CAPITULO 9

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DENICIO

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DENICIO

- ¿Y la chica nueva? - Digo, al elevar mi vista de unos papeles que tengo en mis manos y salir de mi oficina, notando a Marcia sola.

- Está almorzando, joven Denicio. - Me explica, mientras focalizo en su silla vacía.

Y sacudo mi brazo al elevarlo, para poder ver la hora en mi reloj pulsera bajo mi camisa.

- ¿Pero, es tarde? - Casi el cierre.

Y no me gusta ni mierda.

¿Por qué, dicen?

Ni idea.

Lo deliberaré esta noche, mirando el techo de mi habitación en la cama.

- Su primer día... - Me explica. - ...motivada, la emoción de ello, los encargos...

Elevo una mano, para que no continúe.

Ya...ya, mujer.

Entendí.

- Iré por unos papeles hasta la metalúrgica. - Le digo, entregando los documentos que llevo en la mano a ella. - T8P Indonesia... - Sigo, mientras los recibe. - ...el viejo ya los chequeó en la cantina y firmó, envíalos por favor. - Pido. - Tienen que llegar antes del containers con su carga vía naval a Yakarta. - Ordeno.

- Sí, señor. - Eficiente como siempre.

Miro lo que me rodea.

Al igual que los activos del piso.

Cada uno en sus quehaceres, cuando me giro.

Bien.

Pero, de mis pasos al ascensor, volteo.

- No me pases más llamadas Marcia, después de la metalúrgica entrenaré... - Y sin más, la saludo con una mano en alto.

Aflojo algo la corbata de mi cuello, mientras espero que el ascensor abra, cual lo hace justo y a la par.

Miro por el ventanal, la vista gris y nublada que nos regala.

De unos lejanos truenos, anunciando una noche lluviosa.

Mierda.

Tras chequear los convoy de viajes por ruta, ya cargados con el acero y a espera de mis órdenes como firma de partir en la madrugada de mañana, cual lo hago entregando al jefe de cargas y mantenimiento.

Con una palmada de satisfacción en su espalda a modo felicitación por estar todo en orden y con el pertinente control que nos gusta con mis hermanos y devolverle el casco que utilicé pese a que estamos en el exterior, pero frente a tanta carga pesada.

Doy finalizada mi agenda del día, mientras regreso de vuelta al piso 30.

Pero me detengo y dejando de releer otra documentación que llevo conmigo.

Los hermanos Jo.De.Te®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora