CAPÍTULO 17

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Me moví, tapando mi cara con la almohada. La luz entraba por las ventanas y estaba molestándome. La música sonó y moví mi mano intentando detenerlo. ¿Qué era ese sonido?

Por la mesita al lado, entendí que era un teléfono. Lo callé y me moví, volviendo a querer dormir.

Me dolía el cuerpo. Sentía la garganta seca y muchísimo cansancio como para dormir toda una vida.

Mierda. ¿Qué hora era? Mi madre ya me hubiera despertado. Así que no faltaba mucho para que llegara. Solo vuelve a dormir antes de que llegue.

Fue que quité la almohada de mi cabeza. La luz no entraba por mi ventana porque usaba cortinas, al menos que llegara mi madre y las hiciera a un lado a propósito. Y si ella llegara, digamos que los gritos y jaloneos, me hubieran levantado ya.

Abrí los ojos de par en par. Miré la habitación. Mierda.

Era grande. Cuidada con arreglos y muebles en blanco y violeta. Mierda. ¿Dónde diablos me quedé?

Entré en pánico. Mierda, mierda, mierda.

Cerré los ojos, respirando profundamente. Solté el aire y tenía miedo de voltear a mi lado.

No fue una buena noche. Recuerdo algunas cosas. Lauren y sus mierdas, una chica, Dinah y yo muy borracha. ¿Sera la casa de la chica? Mierda.

Abrí los ojos, mirando a mi lado.

Cabello negro y estaba boca abajo. Mierda, la chica aquella tenía el cabello rubio.

Respira, solo compartiste cuarto con alguien. Solo eso.

Pero me quedé pensando, fue que abrí más los ojos y subí la sabana que nos cubría. Mierda. Mierda. Mierda. Joder, que soy tan idiota.

Estaba desnuda. Increíble, tuve mi primera vez y no recuerdo una mierda. Empuñé mis manos, me sentía como una gran idiota. Quería llorar. Sentía tanta impotencia.

Cubrí mi rostro. Respira, todo está bien. Lo estará. Pero por más que intentara recordarlo, la cabeza comenzaba a dolerme. Sentía el estómago revuelto y me sentía como una basura. Como un asco de persona.

Miré a mi lado. Al menos era una chica. Bajé la sabana y por su espalda descubierta, era claro que estaba desnuda.

Se movió un poco. Y dejé de tocar la cobija. Me había quedado estática, me había quedado fría y quería morirme ahí mismo. Cerré los ojos, ya no sabía cómo respirar.

Bajé la mirada, cubriendo mi rostro. A menos que ese no sea su cabello y su espalda, podría estar equivocada. Pero era ella. La conocía perfectamente y era ella.

Me había metido con Lauren. No sabía que pasó, no recordaba. Pero esto no sería bueno.

Comencé a sollozar. Mordí mi labio, tratando de reprimir el llanto. Pero era imposible. Era ella.

Las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos. Y ahora si era la más grande idiota. Vaya que si iba a despertarme arrepintiéndome de algo que hice.

Quería morirme y borrar todo lo que pasó ayer. Que nada de esto hubiera pasado.

Me levanté, envolviéndome en otra sabana. Miré a Lauren. Negué. Fui a la única puerta que había ahí, supuse que era el baño. Abrí la puerta y entré.

Me pegué en la puerta cuando esta se cerró y no me importó llorar cuanto quisiera. Me miré en el espejo, abrí el grifo y lavé mi cara.

Parecía una gran perdedora. Tenías que arruinar todo de nuevo. ¿Qué había pasado?, ¿Habíamos?... No, era imposible.

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