¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Natalia.
Traté de pasar por su lado fallando rotundamente en el intento.
—¿Por qué vas tan apresurada?— ahí estaba su sonrisa de superioridad. De todos los lugares de Barcelona ¿Tenía que estar justo aquí?
—No tengo tiempo para discutir contigo Alice ¿Me dejas pasar? Gracias— traté nuevamente de pasar por su lado, pero volvió a dar un paso al costado para bloquear completamente mi paso ¿Por qué las escaleras tenían que ser tan angostas?
—No estamos discutiendo Nati ¿Qué te trae por Barcelona? ¿Vienes a verme?— nuevamente me dio una de sus típicas sonrisas burlonas, y no pude evitar rodar los ojos en señal de cansancio, solo quería llegar a casa.
—Claro, porque tú eres el puto centro del mundo, se me olvidaba. Ahora si no te molesta, tengo cosas que hacer— esta vez al pasar por su lado, no perdí la oportunidad de darle una mirada de advertencia.
Estaba subiendo las escaleras rápidamente cuando uno de sus comentarios me detuvo.
—Felicidades por lo de Price— dijo a mis espaldas logrando que me pare en seco ¿Cómo es que ella sabía? Me giré bruscamente para encararla.
—¿Cómo sabes?— en mi tono de voz era palpable el enojo que estaba sientiendo en esos momentos. La tomé del cuello de su chaqueta con mi mano libre mientras la pegaba a la pared. Ya no tenía tiempo para charlas cordiales.
—Las noticias vuelan por Internet— me dio un guiño y solté mi brusco agarre de golpe. Mierda. Internet, Alba.
Subí las escaleras lo mas rápido que pude, tratando de equilibrar el café que se encontraba aún en la pequeña bolsa. Entré rápidamente al apartamento, y lo primero que vi, fue a Alba leyendo algo con el móvil en la mano, los nervios no demoraron en llegar. Mierda.
—Hola Nat— me dio una espléndida sonrisa mientras se acercaba a saludarme con un pequeño beso y un abrazo. Tenía el cabello revuelto y aun así me seguía pareciendo hermosa —¿Qué traes en la bolsa?— preguntó curiosa mientras seguía abrazada a mi cuello. No, definitivamente ella aún no sabía nada.
—Traje comida, cari— me relajé al instante y le dejé un beso en lo alto de la cabeza antes de que se alejara.
Luego de arreglar todo, decidimos salir a comer al balcón. Si, teníamos algún tipo de trauma con aquel lugar según parece. Sentía nervios por todo, le lanzaba miradas de reojo para ver si había algo extraño en su comportamiento que me indicara que sabía algo.
Si Alice sabía, era porque había visto algo, y seguramente gente de mi entorno se iría enterando de a poco. Mierda, esto no debía ser así, no quería que Alba se enterara de manera brusca, y teniendo en cuenta que nuestro círculo de amistad no es nada sutil y calmado, se enteraría de la peor manera.
