Y yo… no encontré mejor cosa que cubrir mi pecho con la camiseta que tenía en mis manos; pero solo conseguí cubrir algo de mis senos, la polera no era lo más grande que pude encontrar.
Sentí como un calor invadía mi cuerpo, y dudaba si era sólo vergüenza lo que hacía que mi corazón latiera de esa forma. Me refiero a que Harry Styles estaba justo enfrente de mí con nada más que una manta, y yo… estaba en ropa interior sintiéndome extremadamente frágil.
Mi vientre comenzó a quejarse, ahora las mariposas y los nudos llevaban a cabo una Guerra Civil en mi interior, y mis ojos no se despegaban de él. Y para mi tortura, los de él no dejaban de recorrer mi cuerpo.
Tal vez me extrañaba… no _____, borra eso de tu mente, no te sirve de nada maquinar estúpidos sueños que te hacen más difícil tu meta: olvidar al rulozo de enfrente.
Pero tenerlo tan cerca y de esa manera me ponía todas las cosas más difícil de lo que ya eran. No sabía cuánto tiempo llevábamos así, mi respiración estaba tan agitada que estaba segura de que Harry era capaz de oírla, pero yo también oía la suya, entrecortada… tampoco sabía qué hacer ni cómo reaccionar.
Supongo que el tiempo nos golpeó en la cabeza porque mi estómago rugió, y no era ninguna bala de mi Guerra Interna, sino que era hambre, auténtica hambre… todo lo que había comido era una barrita de cereal.
Sentí cómo algo se deshacía en el ambiente. Él se movió al instante en que lo hice yo para recoger mi playera que seguía dentro del bolso. Me di vuelta, la coloqué hasta acomodarla bien haciendo como si nada hubiera sucedido. Pero mi cuerpo entero había comenzado a temblar, y no era por el frío, porque éste no existía dentro de la habitación, sino porque el amor se había hecho presente en mi, y el dolor de los recuerdo lo había golpeado tan fuerte que mi alma comenzó a dar pequeños espasmos en reemplazos de las lágrimas, y créanme, preferiría mil veces desmoronarme en frente de él como hace un momento, que sentir mi alma así de destrozada. Pero por alguna extraña razón, las lágrimas no salían, supongo que mi cuerpo estaba tan tenso que no era capaz de dejarlas salir.
Me vestí en silencio, y seguí buscando algo qué comer en mi bolso. Sólo encontré otra barrita de cereal. ¿Es que sólo traje barritas?, en que estaba pensando cuándo puse a escondida mis provisiones. Solté un bufido de frustración, el cual Harry oyó muy bien.
-Apuesto que sólo trajiste barritas de cereal escondidas en tu bolso
“claro que sí, eran los más liviano y fácil de esconder”
-Cómo se te ocurre, traje otras cosas… pero me las comí en el camino.
Soltó una pequeña risita, me voltee rápidamente ante su reacción. No me agradaba que mi ex se estuviese riendo de mí en mi cara.
-De qué te ríes?
-De que sigues siendo una pésima mentirosa- Dicho esto se agachó hasta su bolso y me tendió un paqueta de frituras- al menos esto te llenará un poco más el estómago.
Dude un momento, pero los ruidos de mi estómago me hicieron avanzar involuntariamente hasta llegar a unos cuántos pasos de distancia de Harry para tomar en mis manos el paquete que me ofrecía.
Susurre un “gracias”, y recibí un “por nada” de vuelta.
Prácticamente devoré las papitas que había dentro del sobre. Le ofrecí unas cuantas a Harry, pero se negó y dijo que mi cara demostraba más hambre que la de él. Sólo respondí ante su comentario con un revoloteo de ojos, y acerqué las papitas a mi pecho mientras me sentaba en el sillón con las piernas cruzadas.
A los segundos llegó él con otra bolsa de frituras y se sentó a mi lado, se acomodó y puso sus pies sobre una pequeña mesita que ni siquiera alcanzaba a ser de cincuenta centímetros cuadrados. Supongo que lo que hacía Harry con ella era su única función.
-Por cierto- dijo Hazza rompiendo el hielo –no me dijiste de qué va tu tatuaje nuevo.
Me limité a mirarlo de reojo mientras llevaba otra papita a mi boca. Él estaba mirando un punto fijo en la chimenea, pero no era precisamente el fuego… estaba segura de que trataba de hacerse el desentendido, pero por dentro moría por saber mi respuesta
-Me dieron ganas de hacerlo. Soy mayor de edad, así que no tuve problemas
-Hans te…
-Sí, el me lo hizo. Me debía un favor así que me cobró un poco menos de lo normal por el.
Me fijé en la expresión de Harry al oír lo que le decía. Lo encontré asintiendo en modo de obviedad, y luego mi vista se dirigió hacia sus manos que estaban unidas, y que ahora formaban unos apretados puños. ¿Celos?
Para _____, debes parar con toda esta tontería. Harry te dejó por que se aburrió de ti, no tendría razón alguna para estar celoso.
-Me refería a que qué significa realmente. No creo que te lo hayas hecho porque lo encontraste bonito en una revista
-Es un ave fénix. Tal vez su significado es algo obvio
-Explícamelo, porque si es tan obvio… yo no lo entiendo. Harry seguía mirando un punto en la nada mientras me hablaba, pero su concentración estaba totalmente puesta en lo que yo le decía. Tragué un poco de saliva y me animé.
-Me lo hice al tiempo de que termináramos- dije con la cabeza gacha y la voz casi inaudible, por lo que aclaré un poco mi garganta –supongo que quería recordar, o mejor dicho, quería darme el valor de renacer de las cenizas, ya sabes… como el Fénix.