¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Alba.
Estaba a nada de cruzar la puerta de aquella cafetería tan especial para mi. Me acompañaba la Mari, que parecía incluso tres veces mas emocionada que yo, lo cual me causaba gracia.
Justo cuando íbamos a abrir la puerta, una chica se nos adelantó y nos abrió con una sonrisa.
Vi que de pronto se me quedó mirando un largo rato, y yo por alguna extraña razón también a ella. María carraspeó y me trajo de vuelta al mundo, por lo que las tres entramos a aquel lugar.
Nada mas hacerlo, llamamos la atención de las personas que estaban en el mesón principal. Lo primero que mi mirada hizo, fue chocar con la de Nat. Me reí al ver como su mandíbula estaba a nada de tocar el piso, señal que me dio a entender que ella aun no era informada de quien sería su nueva compañera de trabajo.
- ¡Hola! Que genial, llegaron ambas al mismo tiempo - dijo mi ahora jefe mientras nos saludaba. Me sorprendí al ver que se acercó a saludar a la chica de antes muy amistosamente.
Yo sin hacer mucho caso me acerqué a Nat que estaba junto a dos de sus amigos, Damion y Famous. No conocía a los amigos de Nat directamente, pero a ellos dos si, ya que había estado viniendo constantemente a este lugar. Había entablado una que otra rápida conversación con ellos, y eran de lo mas majo que había.
Ambos chicos se acercaron primero a saludarme a mi y luego fueron a saludar a la otra chica que yo aun desconocía. Rápidamente empezaron a hablar, por lo que empecé a sospechar que ellos también la conocían de mucho antes.
- ¿Sorprendida? - dije nada mas llegar hasta donde estaba Nat.
- Si es un sueño, no me despierten - dijo ella mientras bajaba de su asiento para envolverme en un abrazo que no dudé en corresponder.
La Mari se acercó a saludar a Nat y luego de intercambiar un par de palabras y de escuchar mis dos mil agradecimientos, se marchó del lugar.
"Miki", nos invitó a tomar asiento a mi y a la chica en un mesa. Aun no sabía su nombre, pero lo que si sabía, era que no dejaba de darme miradas furtivas que conseguían ponerme nerviosa, no me gusta para nada que me miren, menos si son desconocidas.
De reojo vi como Nat se tomaba el cabello con una liga y comenzaba a atender junto a ambos chicos a las personas que poco a poco iba entrando al lugar.
¿Cómo se puede ser tan guapa? Aun sin hacer mucho conseguía atraparme completamente, y cuando me quise dar cuenta, ella estaba mirándome también. Sonreímos a la distancia y luego, muy a mi pesar, tuvo que volver su atención a un cliente.
- ¿Cómo te llamas? - la voz de la morena logró captar mi atención.
- Me llamo Alba ... - dije algo tímida mientras jugaba con ambas manos bajo la mesa.
