The 21ˢᵗ Of July 爱 pjm&myg ៸៸༴

Capítulo 32

— Pregunté por qué viniste.

— Hijo, yo...

— ¿Piensas pedir perdón?— silencio. Choi no contestaba— Después de tantos años sin decir nada, solo por temerte.

— No debes temerme, hijo. Yo te amo...

— ¡Deja de llamarme así! ¡Eres tan falso! ¡Tú no sabes amar! ¡Ni a mí ni a mamá! ¡Eres solo tú y tu negocio! ¡Tuviste un hijo solo para que tu empresa no se viniera abajo!

— No es así cómo son las cosas.

— Entonces dime. Dime cómo rayos son las cosas— jamás había oído a Jimin de esa manera. Estaba gritando, llorando todo lo que tenía guardado. No iba a intervenir.

— Eres muy inmaduro para entenderlo. Te fuiste con ese chico y alteraste todo.

— Ni pienses en meter a Yoongi en esto. Es lo único bueno que me ha pasado ¡desde el maldito momento que llegué a esta ciudad!

— ¡No entiendes que ese chico no es para tí! ¡Solo te traerá problemas!

— ¡El único que trae problemas a toda mi maldita vida eres tú! ¡Eres solo un cobarde! ¡Nada de esto es sobre Yoongi! ¡Es sobre tí y cómo dejaste que todo esto pasara!

— ¡Solo intentaba protejer a nuestra familia! Sin mí dinero todo se vendría abajo.

— ¿Pero tú no te das cuenta?— su voz sonaba quebradiza— Todo ya se ha ido abajo. Mamá, yo. Nada está bien. Pero estas tan ciego y metido en tu puto mundo de egoísmo e ignorancia que no ves lo que nos estás haciendo.

No se escuchó más nada de parte de él. Y yo aún estaba expectante de cómo Choi reaccionaría.

— Ya no estaré con ustedes. No puedo seguir viviendo en esa casa, contigo. No quiero verte en mi vida. Y no me importa la sangre ni el apellido. Tú ya no eres mi padre. Y jamás te consideré como uno.

— No tienes idea de lo que estás haciendo. De todo lo que te he dado. Lo dejarás atrás y te irás con ese ingrato...

— Vete.

— No...

— ¡Que te vayas!— noté del otro lado de la puerta que Jimin no pudo seguir reteniendo su llanto— Alejáte de Yoongi y de mí. No quiero verte.

Tras unos segundos de silencio, en el que tal vez Choi procesaba toda la verdad que su hijo finalmente le había hechado en cara, en la habitación solo quedaba Jimin. Me animé a ingresar con cautela, sabiendo que Jimin no estaría emocionalmente estable. Acababa de alejarse por completo de su familia. De su madre. Había abandonado toda su vida anterior tras pasar por una experiencia rotundamente traumática.

— Jimin...

— Lo oíste todo, ¿verdad?- acentí apenado.

— Te dejaré un momento solo— volví sobre mis pasos para salir de la habitación. Pero no llegué tan lejos.

— No— miraba por la ventana. La luz del reciente mediodía iluminaba las lágrimas recorriendo su piel— No ahora.

De espaldas, suspiré algo aliviado, puesto que no quería dejarlo. Ni por el más corto lapso de tiempo. Caminé a su lado y me recosté junto a él, abrazando su delicado cuerpo.

— Jamás olvidaré su expresión cuando le dije que nunca lo consideré mi padre. Que los dejaría a él y a mamá— sus ojos goteban, pero el llanto se había apasiguado. Sin embargo, eso no me tranquilizaba en lo absoluto.