Capítulo 26: "Comete mis pantalones"

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La pelea no se detuvo como creí, las Furias recuperaron el equilibrio. Azotaron sus látigos hacia Annabeth mientras ella blandía su cuchillo y gritaba en griego antiguo, diciéndoles que retrocedieran. Grover lanzaba latas. Y yo trataba de darles alcance con mi látigo. Pero esto parecía no tener fin. Hasta que escuche aquel grito que me hizo perder la cordura.

"¡Hey!", era mi hermano, el idiota necesita aprender a obedecer.

Las Furias se volvieron, descubriendo sus colmillos amarillos ante él, la ex profesora aleteaba su látigo por el pasillo en su dirección, llamas rojas bailaban a lo largo de la piel de púas.

Sus dos hermanastras saltaron por encima de los asientos en cada lado de ella y se arrastraban hacia él como enormes lagartos peligrosos. Entonces sin pensármelo corrí detrás de una y enrede mi látigo en su cuello arrugado y apreté, la hermana 2 intentaba sacarse el lazo, alzo su látigo y capturo uno de mis brazos, eso ardía como el infierno, de no ser por Annabeth que se lanzó en mi ayuda esa maldita me hubiera arrancado el brazo.

Después de unos cuantos forcejeos más la hermana dos se hizo polvo dorado. Aunque me costara admitirlo agradecía que Annabeth estuviera aquí.

"Gracias" le dije con los dientes apretados. El que acepte que me ayudo no quiere decir que ya es mi mejor amiga.

"Concentrémonos en salvar a sesos de alga"

"Como le vuelvas a.."

"CHICAS!" Grover me interrumpió.

Con Annabeth y Grover avanzamos detrás de las Furias con cautela, buscando una apertura. Para sacar a Percy que ya había sacado a Riptide.

"Ríndete ahora." dijo entre dientes la furia mayor "Y no sufrirás el tormento eterno."

"Buen intento." le dijo. Pero en ese momento la furia Dodds había hecho ademan de azotar su látigo.

"Percy, ¡cuidado!" Annabeth gritó.

La Sra. Dodds azotó su látigo alrededor de la mano de mi hermano con la espada, mientras la Furia restante a un lado se abalanzo sobre él.

Mi mano se sentía como si estuviera envuelta en plomo fundido era aún más fuerte el dolor de cuando yo fui atrapada, COMO ERA ESO POSIBLE?

En mi perdida de la realidad Percy se había soltado y la furia o más bien el cuerpo de la furia venia hacia mí, así que sin pensármelo dos veces alce mi látigo y al igual que la otra la enrede hasta que se hizo polvo.

Annabeth tenía a la Profesora Dodds en un agarre de luchador y tiró de ella hacia atrás mientras Grover arrancaba el látigo de las manos.

"¡Ay!" gritó. "¡Ay! ¡Caliente! ¡Caliente!"

La profesora Dodds estaba tratando de quitarse a Annabeth de su espalda.

Ella dio patadas, araño, silbó y mordió, pero Annabeth la sujeto bien mientras que Grover tenía atadas las piernas de la Sra. Dodds en su propio látigo. Y yo ayudaba a Percy a levantarse.

Por último, ellos la empujaron hacia atrás en el pasillo.

La profesora Dodds intentó levantarse, pero no tenía espacio para batir sus alas de murciélago, por lo que se mantuvo tumbada.

"¡Zeus te destruirá!" prometió Annabeth. "¡Hades tendrá tu alma!"

"¡Braccas meas vescimini!" Grito Percy, a lo que era igual a ""comete mis pantalones""... sí creo que necesitábamos descansar.

Una explosión sacudió el autobús. El cabello se erizo en la parte de atrás de mi cuello.

"¡Fuera!" Annabeth nos gritó. "¡Ahora!"

Percy me sujeto de la muñeca y salto conmigo fuera del enorme autobús.

Corrimos afuera y encontramos a los demás pasajeros deambulando en un estupor, discutiendo con el conductor, o dando vueltas en círculos gritando:

"¡Vamos a morir!" Un turista de camisa hawaiana con una cámara chasqueo la fotografía a nuestra dirección antes de que pudiera reducir mi látigo y Percy su espada.

"¡Nuestras bolsas!" Grover grito. "Dejamos nuestras..."

¡BOOOOOM!

Cuando las ventanas del autobús explotaron los pasajeros se pusieron a cubierto. Un relámpago hizo un enorme cráter en el techo, pero un furioso grito desde el interior me dijo que la Profesora Dodds aún no estaba muerta.

"¡Corran!" Annabeth dijo. "¡Ella está pidiendo refuerzos! ¡Tenemos que salir de aquí!"

Nos sumergimos en los bosques mientras llovía, con el autobús en llamas detrás de nosotros, y nada más que oscuridad por delante.

Y claro con la piel ardiendo alrededor de mi brazo, por raro que parezca se comenzaba a formar una cicatriz como si la atrapada por aquel látigo fuese yo y no mi hermano. Ardía.

Todo esto me hacia pensar en si realmente estaba preparada para esta conexión que llevaba consigo soportar el dolor y la culpa, preparada para hacerle frente a lo que venga. Preparada para vivir y morir con la dependencia a la de mi hermano.

Y entonces mientras le veía correr con aquella decisión y miedo mezclado en sus ojos me di cuenta de que... lo valía, porque aun en el peor momento el esta para mi, y yo no me imagino una vida sin ser su hermana.

La hermana de Percy Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora