Los alimentos que había sobre la pequeña mesa -que estaba instalada en el interior de mi morada- eran dignos para estar en un festín de aquellos típicos que el gran salón realizaba cada cierta cantidad de tiempo por alguna que otra ocasión especial. Algunos sirvientes habían traído las comidas preparadas por órdenes de Ivar poco después que terminara la conversación con su padre, aquella que me tenía tan ensimismada dentro de mis pensamientos.
La comida se veía deliciosa, quizás en otra ocasión estaría devorando de todo un poco, pero el hambre que traía durante gran parte de la tarde había desaparecido al igual que el resto de mis energías, y todo se debía tras haber escuchado la conversación que Ivar había tenido con su padre y que había finalizado en un acuerdo que ellos realizaron para viajar juntos a Inglaterra. No podía negar que era una gran oportunidad para Ivar, quizás él pensaba que podría demostrarle el gran coraje que tenía dentro a cualquiera que lo viera como un ser indefenso y sin la capacidad de defenderse, pero había altas posibilidades de que él ni siquiera regresara a Kategatt después de aquel viaje incierto, donde su destino también sería eso: desconocido.
Debía reconocer que había estado gran parte de la comida buscando alguna manera, o excusa que darle a Ivar para impedir aquel viaje, pero todo lo que surgía en mi mente era desechado rápidamente al tener presente que Ivar era testarudo y decidido; si él quería ir, no había nadie ni nada que se lo impidiera.
Removía la comida en mi plato con un utensilio de madera, mi mano sostenía mi cabeza que reposaba en mi palma, mi mirada estaba perdida mientras que lo único que podía oír era los labios de Ivar provocando sonidos al masticar y que sería desagradable para muchos de oír, yo le restaba importancia.
Lo miré sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.
—Estabas hambriento. —dije como si ya no fuera lo suficientemente obvio. —Pero deberías comer más lento, Ivar.
Él me miró de una forma indescifrable por unos segundos mientras masticaba la carne del pollo dejando el hueso a un lado, bebió hidromiel para facilitar la llegada del alimento a su estómago y limpió las comisuras de sus labios con la manga de su ropa.
—Al menos yo estoy probando bocado, tú ni siquiera has tocado tu comida. —apuntó mi plato lleno de la comida que no había probado en ningún momento.
Me encogí de hombros, apartando lejos de mí el plato y apoyando mis brazos sobre la mesa.
—No me apetece comer.
—¿No será que algo te ha quitado el apetito? —me observó con suspicacia.
—Quizás.
Suspiró como si ya tuviera en mente el camino que tomaría nuestra conversación a partir de aquí. —Ya me imagino que puede ser. —él imitó mi anterior acción de alejar la comida y terminar por limpiar la grasa de sus dedos con una tela que había sobre la mesa para eso, luego me analizó completamente antes de decir. — Te daré la posibilidad de que me expliques la razón.
Sabía que esta era mi oportunidad, quizás ahora podría hacerlo cambiar de decisión y hacer que se quedara en Kattegat... conmigo.
—Tu conversación con Ragnar me descolocó un poco.
Arqueó una de sus cejas. —¿Por qué?
Carraspeé antes de responder a su pregunta, siempre intentando desviar la mirada para no tener la oportunidad de unir la suya con la mía.
—Dijiste que ibas a irte con él a Inglaterra.
—Lo hice.
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GOLDEN CROWN
Fanfictie❝Me convencí a mí mismo de que nunca te encontraría cuando, de repente, te vi.❞ AU donde el destino llevó a Eyra Amdahl, una joven y bella mujer, a entrar de forma inesperada en la vida del hijo menor del rey desaparecido de Kattegat, Ivar Lothbrok...