27- Trueno

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Término de servir el té de manzanilla en la taza favorita de su novio, procurando de no volcar nada a medida que iba en dirección al sofá donde está actualmente acostado. Podía oír sus pequeñas quejas, provocadas por el dolor sofocante de su estómago. (T/n) deseaba poder ayudarlo de otra forma, pero con la tormenta que cae sobre la ciudad, es imposible salir a la calle. 

Además de que, se encuentran sin luz. 

La luz de la vela que está posada sobre la mesa ratona, proyecta luz sobre el rostro de Aoyama, que cada tanto da bocanadas profundas de aire.

Es una de esas raras veces, donde no dice nada. Donde solo guarda silencio, perdido en sus propios pensamientos.

Pasó sus dedos entre las hebras rubias, susurrando palabras reconfortantes a su lado. Aoyama dijo algo en francés que ella no podría repetir, pero esta segura que le dijo «Hermosa». Un trueno retumbó, provocando que ambos dieran un pequeño respingo. 

—Ah, sería perfecto para una cena a la luz de las velas —Murmuró el adolorido muchacho, mientras llevaba la taza a sus labios. 

Los ojos de (T/n) resplandecieron como dos gemas doradas, instaladas en la ventana que es golpeada constantemente por las gotas de agua. 

—¿Estás seguro que no quieres que vaya por algo? —Se veía lista para correr bajo la tormenta de ser necesario, y Aoyama sintió calidez—. Sabes que algo de agua no me hará daño.

—Ya se me pasará —Volvió a su posición inicial, tumbado en el sofá—. Es peligroso, (T/n)-chan —Logro ver gracias a la luz de la vela, las orejas puntiagudas sobresalir de su cabello—. ¿Tan preocupada te encuentras?

Las mismas se sacudieron dos veces.

—Por supuesto, ¿como no lo estaría? —Continuó acariciando su pelo, esperando que aquel gesto pudiera disipar su dolor—. No me gusta verte sufrir.

Su novia, una mujer lobo, era capaz de hacer cualquier cosa. Aoyama no dudaba de que podría detener la lluvia si se lo propusiera. Con tal de poder ayudarlo. 

Dejó un espacio en el sofá, guiñando el ojo, tratando de que el dolor no fuera notorio en su expresión.

—Abrazame, eso funcionara.

La licantropo suspiro, rodeando al rubio en sus brazos. La respiración pesada contra su cuello le hizo saber que Aoyama quedó dormido, al fin. Llevaba varias horas sin poder conciliar sueño. 

(T/n) negó con la cabeza, frotando su mejilla contra la frente del ojos violáceos. 

INKTOBER 2018 [BNHA x Fem!Lector]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora