• 𝓒𝓸𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓲𝓻 •

Epílogo

1 año y 2 meses después...

— ¿Estás nerviosa cari? — preguntaba la rubia a la vez que abrazaba por la espalda a la mas alta, que se encontraba sentada frente a el espejo de su camerino.

— Un poco Albi... — susurró mientras se giraba para abrazarla mejor.

— Haz hecho esto mil veces Nat, no pasa nada. Lo vas a petar, ya verás — resolvió mientras dejaba un cariño beso en lo alto de su cabeza, logrando que la pelinegra cerrara los ojos ante el contacto.

— Ya... pero no sé porque hoy estoy mas nerviosa que otras veces... — claro que lo sabía. Hoy cerraría su gira por España, pero ese no era el principal motivo de su nerviosismo.

El verdadero motivo, es que hoy le propondría a Alba aquello que venía rondando por su mente hace mucho meses, y que día a día, mientras se iba a dormir con la pequeña rubia a su lado, se iba confirmando.

Hoy era el día.

— ¡Eilan, salimos en 10, preparate! — la cabeza de uno de los chicos de producción apareció por la puerta mientras se acomodába unos grandes audífonos.

Natalia en respuesta levantó el pulgar sonriendo algo nerviosa, esto bastó para que el chico saliera prácticamente corriendo del lugar mientras repartía un par de instrucciones a su paso.

— Vas a hacerlo genial amor — soltó Alba a la vez que la tomaba de ambas mejillas y plantaba un pequeño beso en sus labios para no mover tanto el labial que Natalia llevaba — Te quiero Nat — dijo para luego tenderle la mano y obligarla a levantarse de aquella silla.

— Yo más — respondió Natalia mas relajada a la vez que se levantaba y salía del lugar para ir a prepararse con Alba de la mano.

Luego de despedirse de la rubia, se acercó a su equipo que la esperaba formando un gran círculo donde se encontraban todos abrazados y mirándola sonriente.
Llevaban una gira que les había permitida recorrer casi toda España, y hoy sería el gran cierre.

— ¿Lista? — preguntó Alfred sonriente, que iba de artista invitado,  a la vez que le hacía un espacio en aquel circulo que siempre formaban antes de salir al escenario.

— Lista — respondió a la vez que se ponía entre él y Damion.

Natalia había invitado a Damion a formar parte de su gira como guitarrista y de vez en cuando cantando junto a ella.

La pelinegra no dudo ni un solo segundo en subir a su amigo en aquella aventura, ya que sabía la ilusión que le haría, pero sobre todo, porque una vez se habían prometido que estarían cantando juntos sobre un escenario, y aquella promesa se había cumplido un par de años mas tarde.

Luego de que todos corearan su particular arenga antes de subir al escenario, corrieron todos a sus posiciones.

Ya todos los bailarines estaban esperando tras el escenario el momento de salir, los músicos ya estaban instalados en la oscuridad, Damion y Alfred estaban a cada uno de sus costados, y ella se colocaba el In-Ear en su oído derecho a la vez que agachaba la cabeza en busca de concentración.

El espectáculo empezó, y todo el público coreo, saltó, rió y lloró a lo largo de todo el concierto.

Natalia conforme avanzaba, tenía el corazón a mil por hora, debido a cada uno de las coreografías y a toda la energía que le transmitía el público, sabía que debía estar a la altura, así que seguía dándolo todo a pesar de lo exhausta que podría encontrarse.