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Narra Natalia.
Salí temprano de casa, con las ansias que tendría una niña pequeña que va camino a Disney. Tenía unas ganas inmensas de ver a Alba, a pesar de que los nervios trataban de consumirme, la emoción lograba contrarrestar cualquier atisbo fugaz de miedo.
Hoy iría de sorpresa a la cafetería, aprovecharía de ver a mis amigos de nuevo, y de paso ver a Alba.
Con música de fondo, a paso rápido y constante, llegué a mi antiguo lugar de trabajo. Nada mas entrar, el fuerte olor a café y los brazos de mis amigos me envolvieron a la vez. Inconscientemente busqué una melena rubia por el lugar, pero poco sirvió, ya que no la encontré con mi radio de visión.
Seguro estaba dentro.
— ¡Dios! Te extrañaba mas de lo que creía — Damion fue el primero en pronunciarse, mientras dejaba un cariñoso beso en mi mejilla y me elevaba del suelo.
— También te extrañé Damion — le devolví el beso junto a un pequeño abrazo.
— ¡Hey, hey! Que yo igual te extrañé, eh — Famous se cruzaba de brazos con falsa indignación mientras se ganaba curiosas miradas de los clientes que se encontraban en el lugar.
— Ven acá, coooño — me acerqué a él haciéndole reír ante mi comentario.
Nos fundimos en un abrazo, y luego de intercambiar un par de palabras efusivas, me acerqué hasta el mostrador, para poder saludar a Miki y de paso preguntar por la rubia.
— ¿Cómo ha ido todo? — pregunté mientras me acomodaba en un asiento y le sonreía a mi amigo.
— Pues mejor de lo que pensaba, teniendo en cuenta que ya no estás aquí para tocar en las noches ¿Sabes? la gente ha preguntado por ti. Se enteraron de tu posible contrato con Price, y estaban muy felices — me contó con una enorme y abrigadora sonrisa.
— Joder ¿Es enserio? — la emoción y sorpresa eran palpables en mi voz ¿Cómo era aquello posible?
— Claro que sí — me dio un guiño de broma a la vez que me dejaba en ligero apretón en el hombro.
Luego de estar conversando un rato, decidí soltar la pregunta que tenía desde que crucé e hice sonar la campanilla de la entrada.
— Oye Miki — hablé consiguiendo llamar su atención luego de que terminara de atender a un chico — ¿Dónde está Alba? No la he visto... — un alivio recorrió mi cuerpo tras haber podido decir su nombre en voz alta.
— No ha... venido — habló lentamente, como si estuviera temiendo decir algo que no debía.
— ¿Desde cuándo? — pregunté interesada y preocupada a la vez.
