-Es acaso posible?
-No, en absoluto.
Pero ahí estaba, a pesar de que no podíamos ver nada, veíamos el humo. Era imposible que alguno de los chicos hubiera hecho una especie de fogata con ésta lluvia, y el pueblo aún se encontraba bastante lejos de aquí, pero el humo estaba ahí, y no dejaba de salir.
-Vamos
Le dije en tono entusiasta. Ahora entendía el suyo.
Nos colocamos bien nuestros bolsos, se acomodó entre mis brazos, y comenzamos a avanzar a paso lento porque el tobillo lastimado de Harry no nos dejaba otra opción.
Con cada paso las ansias y el miedo se hacían más y más grandes. Mil historias atravesaron mi cabeza, y que Harry siguiera mudo no me ayudaba mucho a distraer mi mente… y recordé lo que había hecho. Y ahora fui yo la que quiso guardar el silencio en su mente también.
Cuando pensaba que no podíamos mojarnos más, la lluvia aumentó su caudal –porque eso era- y ya no veíamos nada. El frío no me dejaba sentir el cuerpo de Harry, porque ya no sentía nada-
-Dónde está?
Y ahora sonaba desesperado. Miró hacia todas las direcciones, y el humo había desaparecido. Lo solté y caí, todo estaba perdido. El agua caía enredando un poco más mi cabello, era como estar bajo una cascada… y ahora el viento comenzaba a azotar los árboles que hacías un ruido realmente tenebroso, como si fueran capaces de caer en cualquier momento sobre uno de nosotros.
Nunca había sentido tanto miedo, que se apoderaba de cada fibra de mi cuerpo, dándome escalofríos aún sobre éste frío, y el temor más grande… era perder a Harry sin saber nunca qué había sucedido entre nosotros; no poder volver a tenerlo nunca más entre mis brazos como se debe.
Agaché mi cabeza y las lágrimas salieron solas, silenciosas; estaba lista para que sucediera, pero cómo me hubiera gustado que Hazza tomara mi mano, me abrazar y que con su voz me dijera que todo estaría bien-
Y de pronto, su mano se posó en mi hombro
-Tú lo dijiste, todo saldrá bien. Pero no llores, sabes que me mata.
El humo volvió. Abrí bruscamente mis ojos y me encontré con una gran casa a unos cuántos metros de distancia, con un corredor gigante y toda hecha de adobe.
-Entonces el camino sí llegaba a Oz