CAPÍTULO 16

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Pero no me casaba de querer arruinarme. De despertar llorando mañana por alguna estupidez.

Porque ahora estaba bebiendo de nuevo, iba a quitarme la camisa para tirarme a la piscina. Pero no sería bueno. Lauren me jaló del brazo, haciendo que la mirara.

— ¿Qué estás haciendo? Ya ha sido suficiente. ¿Por qué no te has ido a casa ya? — la empujé.

— No sigas hablándome, vete a la mierda. Jodete, Lauren. — negó. Le reprochaba, alejándome de ella. Mis manos se movían para deshacerme de su agarre.

— Estás, increíblemente borracha. — pero me jaló del brazo dentro de la casa. Intenté alejarla, pero no tenía fuerza suficiente. — ¿Por qué no te fuiste cuando te dije? — preguntó molesta. Forcejeé.

Volvíamos dentro de la casa y la música sonaba con fuerza de nuevo. Planeaba sacarme a rastras de aquí.

— ¿Quién mierda te crees? — me paró, esperando mis mierdas contra ella. — Déjame en paz, haz tu vida y arruínala como quieras mientras yo hago lo mismo con la mía. — no llores, Camila. No lo hagas.

Volvía a ver esa mirada, parecía como si no le importara un carajo lo que le dijera. Parecía molesta pero a la vez desinteresada, seria.

— ¿Por eso lo haces? Haz hecho un caos aquí, no voy a permitir que lo sigas haciendo. — me volvió a jalar del brazo. Y si, a rastras volvió a traerme por en medio del lugar. Y dijera lo que dijera, no me dejaría.

Por más que forcejeara parecía que tenía más fuerza.

— ¡¿Qué mierda quieres?! — pero no me respondió, por más que pregunte.

Creí que iba a sacarme de aquí, pero me llevó a la segunda planta. Abrió la puerta de alguna habitación y me empujó dentro, entrando ella después.

Aproveché su distracción para empujarla, se alejó unos pasos.

— ¿Por qué me traes aquí? Claro, que vergüenza que te miren hablando con Camila Cabello. Imagina nada más. — moví mis manos, dramatizando con ironía. Ella estaba en frente de mí, rodando los ojos.

— Lo hago por tu bien. Después de las mierdas que dijiste, no quiero que te hagan daño. — no entendía de qué diablos hablaba. — ¿Por qué eres tan insoportable cuando estás borracha? Mierda.

— ¿Lo hago por tu bien? ¿De qué hablas? De que diga la verdad de tu increíble novio y tu perra amiga. ¿Eso? — grité, soltó bufido.

Ahora era una guerra de palabras y gritos.

Por más oscuro que esté dentro de aquella habitación, podía mirar sus caras.

— ¡¿Qué quieres que te diga?! Que sí. Soy una perdedora que tiene miedo a quedarse sola. Que es tan fácil de manipular y caer donde mismo una y otra vez. Que teme hablar porque sé que esa zorra va a destruirme si la dejo quedar mal. Que estoy en un puto infierno aquí pero prefiero eso a joderme sola. Porque me gusta que me miren, pero últimamente odio todo esto. — y al fin estaba hablando de verdad, diciéndolo todo. Gritaba, acercándose a mí y sacudiendo mis hombros con sus manos. Cerré los ojos ante sus gritos.

Lauren enojada siempre me provocaba miedo. Sentía que me pegaba a la puerta mientras el silencio incomodo de la tranquila habitación nos embriagaba. Me sentía tan pequeña frente a ella ahora.

— ¿Eso querías que dijera? — preguntó, su pecho subía y bajaba. Sus ojos comenzaban a cristalizarse. — Mierda, sé que no soy yo. Que nada de esto soy yo, pero tampoco sé cómo alejarme. No es como si pudiera hacerlo de un día para otro.

Como si pudiera gustarte |#CAMREN#|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora