Capítulo 42: Mal hermano.

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Annabeth gritaba. Yo gritaba. Ambas gritamos.

Lo que veíamos era como un ejército de bichos raros: cuerpos hechos de engranaje color bronce, patas delgadas, bocas pequeñas, todos con prisa hacia nosotros como una ola de repiqueteo.

"¡Arañas!'' Dijo Annabeth. "¡Ar—ar—aaaah!''

Nunca la había visto así. Yo no gritaba por eso, yo gritaba porque odiaba la sensación de sentirme perseguida.

Ella cayó de espaldas con terror y casi fue abrumada por las arañas robots antes de que Percy me soltara y corriera a levantarla y la arrastrara hacia el bote.

Esas cosas estaban saliendo por todos los bordes ahora, millones de ellas, inundando nuestros alrededores y dejándonos rodeados. Me dije a mí misma que probablemente no estaban diseñadas para matar, solo para acorralarnos y hacernos parecer unos estúpidos.

Pero ahora que lo pienso bien, esta trampa fue hecha para dioses.

Nosotros no somos dioses.

Annabeth y Percy subieron al bote, y después Percy me ayudo a subir. Empecé a patear las arañas mientras intentaban subir. Comencé a gritar de pánico, era horroroso, sentía la necesidad de gritar más fuerte y eso hice. La garganta me ardía. Y entonces paso algo que no esperaba, Percy se aferró a mí y también comenzó a gritar con desesperación. No lo entendí al principio pero después me di cuenta que era mi desesperación tan fuerte que la conexión lo hizo sentir lo mismo que yo.

Le pedí ayuda a Annabeth pero estaba tan paralizada por el miedo que no hacia otra cosa que no fuese gritar también.

"Treinta, veintinueve,'' dijo el altavoz.

Las arañas comenzaron a escupir hebras de hilos de metal, tratando de atarnos. Los hilos fueron fáciles de romper al principio, pero había demasiados, las arañas solo seguían llegando. Pateé una lejos de la pierna de Annabeth y sus tenazas arrancaron un pedazo de mis zapatos de surf nuevos.

Grover luchaba encima de la piscina con los zapatos voladores, tratando de romper la red, pero esta ni se movía.

Respire hondo, necesitaba calmarme o Percy no lo haría. Jale aire tanto como mis cansados pulmones podían y lo solté mientras cerraba los ojos.

"Quince, catorce,'' empezó a decir el altavoz de nuevo.

Cállenlo, pensé. Solo quería desaparecer.

"¡Grover!'' grito Percy. "¡Entra a esa cabina! ¡Y encuentra el botón de encendido!''

"Pero..."

"¡Solo hazlo!'' No entendía que deseaba o cual era el plan exacto, pero no dije nada y me deje guiar.

Las arañas estaban alrededor de la proa del barco. Annabeth estaba gritando como loca.

Grover estaba dentro de la cabina, dándoles a todos los botones.

"Cinco, cuatro..."

Grover nos miró desesperadamente, levantando sus manos. Nos estaba diciendo que ningún botón daba efecto.

"Beth... cierra los ojos, piensa en agua y concentrara en las tuberías, es hora de que lo único bueno que nos dio nuestro padre entre en acción", Percy me miraba desesperado, yo apenas podía mantener mi mente en lo que pasaba.

Cerré los ojos y pensé en olas, en la corriente del agua, el río Mississippi. Sentí un tirón en el estómago. Me imaginé que yo arrastraba el océano hacia Denver.

"¡Dos, uno, cero!''

Agua salió desde las tuberías. Ésta lleno la piscina, llevándose con ella a las arañas. Percy jalo a Annabeth y la sentó junto a él, poniéndole el cinturón justo cuando la ola golpeo el bote.

Yo no había tenido tiempo para darme cuenta de lo que estaba pasando y cuando la ola golpeo salí impulsada con fuerza por encima del bote. No estaba tan concentrada y el agua comenzó a entrar por mi nariz, trate de calmarme, di vueltas bajo el agua sin llegar a tocar el fondo. Ya no se veía nada, había agua por todas partes. Las extremidades no me respondían. Era como tener todo el cuerpo adormecido. Podía mover los brazos y las piernas pero no los sentía. Como esos sueños en los que tiramos un golpe con odio pero el impacto llega sin intensidad, vencido.

En ese momento me di cuenta de que si no me calmaba iba a morir. Cerré los ojos fuerte y fue cuando mi cuerpo toco algo duro, abrí los ojos de golpe y me di cuenta que había una puerta y dos botes que habían sido usados estaban apilados contra la barricada; uno sumergido y el otro con una grieta.

¡Crack!

Intente manejar el agua para que no siguiera ahogándome, pero me concentre tanto en el agua que no vi un tercer bote. Dolía como el infierno, creo que me había roto el brazo. De nuevo.

Puse todo mi esfuerzo para hacer caso omiso y controle el agua para poder salir encima de la puerta. Afortunadamente fue lo único que salio bien, de todo lo que se planeo hoy. 

Caí directo al agua que estaba del otro lado de la puerta, mi vista estaba borrosa, tuve que respirar hondo, para poder usar el agua y curar todos mis golpes y de paso mi brazo roto. Grite con fuerza cuando el hueso se colocó en su lugar.

Miré hacia el Túnel del Amor. El agua estaba disminuyendo. Había un bote hecho trizas. Unos cien kilómetros de distancia, en la entrada de la piscina, los Cupidos todavía estaban filmando. Las estatuas se movieron, arreglando la cámara para que dieran de frente, los faros de luz en mi cara. Sin poderlo evitar comencé a llorar, me sentía patética, humillada y llena de ira...

"¡Se acabó el programa!'' Escuche la voz de Percy. "Gracias y buenas noches.''

Los Cupidos volvieron a sus posiciones originales. Las luces se apagaron. El parque se volvió tranquilo y oscuro otra vez, excepto por la gotera que venía del Túnel del Amor. Me pregunté si el Olimpo había ido a publicidad, o si nuestras puntuaciones fueron buenas.

Odiaba ser objeto de burla. Odiaba ser engañada. Y tenía mucha experiencia manejando a los matones que me hacían eso.

"Necesitamos tener una pequeña charla con Ares.'' Escuche a lo lejos, yo seguía tendida enfrente del túnel llorando.

Sentí los brazos de alguien levantarme, creí que era Percy, pero claro, él solo tenía ojos para Annabeth, abrace a Grover con fuerza. Ni siquiera vino para saber cómo es que salí de ahí. 


La hermana de Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora