0

15K 1.2K 486
                                    

Desde que había llegado a aquel instituto solo veía a las personas murmurando entre si mientras le miraban, no entendía porque lo hacían, no era alguien popular ni famoso, quizás se debía a su apariencia ¿su cabello resaltaba mucho? No quería ser narcisista pero pensaba que lucia lo suficientemente atractivo como para atraer a unas cuantas chicas, pero tampoco era como para llamar la atención de incluso chicos, le hacía sentir extraño.

Pero Luka Couffaine lo dejó pasar.

Aquel instituto era aún mejor que el anterior, solo por el simple hecho de tener actividades extracurriculares en las tardes, amaba la música pero en su anterior instituto se le hacía imposible ir de allí hasta alguna escuela de música.

Con sus manos en los bolsillos de su pantalón camino por todas las instalaciones de allí mirando con detalle todo, el profesor de música aún no había llegado por lo que hacía tiempo mientras esperaba, cansado de caminar se sentó en uno de los bancos que daban vista a la zona donde justo estaba la clase de esgrima, no era un fanático de aquel deporte, no le encontraba sentido, pero no por ello juzgará a quien le guste o lo practique.

Cada quien con sus gustos.

Habían varios estudiantes batallando entre si, pero una pareja llamó su atención, solo porque uno portaba un traje rojizo y no el típico uniforme blanco, ademas de que parecían los mejores de la clase, escucho como el profesor daba algunas instrucciones y de inmediato todos los estudiantes se detuvieron, allí fue que el de traje rojo se saco su casco.

Realmente quiso darse un golpe en ese momento por ser tan despistado, era obvio que sería una chica, su traje rojo se ajustaba bien a su cuerpo ¿Por que no lo noto antes?. Aquella chica tenia unos rasgos diferentes, no debía ser de París, tenia unos ojos cafés algo opacos, no demostraba mucha felicidad, su cabello era azabache y su piel era blanca, era hermosa sin duda alguna, pero no era de su tipo.

Su mirada vago unos segundos antes de apartarla para fijarse en su compañero de batalla, lastimosamente aún no se había sacado el casco, aquella chica le hablaba aún con ese semblante serio y él solamente asentía a lo que fuera que dijera, no fue hasta que la chica se retiro que se sacó el casco.

Luka solo pudo tragar grueso ante lo que veía.

Como lo sospecho era un chico, de cabello rubio, tan resplandeciente como el oro mismo, sus ojos color esmeralda tan brillantes y puros, la sonrisa suave que se escapaba de sus labios y su piel blanca y algo brillante por el sudor. Era el mismísimo Adrien Agreste en persona.

Lo había visto bastante en revistas y anuncios, pero jamas se había sentido antes así ¿Era acaso aquella aura brillante y alegre lo que lo atraía? No podía despegar su mirada de su persona, estaba tan hipnotizado, era sin dudas más bajo que él, podría arriesgarse a decir que era menor, pero eso no disminuye lo atractivo que es.

Todo en Luka reaccionó cuando los ojos esmeraldas del modelo le miraron, durante un segundo juro ver que la sonrisa del rubio se había desvanecido, pero al final le sonrió de forma amable y se dispuso a marcharse a los vestidores.

¿Había hecho algo malo? Aquella sonrisa había sido un poco forzada, no recuerda haber visto antes a aquel modelo en persona, definitivamente aquella era la primera vez, entonces... ¿Por que había sido aquella sonrisa borrada cuando le miró?.

Maldijo en su interior al recordar que la mayoría de los modelos se le subía la fama a la cabeza y se creían mejores que los demás, pero Adrien no parecía ser alguien así, al menos que tantos años de experiencia en el modelaje le hayan enseñado a actuar tan bien para que nadie note que es un arrogante.

- Luka, finalmente ha llegado el profesor, esta en la oficina del director esperándolo - una suave y amable voz se escucho a su lado, se giro para ver a la chica que le hablaba y como lo sospechaba, era Marinette, la linda chica de cabello azabache y ojos azules como el mar, su única amiga allí, aparte de su hermana -

- Muchas gracias Mari - se despidió de ella con un beso en su mejilla y la dejo ir a su clase de arte, una vez la vio entrar al salón se dirigió a la oficina del director para poder inscribirse en las clases de música -

Durante lo que resto del día, no logró mantenerse tranquilo, no lo entendía, algo lo estaba atormentando y era culpa de Adrien Agreste.

Durante lo que resto del día, no logró mantenerse tranquilo, no lo entendía, algo lo estaba atormentando y era culpa de Adrien Agreste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
The Fencer | Lukadrien [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora