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Viernes, último día de la semana y con los días de descanso a la vuelta de la esquina, pero Yoongi no está precisamente alegre. Camina, agarrando su maletín con fuerza, entre los pasillos de la escuela, escuchando las mismas conversaciones sobre la fiesta que se iba a celebrar esa noche una y otra vez. Apenas ha terminado la segunda hora del día y ya tiene los nervios rozando el límite del vaso.

Entra en el despacho de su apartamento, saluda con la mano al compañero que ocupa una lugar en el sillón, leyendo con desinterés unas hojas que Yoongi supone que son trabajos, y este le devuelve el saludo. El silencio inunda casi más que el ruido que hace el pelinegro al sentarse en una silla, sacar sus cuadernos y ponerse a replantear los temarios que impartirá esa semana.

- ¿Habéis oído lo de la fiesta de los de último curso? —Una compañera entra, también cargada de carpetas, y deja todo con un gran estruendo sobre la mesa. — Llevan comentándolo toda la semana y hoy he escuchado a los de primero planeando colarse.

- No van a dejar que se cuelen —Yoongi se gira hacia su compañero, quien habla sin levantar la vista de lo que resultan ser exámenes. Al ser tipo test los corrige más con inercia que con concentración.

- De cualquier manera —la mujer toma asiento junto a Yoongi y también saca material, con el que empieza a trabajar en unas fichas. Todos hablan, pero ninguno alza la vista de su trabajo. — Deberíamos informarles para que tengan precaución.

- ¿Informarles? —esta vez es Yoongi quien habla, alzando la cabeza de sus escritos. No consigue concentrarse porque solo puede pensar en la fiesta y en cierta reciente pelea que tuvo en los baños. Su cabeza tiene espacio para todo lo que sean problemas. — ¿Informarles de qué?

- De el alcohol, los accidentes, las drogas, el sexo...

- No creo que se droguen, Jeyin.

- No se drogan —interviene Yoongi con más seriedad de la pretendida — No tendrán a nadie que se las vendan.

- Lo que vosotros digáis —se recoge el pelo en una coleta y picotea el bolígrafo varias veces contra la mesa. El pelinegro la mira, pero parece que ella ha dado por finalizada la conversación, y por algún motivo, él no está del todo satisfecho con eso.

- De cualquier manera, quizás tengas razón —ahora sí que miran a Yoongi, puesto que ninguno esperara que dijera tal cosa. Él se encoge de hombros quitándole importancia, pero sigue defendiendo lo dicho. — Quizás deberíamos ponerles algún trabajo a la vuelta del fin de semana o algo por el estilo, para que se controlen más y no desfasen tanto... —su compañero suelta una carcajada, y cuando se gira a mirar a la contraria, esta está observándole con una ceja alzada. — ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

- ¿Lo que acabas de decir iba en serio? —las risas por el fondo aumentan, aunque el hombre no alza la cabeza de sus exámenes, por lo que los dos restantes deciden ignorarlo. — No puedes hacerles eso, por dios.

- Solo era una idea.

- Una idea pésima —Yoongi rueda los ojos, aunque sabe que su compañera tiene toda la razón. Ahora se avergüenza tan siquiera de haberlo pensado, y el triple por haberlo propuesto. — Además, tenéis razón. Ya no son niños.

- Aún lo siguen siendo.

- Están dejando de serlo —termina diciendo el pelinegro, esta vez sin mirar a sus compañeros. Casi habla más para él mismo que participando en la conversación. — Lo cual es más peligroso.

- Por favor, siguen siendo niños. Ni siquiera son mayores de edad —esas palabras rebotan en el pecho de Yoongi con tanta fuerza que le corta la respiración durante un segundo. Muerde su bolígrafo pero aparenta tranquilidad, como si no le hubieran afectado en absoluto. — Pero no quiere decir que tengamos que actuar como sus padres.

- Pero estaría bien que lo hiciéramos como docentes.

- No pillo tu punto, Jeyin.

Yoongi se levanta, intentando salir de la conversación lo más disimuladamente posible, y se acerca a la máquina de cafés que les instalaron el mes pasado. Mientras ve como se llena el pequeño vasito, solo puede pensar en Park Jimin.

Todo se le está yendo de las manos con ese chico, ni siquiera ha sido capaz de cortarlo. Solo parecen asomar problemas y día tras día se le está volviendo una frustración instantánea pisar el colegio. Ya no por la seguridad de su puesto, pues es lo que menos le preocupa, pero cierta parte muy escondida se arrepiente de como están yendo las cosas con el rubio, y otra parte se arrepiente de arrepentirse de eso.

- Chicos, me salgo un rato —avisa a sus compañeros antes de agarrar su maletín, guardar las hojas en él y despedirse.

Al otro lado de la sala los pasillos están alborotados. Va a empezar la tercera hora. Él la tiene libre y decide ir a la cafetería, supuestamente para pasar un rato a solas, pero aún así camina directo hacia la clase de Park Jimin, quedándose al fondo del pasillo. Echa un vistazo, pero no le ve, por lo que sigue caminando como si nada.

Ya en la cafetería se pide otro café, aunque aún tiene a medio beber el de la máquina. Se sienta en una mesa, terminándoselo con pequeños tragos, cuando le llega un mensaje al móvil. Es un número desconocido.

[¿Me buscabas?]

Yoongi frunce el ceño y mira a su alrededor, pensando desde ese mismo instante que es una broma y esperando el momento en el que la pequeña gracia va a ser la gota que colme el vaso de su paciencia, pero no ve a nadie, lo que hace que se relaje.

[Soy Jimin, por cierto]

[Es mi nuevo número, por si quieres bloquearlo]

Todo da un giro de ciento ochenta grados. Se termina el café de un trago y deja el móvil en la mesa, mirándolo de reojo sin saber que responder. Finalmente agarra el dispositivo y lo primero que hace es guardar el número en su lista.

[¿Estás ahí?]

Yoongi teclea sin pensarlo, como si esa fuera la oportunidad que llevaba esperando estos últimos días. Ni siquiera sabe qué decir, pero el cambio de actitud del rubio es una señal de algo y no puede ignorarla, aunque en el fondo sabe que habría sido lo más responsable.

[Sí]

[¿A qué te refieres con buscándote?]

[Te he visto hace un momento mirando hacia mi clase, como buscando a alguien]

[No me acuerdo]

[Como tú digas. Adiós.]

Chasquea los labios molesto y tantea con los dedos sobre el teclado de la pantalla, pero no sabe ni qué decir. De nuevo siente que lo ha estropeado en unos segundos sin planearlo o quererlo si quiera. Suspira y bloquea el móvil, justo en el momento que le traen la taza de café.

Y mientras lo bebe solo piensa en la conversación que ha tenido con sus compañeros. En la fiesta. En los alumnos de estos años y lo diferente que ve a Park respecto a ellos. En como han cambiado las cosas solo en un verano y como sigue cambiando, incluso ya fuera de sus manos.

Mientras empieza su segunda dosis de cafeína, solo piensa en si ha elegido bien y por otro lado, si le caerá otra oportunidad en el futuro.

Corrígeme si me equivoco  ▬ [Yoonmin]Where stories live. Discover now