Corrígeme si me equivoco ▬ [Yoonmin]

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La estación es un caos de adolescentes. A penas llegan a la quincena, pero hablan tan alto y están tan emocionados que hasta los vigilantes se arriman a la zona, intrigados por lo que está sucediendo. Solo es un viaje entre compañeros de clase, pero ante la falta de adultos, la pequeña línea que separa la diversión irresponsable de la diversión responsable, es cruzada fácilmente.

- Voy a comprar mantas para el trayecto —un chico se asoma por el hombro de Jimin y extiende la mano — ¿Te cojo una?

- Ya tengo —el rubio sonríe, pero igualmente saca un billete y se lo deja en la palma — pero cómprame una de esas almohadas con forma de flor, las blanditas de pelo.

Cuando el chico se marcha con su dinero a la tienda, Jungkook, quien estaba hablando con Jimin en ese momento, no espera ni tres pasos para echarse a reír. El mayor rueda los ojos y espera pacientemente a que disminuyan las carcajadas.

- Parecía una almohada muy cómoda, así que cállate.

- Es que te he imaginado con una flor gigante de pelo en la cabeza —vuelve a echarse a reír y esta vez Jimin esboza una pequeña sonrisa, disfrutando de la reacción de su amigo. — y estabas graciosísimo.

- Pues me quedaría genial seguro.

- ¿Una flor del tamaño de una señal de tráfico? —Jimin asiente y Jungkook, tras pensarlo detenidamente un par de segundos, también concuerda. — Tienes razón —el rubio sonríe y da una vuelta como si fuera alguien de la nobleza mientras su amigo le admira de forma exagerada. — Por cierto, no me has contado que tal el viaje con el profe.

- Te la contaría si dejaras de llamarle así —rueda los ojos y suspira — aunque al menos ya hemos dejado atrás lo de viejo.

- No puedo verle ni como alguien de mi edad, así que tuve que buscar otro nombre.

- Podrías utilizar el suyo propio.

- ¿Profesor Min Yoongi?

- ¿Habláis del profesor Min? —justo en ese momento aparece el compañero de antes con una almohada de flor morada. Jimin se paraliza durante un segundo y Jungkook asiente, sin prestar mucha atención al recién llegado. — Una pena que no viniera al viaje. El jefe de estudios resultó tener el mismo afán por la comida que por el campo, y nos tuvo casi cinco horas seguidas sin parar andando por la montaña... —le tiende el dinero sobrante al rubio junto a la almohada, la cual termina en brazos de Jungkook mientras el mayor guarda las vueltas en su billetera. — Fue casi un infierno.

- El profesor Min creo que estaba ocupado con temas de clase —Jungkook le tiende finalmente la almohada al rubio y sonríe maliciosamente, consiguiendo que este frunciera el ceño como respuesta. — ¿Verdad Jimin?

- Y yo qué sé —se gira y le da unas palmaditas en el hombro al recién llegado — Muchas gracias Taemin, ahora voy con vosotros cuando me despida.

- Iré con unos cuantos a la cafetería para coger bollos para el camino.

- ¿Me compras un par? —el compañero asiente y se marcha antes de recibir el dinero, cosa que alivia a Jimin. Cuando vuelve a estar solos, fulmina a su mejor amigo con la mirada. — Te lo advierto, niñato —Jungkook sigue riéndose, pero cubre su boca e intenta calmarse. — Como abras el pico, te lo coso.

- Por dios Jimin —vuelve a reírse hasta relajarse por completo y suspira, poniendo una mano en el hombro de su amigo. — Me ofende que pienses que pudiera decirlo.

- Sería la mayor tontería que abráis hecho nunca.

- Sería asqueroso —pone una expresión de asco y tiembla brevemente cuando le recorre un escalofrío solo de pensarlo. Mete las manos en el bolsillo de sus vaqueros y niega varias veces. — Me da asco hasta pensarlo, imagina como me sentiría sabiendo que lo saben todos.

- Precisamente tú estuviste todo el curso pasado enamorado de la profesora de biología.

- Pero la profesora de biología no era Yoongi. No tenía cara de cardo ni extremidades huesudas que va arrastrando por los pasillos del colegio. — rueda los ojos y mira al techo, recordando. — La profesora de biología era inteligente y super sexy.

- Yoongi es intelige-

- Asqueroso —corta a su amigo, cubriéndole la boca con su mano, y niega. En ese momento Jimin se percata de que las manos de su mejor amigo son enormes. Inconscientemente mira las suyas y las esconde tras su espalda al comparar tamaños y salir perdiendo por goleada. — Además, podrían meterle en la cárcel y esas cosas de abusadores pederastas, así que...

- Jungkook...

- Y encima teniendo un cuaderno con escritos obsesivos sobre ti... —chasque la lengua y vuelve a negar. — parece un psicópata, terminaría con pena de muerte seguro.

- Me prometiste que no dirías nada del cuaderno —susurra Jimin entre dientes. Seguidamente recobra la compostura y estira los hombros. — ¿Y qué me dices de tu libro de canciones dedicadas a Iron Man? ¿O de la manía que tienes en darme las buenas noches siempre antes de dormir aunque no hayamos hablado en todo el día?

- No es tan psicópata como lo del cuaderno.

- Iron Man no pensaría lo mismo —ríe y le revuelve el pelo, observando satisfecho la expresión avergonzada del menor. — Tengo que irme, pero nos vemos a la vuelta. En el próximo viaje les obligaré a que te incluyan —deja un beso en la frente de su mejor amigo y se aparta un par de pasos. — Lo prometo.

- No importa —sonríe con sinceridad y se despide agitando la mano. — Pásalo bien y hazte muchas fotos.

- ¡Lo haré!

- ¡Y mándamelas! —sigue agitando la mano mientras su amigo camina de espaldas, también despidiéndose con la suya. Ambos sonríen, uno emocionado y el otro alegre. — ¡Y cuida de Taehyung!

- ¡Te mandaré fotos cuidando de Taehyung!

Es lo último que consiguen escuchar correctamente antes de que la voz se pierda entre el tumulto y poco después ni atisben a verse.