CAPÍTULO 2

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El desayuno fue en silencio. Hoy era el jodido primer día de preparatoria y ya no me sentía segura. Ni siquiera tenía hambre. Solo quería levantarme y empezar de nuevo.

— Camila, es hora de irte. ¿Por qué no has comido nada? — preguntó mi madre, mientras mi padre rápidamente dejaba los trastes sucios en el lavado. Negué.

— Peleó con Lauren. — informó Sofi a mi lado. La vi, ella se encogió de hombros.

Me levanté, tomando mi mochila que estaba en el suelo de mala gana. La pasé por mis hombros. Mi madre me miró, acercándose a mí.

— Suerte en tu primer día de clases, mi amor. — me dijo, sonriéndome. Me dio un beso en la mejilla. — Escucha. Clara y yo hemos sido amigas desde secundaria, te mentiría si te dijera que no peleabamos. — comenzó, hablando sobre la madre de Lauren. — Pero arreglar las cosas y hablando sobre eso, podría arreglar los problemas. Eso hace a los verdaderos mejores amigos. — me sonrió, animándome un poco.

La pregunta era: ¿Esto aplicaba cuando le decías a tu mejor amiga que estás enamorada de ella?

No creo que venga incluido. De igual forma, lo intentaría.

Caminé a la casa de enfrente, a la casa de Lauren. Toqué la puerta.

— Escucha, Lauren. Me gustas, pero no quiere decir que esté obsesionada contigo. — miré al suelo, susurrando las palabras que utilizaré. — Me gustas, pero no estoy enamora. Es como un crush solamente. Como el amor que le tengo a Harry o a Ed. Bueno, no tan intenso. A ellos los amo, pero a ti no tanto. Digo... estoy obsesionada con ellos también, pero contigo no. Es casi igual, pero no tanto. Bueno, yo... — negué, golpeándome la cabeza. Solo lo arruinaba más. No sabía que decirle ahora.

Ya sé, siempre funcionaba: "Lauren, era una broma. De verdad no me gustas, que gracioso ¿Verdad?"

Escuché ruido adentro y después la puerta se abrió. Clara abría la puerta y detrás de ella, Mike Jauregui tomaba el bolso de su esposa para irse ambos al trabajo.

— Camila, cariño. Que gusto verte. — me abrazó y le correspondí el abrazo. Me dio un beso en la frente y le sonreí. — ¿Cómo estas, mejor? — asentí, no sabía porque debería estar mal. — Que bueno, suerte en tu primer día. Mantén a raya a Lauren. Esa niña. — negó, yo me reí, murmurando un gracias.

Me dio un golpecito en la espalda y salió yendo hacia el coche. Fue que vi que había otro coche delante del de ellos, parecía conocido pero no recuerdo donde.

— Cami, Lauren dijo que estabas mal y por eso no fuiste a la fiesta del sábado. Tranquila no te perdiste de nada. La mujer me llamó diciendo que se iría de pijamada con otras chicas. — negó. Me sentí confundida. Luego entendí, Lauren fue a la estúpida fiesta y no quiso que fuera. Sentí un terrible coraje dentro.

De alguna forma la entendía. Tal vez necesitaba tiempo para volver a lo que fuimos.

— En fin, suerte en tu primer día. — me abrazó también. — Lauren está en su habitación, tiene visitas. — rodó los ojos, fruncí el ceño, ¿Visitas? Clara llamó a su esposo y él llegó, dándole el bolso que tenía en su mano. Lo hizo de forma afeminada, haciéndonos reír. Ambos subieron al coche y se despidieron con la mano.

Entré a la casa, en la sala miré a Chris y Taylor. Ambos iban en la secundaria, Chris era el hermano de en medio y Taylor la más chica. Solo por unos años.

— Mila, ¿Quieres desayunar? — preguntó la adolescente. Negué. No tenía hambre. Chris tomaba su jugo y me hacia una seña de que esperara.

— Ven a casa más tarde. Tenemos una ronda de FIFA, ustedes no pueden ganarme dos veces. — me reí, la otra semana le ganamos e hizo su rabieta de que no era justo.

Como si pudiera gustarte |#CAMREN#|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora