λα'

2K 416 45
                                    


Aunque estos días coma menos, siente que su cuerpo le pesa más y más cada mañana. La poca motivación que tenía para ir al trabajo, ha desaparecido por completo, e incluso ha terminado dándole la vuelta al espejo de su cuarto para no tenerse que ver la cara al despertar. No siente que su vida en esos momentos sea un desastre, porque literalmente no siente que sea una vida.

Jamás hubiera pensado que distanciarse de ese niño iba a afectarle tanto, pero lo hace. Se siente como un adolescente, como cuando le rompieron el corazón por primera vez en su vida y pensaba que nada iba a mejorar. Así se siente en esos momentos. Con la diferencia de que ahora es más mayor, más coherente y con menos futuro.

- ¿Ya has hablado con él? —es la voz de Hoseok sonando en el manos libres de su coche. Últimamente la mayoría de conversaciones que tiene el pelinegro, son por teléfono. Y eso cuando no se limita a un seco mensaje de texto. — Deberías hablar con él, quizás no esté llevando bien todo esto...

- Ya hablamos y todo está bien.

- Pero solo tiene diecisiete años, Yoongi —escuchar eso le revuelve el estómago, aunque a penas haya conseguido beberse media taza de café esa mañana antes de salir. — puede afectarle mucho una ruptura, sobre todo ahora que está de exámenes y ya sabes...

- Ya lo hemos hablado, no puedo hacer más.

- Entiendo —por el tono, el mayor nota que su amigo no parece convencido con su respuesta, pero por suerte no sigue insistiendo con el tema. De lo contrario, Yoongi cortaría la llamada de inmediato. — ¿Y tú estás mejor?

- ¿Mejor? —suelta una risa sarcástica, que parece de todo menos una risa — ¿A qué te refieres? —ni siquiera resulta convincente para sí mismo, pero sigue fingiendo. — Estoy perfectamente.

- Ahá.

- Estoy perfectamente, Hoseok.

- Eso ya lo has dicho.

- Pues eso —suspira y vuelve a arrancar tras haber estado un par de segundos parado frente a un semáforo en rojo. — Que estoy perfectamente.

- ... —tras un silencio que resultaría incómodo de no ser por la confianza que ambos tienen, el menor de los dos vuelve a sacar tema de conversación, aunque esta vez no lo dirige al pequeño chico rubio que recuerda difícilmente de la fiesta en el verano. — ¿Entonces te apuntas a salir hoy de copas?

- No.

- Han abierto un nuevo local y tengo que escribir una reseña para la próxima semana, vamos... —el silencio del conductor llega como una negativa a oídos de su amigo— invito yo, venga.

- Creo que no has escuchado mi 'no' de antes.

- Entonces después de pasar por el local, iré a tu casa —Yoongi ya está lamentándose por lo mucho que van a romper su tranquilidad los próximos días. En ese momento, aunque sabe que su amigo solo hace lo mejor para él, se lamenta por no ser más ermitaño de lo que ya es. — O mejor —cierra los ojos y se frota las sienes. Es uno de los detalles por los cuales prefiere hablar sin estar cara a cara, pues no le es necesario disimular su agotamiento. — Te llamo y me vienes a recoger.

- ...

- Ya sabes que no me conviene conducir borracho —es irónico que se lo esté contando precisamente a Yoongi, a quien se pasa las últimas noches recorriendo la ciudad borracho y vomitándolo todo al llegar a casa. — Bueno, ni a mí ni a nadie.

- Como quieras.

Y exactamente en eso quedan. Hoseok lo organiza todo y Yoongi asiente con una pasividad absoluta a los planes y decisiones de su amigo, rezando para que ese día le sirva de cupo lo que queda de mes, que aunque no es mucho, solo quiere pasarlo a solas en su casa. Incluso ha dejado a Holly con Namjoon porque no se siente con fuerzas para cuidarla debidamente estas semanas.

A pesar de todo, cuando cruza la puerta del colegio, adopta una actitud mucho menos desastrosa. Alza la barbilla y camina erguido, imponiendo a los alumnos que se cruzan a su paso. Desprende mucha más frialdad que de costumbre y eso le hace destacar más entre la gente, pero aunque en otros tiempos le molestaría, en ese momento le da exactamente igual.

- Aquí estás —un profesor que le saca varias cabezas, le pilla por banda y se coloca en frente suya, impidiendo que siga andando. Solo ese pequeño gesto tan por la mañana y la energía que desprende, saca de quicio al pelinegro, pero a pesar de todo intenta ser lo más asertivo posible. — Tenía que comentarte unas pequeñas ideas que tuve para el viaje, con las salidas y eso...

- Oh —cae en ese momento de que aquel tipo será uno de los profesores con lo que irá al viaje, seguramente con el que se encargará de su curso. Ya se lamenta de no haberse negado con más ímpetu a participar. — Yo estoy bien con lo que tú decidas.

- Ya, entiendo —Yoongi echa a andar y el hombre se ve obligado a seguirle el paso para continuar la conversación— Mas me gustaría comentártelas de todas formas.

- Te escucho —eso dice, pero realmente no le escucha. Como muchísimo, llega a oírle, y por obligación.

- Respecto a la salida de los primeros días, pensé que podríamos hacer una yincana con la fauna de la zona... habría varios grupos que formaríamos nosotros ya de antes y...

El pelinegro ni se molesta en asentir como las dos primeras veces que lo ha hecho, porque su atención se ve eclipsada por una bonita cabellera rubia que asoma por la puerta del baño.

Es Jimin con uno de sus compañeros de clase, uno que no conoce. Tiene mejor aspecto y está sonriendo. Ver como sus ojos se convierten en dos finas líneas como era propio de su risa, después de tanto tiempo, tiene un gran impacto en el adulto, quien siente como si sus intestinos se hicieran un nudo y le cortaran la inexistente digestión que tendría que estar haciendo.

El chico pasa de largo sin verle, sin percatarse si quiera de su presencia, y Yoongi le sigue con la mirada descaradamente. Le da igual si tiene un profesor hablándole al lado suyo o si se está comportando como el ser más penoso de la tierra. Cuando Park Jimin pasa al lado suyo, él se convierte en su sombra.

- ¿Me disculpas? —pone una mano en el hombro del profesor y le ignora, dejándole atrás rápidamente. Ni siquiera se gira para ver su reacción, pues no le importa lo más mínimo.

Camina a paso rápido por el pasillo, siguiendo al alumno a pocos metros. Entonces Jimin, quien sigue charlando animadamente con su compañero, baja las escaleras, y el adulto se queda de pie, mirándolo desde el primer peldaño como se aleja. Quiere pararle en ese mismo instante, pero todo su cuerpo parece haberse congelado.

En el último segundo el rubio alza la vista y le ve. Ambos se miran. Se siente como una eternidad, como si todo se detuviera y fuera a suceder algo especial. Pero no es el caso, puesto que nada sucede, nada especial o común. El contacto visual se rompe y Jimin desaparece de su vista.

Entonces, antes de poder detenerla, una lágrima cae por el rostro del adulto. Miles de pensamientos le pasan fugazmente por la mente, e igual de rápido se limpia la mejilla con el puño y echa a andar hacia el despacho del jefe de estudios.

Mientras camina, tiene algo claro, y es que de ninguna manera irá a ese viaje.

Corrígeme si me equivoco  ▬ [Yoonmin]Where stories live. Discover now