parte superior, cuando algo me llamó la atención, una sombra en la ventana más alta del ático.

"¿Percy, existe algo por lo que preocuparme ahí?" Le pregunté.

Él miró hacia donde yo estaba señalando, inmediatamente regreso su vista al frente.

"No", dijo con firmeza. "No es una cosa viva."

Un escalofrió me recorrió completa. Creo que después de todo esto, eso no debería sorprenderme... ¿será un zombi?

"Vamos, Beth," dijo un poco tenso.

Caminamos a través de los campos de fresas, donde algunos campistas estaban recogiendo sacos de bayas, mientras que un sátiro interpretaba una melodía en una flauta de caña, siempre creí que eran las hadas las que se encargaban de hacer crecer las plantas, pero claro esto es mitología griega señores y señoras.

Vi al sátiro tocando su flauta. Su música fue causando que líneas de bichos dejaran el campo de fresas en todas direcciones, como los refugiados que huyen de un incendio. Me preguntaba si Grover podía hacer lo mismo, me hubiera servido de ayuda cuando mi manzano murió.

"Por cierto la Captura de la Bandera es este viernes por la noche. Tenemos que conseguir una espada y escudo"

"¿Captura de la bandera?"

"Algo de una tradición, se hace cada que llega un nuevo campista."

Esto en verdad es confuso, captura de la bandera... será algo así como aquel juego de play que jugaba con mi hermano, ¿cómo se llamaba? oh si, 007... Esperen pero en ese juego tenías que matar a los del equipo contrario!!.

"Intentaran matarnos", exclame indignada.

"Solo son retos de cabaña y todo eso", explicó. "No es letal. Al menos eso me dijo Quirón".

Entramo a un pabellón al aire libre con columnas griegas blancas sobre una colina con vista al mar. Había una docena de mesas de picnic de piedra. Sin techo. Sin paredes.

"¿Qué hacen cuando llueve?", Le pregunté.

"No sé, lo mismo le pregunte a Quirón y me miro raro"

Continuamos caminando sin detenernos, pff yo tenía hambre, por último, me mostró las cabañas. Había doce de ellas, ubicadas en el bosque junto al lago. Estaban dispuestas en U, con dos en la base y cinco en una fila a cada lado. Y eran, sin duda, la colección más extraña de edificios que había visto.

Excepto por el hecho de que cada una tenía un número grande de bronce por encima de la puerta (impares en el lado izquierdo, pares a la derecha), no se veían para nada iguales. La número nueve tenía chimeneas, como una fábrica diminuta. La número cuatro tenía enredaderas de tomate en las paredes y un techo de césped real. La siete parecía estar hecha de oro macizo, que brillaba tanto a la luz del sol que era casi imposible de ver. Todas ellas se enfrentaban en un área común del tamaño de un campo de fútbol, salpicada de estatuas griegas, fuentes, flores, y un par de aros de baloncesto (los cuales eran más que la altura de Percy).

En el centro del campo había una gran piedra revestida con una hoguera. A pesar de que se trataba de una tarde calurosa, el corazón ardía. Varios niños se encontraban ahí, jugando supongo.

El par de cabañas en la cabecera del campo, las número uno y dos, lucían como los mausoleos de él y ella, grandes palcos de mármol blanco con gruesas columnas en el frente. La cabaña uno era la más grande y más voluminosa de las doce. Sus puertas de bronce pulido brillaban como un holograma, para que desde diferentes ángulos relampaguearan rayos dando la apariencia de que las atravesaban. La cabaña dos era más agraciada de alguna forma, con columnas más delgadas con guirnaldas de flores y granadas. Las paredes estaban talladas con imágenes de pavos reales.

"¿Esas deben ser de Zeus y su esposa no? Son demasiado extravagantes" Dije.

"Así es, pero no lo digas así, al parecer se ofenden" me dijo mientras se encogía de hombros.

"Ya... pero están vacías".

"Varias de las cabañas lo están. Cada cabaña tiene un dios diferente, como una mascota. Doce cabañas para los doce olímpicos."

Percy siguió hablando pero algo en la cabaña capto más mi atención. No era alta y poderosa como la cabaña uno, pero era larga, baja y sólida. Los muros exteriores eran de áspera piedra gris salpicada de trozos de conchas y corales, como si las placas hubieran sido talladas directamente del fondo del océano. Me asomé por el interior de la puerta abierta y Percy me siguió... bueno al menos si me meto en problemas diré que él no me dijo nada. Logre captar la fragancia salada del interior, como el viento en la playa de Montauk. Las paredes interiores brillaban como una oreja marina. Había seis literas vacías con sábanas de seda dobladas hacia abajo. Pero no había ninguna señal de que cualquier persona hubiera dormido allí.

"Beth, será mejor que sigamos, nos meteremos en problemas"

"Es tan triste y solo, si yo viviera aquí lo llenaría de luz y color."

"Apuesto a que si" No dijo nada más, creo que sentía lo mismo que yo.

La mayoría de las otras cabañas estaban llenas de campistas. La número cinco era de color rojo brillante, un verdadero trabajo de pintura desastroso, como si el color hubiera sido salpicado encima con cubos y puños. El techo estaba forrado con alambre de púas. Una cabeza de jabalí rellena colgaba sobre la puerta, y sus ojos parecían seguirme. En el interior pude ver un montón de niños con miradas torvas, ambos niñas y niños, jugaban a las vencidas y discutían entre ellos mientras sonaba la música rock. El más fuerte era una niña de unos trece o catorce años. Llevaba una camiseta tamaño XXXL del CAMPAMENTO MESTIZO debajo de una chaqueta de camuflaje. Ella se concentró en mí y me dio una malvada sonrisa de desprecio. Me recordó a Nancy Bobofit la niña que molestaba a Grover, aunque la niña campista era mucho más grande y lucia más ruda, y su pelo era largo y lacio, y marrón en lugar de rojo.

La hermana de Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora