XII

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-          Y en pocas palabras me obliga a ir hoy con él al cine

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-          Y en pocas palabras me obliga a ir hoy con él al cine. – le explico a David.

Estamos los dos en la cocina desayunando, hablando de nuestros planes de anoche. Le cuento todo, prácticamente todo.

-          Pero en el fondo es excitante. – se encoge de hombros. – Quiero decir, mola el salir con un tío mayor. Tienes experiencia.

-          Drake no era tan mayor. – me quejo. – Y este no solo es ya cuarentón: es el padre de mi amiga.

-          Bueno, pero también me dijiste que te gustaba el hermano.

-          ¡Si es que voy a destruir esta familia como Anita se entere! – sollozo. – ¿Te imaginas que se entera? Abandono todo y me voy a otro país donde nadie me conozca.

-          Por mi parte no va a salir nada de información. – apoya su mano en la mía. – No son cosas para ir diciéndolas.

Le agradezco tanto. Agradezco tener un hombro en el que apoyarme. David puede ser muy tonto, pero es como yo: cuando hay que ponerse serio, nos ponemos serios. Él me cuenta que anoche se fue a una fiesta en la casa de su novio Tyler y conoció a varias personas. Dice que se lo pasó genial, pero yo no lo veo muy convencido. Últimamente lo noto menos gracioso de lo normal. Ya ni siquiera se pone mis tacones para hacer la gracia. Puede parecer una tontería este argumento, pero aseguro que no lo es.

Comemos luego de hacer deberes y ver la tele. David es un gran cocinero. Ojalá cocinar igual de bien que él. Como rápido, pues a las cuatro de la tarde tengo la entrevista de trabajo. Termino dos horas antes y me ducho rápidamente. Me pongo ropa formal y parto hacia mi tienda favorita, cruzando los dedos.

(...)

-          ¡Me han cogido! – escribo en el grupo de las Amigas, más entusiasmada que nunca.

La entrevista ha sido fácil: me han pedido mis títulos de maquilladora profesional y me han preguntado si conozco todas las marcas que venden. Y cómo no conocerlas...

Salgo de la tienda y veo un coche negro aparcado detrás del mío. Automáticamente me tenso, pues lo conozco perfectamente.

-          ¿Pensabas que lo del cine era un farol? – pregunta, apoyándose en el capó del coche y quitándose las gafas.

-          Naturalmente. – aguanto una risa falsa. Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla en forma de saludo. – Me han cogido para trabajar aquí.

-          Me alegro mucho. – me sonríe y aprieta mi mano. – ¿Quieres ir a tu casa a ponerte una ropa más cómoda?

-          Lo agradecería. – río, ahogando un suspiro de cansancio. – Me encantan los tacones, pero hoy me han matado.

DAMA (HVA 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora