The 21ˢᵗ Of July 爱 pjm&myg ៸៸༴

Capítulo 10

Dejé a Jimin recostado sobre mi cama. Por su estado, creí que se encontraba dormido. Pero no fue así. Al intentar irme, Jimin sujetó mi muñeca.

— Yoongi. No te vayas.

— No te preocupes, estaré en el sofá.

— No, quedaté aquí— hablaba somnoliento.

No estaba seguro de si sería una buena idea acostarme con él. Pero sabía que no pasaría a mayores si controlaba la situación.

— Esta bien, solo unos minutos— me recosté a su lado. La acción de Jimin al posar su cabeza sobre mi pecho, abrazandome fuerte, me paralizó por completo.

— ¿J-jimin?

— No me sueltes— lo dudé unos segundos, pero finalmente cedí, rodeando su cuerpo con mis brazos.

— No lo haré.

Comencé a acariciar su cabello, que aún seguía con su aroma ameno y color salmón.

— Te amo, Yoongi.

¿Qué?

Fue en ese momento que mi corazón se detuvo. De todo lo que pudiera ocurrir esta noche, nunca imaginé que sería escuchar a Jimin decir esas palabras y lo mucho que yo deseaba el que no estuviera ebrio.

— Descansa, Jimin— sentí su suave respiración. Se había dormido, mientras que yo ya daba por sentado que no pegaría un ojo en toda la noche.

Te amo, Yoongi.

Esa frase resonaría en mi cabeza por mucho tiempo.

✠✠✠

Desperté luego de una hora de poder dormir. Jimin nunca se separó de mí. Ni yo de él. Estuve toda la noche observando como dormía, mientras repetía una y otra vez en mi memoria ese "Te amo".

Mi intención era seguir recostado junto a él, disfrutar de un día sin tener que ir a clases. Pero no, mi telefono tenía que sonar. Salí de la cama lo más lento posible para no despertarlo. Tomé el aparato y me fuí de la habitación para atender la llamada.

— ¿Qué rayos ocurrió anoche?

— Buenos días a tí también, Namjoon.

— ¿Quiéres explicarme por qué la puerta de mi habitación está hecha pedazos?

— Es una larga historia— no era el momento correcto para que Namjoon se enterara.

— Tengo todo el día. Habla.

— Enserio, no querrás saberlo por telefono.

— ¡Solo dime qué rayos ocurrió anoche!

— Namjoon, juro que te contaré cuanto antes. Pero no ahora.

— ¿Acaso es tan grave?

— Te lo diré todo. Debo irme.

— Ashh, esta bien. Pero esto no quedará así. Adiós.

— Adiós— corté la llamada— Bueno, tarde o temprano lo sabrá.

Con ganas de volver a la cama, volteé hacia la puerta de mi habitación. Pero antes de que pudiera entrar, esta se abrió, dejandome ver a un Jimin despeinado y con los ojos semiabiertos. Una imagén muy dulce para cualquiera que pudiera verlo de esa manera.