με'

1.3K 244 10
                                    


El día pasa rápido, y aunque hay uno del grupo que no tiene patines que descambiar en los vestuarios, acompaña igualmente al resto de personas que tienen que recuperar su calzado sin cuchillas en las plantas. El de pálida tez espera sentado en uno de los banquillos de madera, agarrando su mochila con desconfianza debido a lo llena que está la sala.

Los demás están riendo en el mostrador, los cuatro. Por un segundo siente que no existe, que no está incluido en esa escena. Jimin está rodeado de personas que le complementan, aunque él no sea ninguna de ellas, y parece que no falta ningún pedazo. Pero todo eso dura solo un segundo, porque al instante los brillantes ojos de su novio se cruzan con los suyos y una sonrisa aparece en el rostro de ambos.

- ¿Por qué propusiste el plan si no te gusta patinar? —una voz mucho más grave que la que le gustaría escuchar le sobresalta. Mira a su izquierda y se encuentra a su antiguo estudiante y mejor amigo de su pareja. Frunce el ceño al escucharlo en su cabeza.

- No de por hecho que no me gusta patinar.

- Vale — Jungkook coge su bota e introduce el pie, inclinándose seguidamente para atarse los coloridos cordones que la adornan. — Daré por hecho que te gusta y eres demasiado idiota como para hacerlo.

- Hoseok quería una coartada para salir con Taehyung —responde casi con un bufido el mayor. El menor, al contrario, suelta una carcajada mientras sigue atándose el calzado.

- Nadie necesita una coartada para pasar tiempo con Tae, y mucho menos tu otro amigo pedófi-... eh —tose, interrumpiendo la palabra pero aún así no mira al mayor, aunque sí se corrige. — tu otro amigo. A secas.

- Niñato bocazas... —murmura el mayor, pero en un tono tan bajo que el pelinegro no le escucha apenas, y si lo hace tampoco le molesta.

- Lo que quiero decir es que la atracción es mutua. Díselo a tu amigo y te ahorrarías desperdiciar una tarde amargado entre gente con la que no quieres estar.

- Quiero estar con Jimin, no me importa lo demás.

- Te importa. Sino no estarías con esa cara de orto.

- ¿Prefieres que te sonría mientras intentas que Jimin y yo rompamos? —el menor suspira, pero sigue sin alzar la cabeza. Pasa a su otro pie y repite el mismo proceso con la bota, pero a un ritmo incluso más despacio. — Buena suerte mocoso.

- No intento que rompáis.

- Porque has visto que no puedes.

- Algo así, más o menos —esta vez una socarrona sonrisa cruza brevemente el rostro del menor, pero parece tan amarga a la vez que Yoongi no suelta ningún comentario o se molesta por ella. — si de ti dependiera, ahora mismo estaríamos en el banquete de mi boda y tú estarías invitado como profesor y nada más —el 'mencionado profesor' bufa pero sigue en silencio, procurando no interrumpir el discurso hasta escuchar la respuesta. — pero depende de Jimin, y no le gusto.

- Porque le gusto yo.

- No —rueda los ojos y se pone finalmente en pie. Yoongi solo puede pensar en la rápida velocidad a la que está creciendo ese niño. Casi le alcanza y tiempo antes era su maldito alumno. — Porque no le gusto y punto. No te atribuyas ningún mérito, al igual que yo no me atribuyo ninguna culpa.

- ¡Hoseok dice que nos invita a todos a comer helado azul y rojo! —Taehyung aparece entre el tumulto de gente. Se agarra del brazo de Jungkook y se acerca para susurrarle al oído, quizás demasiado alto. — Voy a hipnotizarle con mi lengua, ya verás.

- ¿Hoseok ha dicho que invitaría a todos?

- Eh, sí —el mencionado aparece por el fondo, acariciándose la nuca. Es más que obvio que no necesita ni quiere la compañía de los demás. Yoongi suspira y también se pone en pie. — He pensado que podríam-

- Ir vosotros solos —suelta el mayor del grupo de repente.

- ¡Vale! —responden ambos a la vez, sorprendiéndose por la coincidencia. Se echan a reír mientras Yoongi abandona el grupo, ignorándoles y Jungkook rueda los ojos, sintiéndose incómodo entre esa pareja tan rara en la que incluye a su amigo.

Jimin ve acercarse a su novio antes de que llegue, por lo que se queda los pasos restantes sonriéndole desde lejos. Seguidamente se apoya en el mostrador con cansancio y aplasta una de sus rechonchas mejillas, apoyándola sobre su puño. Yoongi ríe y le revuelve el pelo.

- Seguro que no encuentran tus zapatos de lo pequeños que son —bromea para molestarle. Jimin frunce el ceño y va a golpearle en broma en el pecho, justo cuando una mujer vestida con la camiseta de la compañía de la empresa aparece con sus zapatos en la mano. Se recompone rápidamente y agarra el par antes de dar una rápida reverencia de agradecimiento, en la cual apenas repara la dependienta por lo ocupada que está con los demás clientes. — Deja —Yoongi se agacha, colocándose en cuclillas y agarra de las manos del menor, los zapatos.

- Me siento como cenicienta —murmura ilusionado el menor.

- Igualito —Yoongi sonríe y le agarra la punta del calcetín, que está completamente empapada. — En el cuento debieron omitir lo de los calcetines sudados.

- ¡Oye! —se queja, pero por el rápido movimiento pierde el equilibrio y cae sobre el contrario, teniendo que agarrarse a su cabeza para no terminar en el suelo. Yoongi rueda los ojos pero no mueve ni un dedo hasta que el rubio vuelve a recomponerse. — perdón — se disculpa avergonzado, enrojeciendo aún más si es posible sus mejillas. — ¡Oh Jungkookie! — de nuevo se desequilibra pero esta vez antes de nada su amigo acelera un paso y le agarra del brazo. El adulto se mantiene en silencio, siguiendo abrochándole los cordones a su novio.

- Me voy a casa, me acerca Hoseok con su coche.

- ¿Ya se van todos? —suena desilusionado, y su labio inferior se dobla aún más al ver como su mejor amigo asiente con la cabeza, balanceando el flequillo y los pendientes de sus orejas.

- Tae va a tomar un helado con Hoseok y a hipnotizarle con su lengua... —lo piensa unos segundos y ambos niegan con la cabeza, sintiendo un calofrío recorrerles la espalda al imaginarlo. — no creo que quieras ver eso.

- ¿Y por qué no vamos a tomar algo nosotros tres? —propone inocentemente el rubio. Yoongi permanece aún más en silencio, encargándose ahora del segundo zapato. Jungkook sonríe, casi con dolor, y niega, balanceando de nuevo sus pendientes. — ¿Seguro?

- Seguro. Hay un streaming que no quiero perderme, no te preocupes.

- ¿Hablamos mañana entonces?

- Hablamos mañana —le revuelve el pelo y luego se mete las manos en los bolsillos, como si quisiera guardar el contacto. Jimin únicamente repara en el cambio de sensación al volver a tener zapatos cubriendo sus pies, pues Yoongi termina en ese instante y se levanta, tendiéndole sin mucha gana una mano al menor, quien la estrecha con indiferencia. — Hablamos mañana —añade esta vez dirigiéndose al mayor.

Ambos, de edades en extremos, se miran. No dicen nada con palabras, para que Jimin no pueda escucharlas, pero sus miradas, ajenas a la del rubio, quien está abrochándose el abrigo, dicen más que cualquier boca podría en su vida.

No hay enfado, simplemente aceptación por ambas partes.

Jungkook se marcha y Yoongi esta vez clava su vista en él hasta que desaparece por las puertas. Luego sigue viéndole en su mente.

- ¿Estás bien? —una mano zarandeándose frente a sus ojos le devuelve a la realidad. Es una mano tan pequeña que su primer impulso es agarrarla y no soltarla nunca. La besa y eso mismo hace.

- Ahá —también besa la cabellera rubia de su lado y estrecha a Jimin contra su cuerpo, mientras caminan a la par. — Estoy bien. 


CASI FIN

Corrígeme si me equivoco  ▬ [Yoonmin]Where stories live. Discover now