Iba en el asiento trasero del auto de mis padres, ninguno de los tres mencionaba palabra alguna. Me apoyé en el vidrio de la ventana, viendo cómo una tenue lluvia regaba las calles; una lágrima recorrió silenciosa el camino que se había aprendido de memoria en este último tiempo. La limpie sin muchas ganas… pues sabía que venía otra después de ésa
Por el espejo retrovisor vi a mi mamá observándomecon preocupación, pero se mordió el labio y no me dijo nada, ya había hecho suficiente apoyándome en todo esto, y respetaba el hecho de que no quería hablar de él, porque hacerlo, significaba que en verdad estaba sucediendo; y yo aún tenía la esperanza de que todo fuera un mal sueño.
Llegamos a la casa, me pareció fría, vacía… pero era porque adentro no llevaba nada, todo lo había dejado en el hospital, con Harry y con Pat.
Subí en silencio a tomarme una ducha, dejé la ropa sucia a un costado del baño y la observé por un largo rato. Recordé mi mochila y mis barritas de cereal que se quedaron en ella; todo me parecía tan irreal, por un momento pensé que en realidad todo era un sueño, apreté mis ojos fuertemente deseando despertar, pero al abrirlos, ahí estaba la misma y roñosa ropa, recordándome que todo había sido real. La empujé hasta la lavadora, suspiré y finalmente entré a la ducha.
Mi piel agradeció el contacto con el agua caliente, mis ojos se cerraron de placer… y una corriente me recorrió entera al recordar el cuerpo de Harry junto al mío. La última vez que estuvimos juntos fue la mejor de todas, su sudor en mi vientre, su boca en la mía… y ahora no sabía a nada más que a medicinas.
Le di un golpe a la pared dando un pequeño grito frustrada; en mis manos no había nada que pudiese hacer para traerlo de vuelta…
-¡______! ¡Estás bien! –mi padre me gritó desde el otro lado de la puerta con una voz alarmada, de seguro el golpe los había sobresaltado
-Sí, sí. Sólo se me cayó el… shampoo –mentí.
Enrollé una toalla en mi cuerpo y desee que al salir mi ojiverdes estuviera esperándome, pero sólo me encontré con mi habitación vacía. La recorrí entera y tomé lo que mi madre me había dejado encima. Un pantalón pitillo negro, una camisa cuadrillé y unas zapatillas nuevas. Suspiré… ésta situación apestaba.
Bajé rápido las escaleras para encontrarme con que la cena ya estaba servida
-Pero aún es muy temprano para…
-Es para que duermas un poco antes de volver –me respondió mi madre; la miré por largo rato y me limité a asentir.
Casi devoré la comida, y cuando terminé… me excuse para subir, a lo que mis padres no pusieron protesta alguna.
Ya en mi cama, no pensaba en nada más que en los últimos seis días… cerré mis ojos y un montón de imágenes se amontonaron en mi mente; Harry y mi tatuaje, Harry ebrio pidiéndome perdón, las cartas, la pieza oscura, Harry, Harry, Harry estaba en cada rincón.
Comencé a dar vueltas desesperada en la cama ‘Por qué no despertaba, por qué tenía que salvarme de ese loco, por qué… por qué’
Las lágrimas se habían ya vuelto incontrolables, y no me preocupaba de aquello. Sí, estaba débil porque todas mis fuerzas estaban en otra persona, porque el amor de mi vida no reaccionaba y no sabía si lo haría tampoco.
Pero no, no pienses es.tupideces ____, Harry va a despertar y le dirás cuánto lo amas, Harry va a volver… va a volver.
No sé en qué momento me quedé dormida. Lo supe cuando sentí los tacones de mi mamá subir a toda velocidad la escalera, mi cuerpo se tensó en señal de alarma. Mis manos se apretaron al igual que mis párpados.