Yoongi y Hoseok son vecinos, también mejores amigos. Pero sucede algo; ambos comienzan a tener sentimientos inocentes entre ellos.
❝─Mamá me dijo que cuando quieres a alguien, tienes que decirle o si no voy a arrepentirme toda mi vida ─Hoseok siente...
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Hoseok le encanta el sonido del piano, le gustaba escuchar a su padre tocar el piano, le gustaba ver a su padre tocando el piano. Pero odiaba ese sonido en los ascensores del hospital, pareciera que fueran infinitas.
— ¿Mamá? —Yoongi veía confundido a Hyerin quien no paraba de llorar sobre el volante —. ¿Mamá? —volvió a decir Yoongi exasperado cuando tocó la ventana para que pudieran entrar.
Hoseok observaba con tristeza los ojos de su segunda madre quien temblaba al dar los cambios. No había hablado, no había dicho nada al respecto sobre su aspecto deprimente.
Cuando el auto se detuvo, Hyerin le pidió a Hoseok ir a comer con ellos, se quedara a dormir incluso. No era extraño estaba acostumbrado a aquellas peticiones, pero... Aquello le parecía tan extraño.
— ¿Sucedió algo señora Min? —la voz seria de Hoseok le hizo estremecer —. ¿Es sobre... Mi papá?
— ¿Hoseok? —la señora Min le miró por el retrovisor confundida —. ¿Tú sabías... Eso?
—Sí... Siempre acompaño a mamá los jueves a verlo —respondió confundido —, entonces... Papá... ¿Murió?
Hyerin negó nerviosa:—No cariño. No está muerto... Solo... Está... —Hoseok suspiró bajando del auto para correr hacia su casa.
Yoongi también bajó corriendo detrás de él, su rostro chocó con la puerta de la entrada principal, tocó la puerta y gritó el nombre de su mejor amigo viendo como su madre llamaba por teléfono nerviosa.
— ¡Hoseok! —suplicó Yoongi golpeando con una patada la puerta, corrió para la puerta trasera, también cerrada.
Observó el árbol en el cual siempre escalaban para pasar de la habitación de él con la de Hoseok, ese árbol estaba en medio de ambas casas. Por eso no dudó en subirlo hasta llegar a la parte de la ventana, intentando abrirla en vano, podía ver a Hoseok quien estaba en su cama cubierto por sábanas.
»— ¡Hoseok! —gritó Yoongi golpeando la ventana con fuerza.
Yoongi suspiró para quedarse ahí mirando a Hoseok, cuidandolo desde ese lugar, sintiéndose imponente.
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