Fragile Demon.

Capitulo 1.

CAPITULO 1.

31 Octubre del 2017.

El cuchillo entraba una y otra vez en el pecho de Nil, grito pero siento que el sonido no sale de mi boca, me dejo caer de rodillas al suelo, no podía ver quien le estaba haciendo daño a mi hermano y no sabía cómo detenerlo. Los ojos de mi hermano estaban fijos sobre los míos, llenos de miedo, su rostro se estaba volviendo pálido y sentía como todo un frio recorría mi cuerpo. Cierro los ojos con fuerza para ya no ver, no quería ver, ya no podía. Apoyo mis manos en el suelo y luego de unos segundos siento algo caliente tocando estas, abro los ojos de a poco y vi como la sangre estaba empapándome, me hago hacia atrás arrastrándome sobre el suelo y esta parece no querer alejarse de mí. Mis manos empapadas de sangre me hacen resbalar provocando que caiga y golpee mi cabeza contra el frio suelo.

31 Octubre del 2018.

Me siento en la cama de golpe llevando mi mano a mi cabeza, observo a mí alrededor dejando escapar un pequeño suspiro. Ha pasado un año de la muerte de mi hermano y aun no logro superar lo que vi. Si, fue estúpido lo que acabo de decir, solo...estoy dormida. Destapo mis piernas y me pongo de pie para caminar hacia la ventana. Mamá estaba en el jardín arreglando sus flores como todos los días, creo que es su pasatiempo favorito. Me abrazo a mí misma ya que estaba con solo una playera algo grande. Comenzaba a hacer algo de frio y a mí ya se me estaba haciendo tarde, camino hacia el baño para darme una ducha rápida y muy rápida porque si estaba muriendo de frio y quería irme de aquí cuanto antes. Era mi último día en casa, a partir de hoy todo cambiaria para siempre, necesitaba dejar de sentirme tan frágil, quería ser fuerte y sé que mis padres no están de acuerdo con que haga esto, pero no me importa, tengo 24 años y puedo tomar mis propias decisiones, no estaba pidiendo permiso, solo les estaba avisando que dejaría de estar bajo el mismo techo que ellos.

Al salir de la ducha voy a mi closet y busco unos jeans, botas estilo texana, un suéter y por supuesto mi chaqueta de cuero, seco mi cabello dejándolo ondulado y me maquillo. Una vez lista busco mi bolso de viajes y pongo allí todo lo necesario para irme a mi nuevo hogar. La puerta de mi cuarto se abre y entra mamá y me regala una sonrisa débil. Desde la muerte de Nil nuestras vidas cambiaron para siempre, no se habla tampoco de ello, nunca lo hablamos y creo que yo solo recuerdo lo que paso en sueños, es como si hubiera bloqueado todo lo que paso ese día, solo recuerdo que esa cosa que mato a mi hermano no era algo de este mundo.

-¿De verdad te iras? –Pregunta mamá y yo asiento con una pequeña sonrisa.

-Déjame hacer esto, mamá. Necesito hacerlo, no puedo estar ni un día más aquí. –Susurro sintiendo como mi piel se eriza.

-Al menos ¿podré visitarte? –Me mira con sus ojos llenos de lágrimas y aparto la mirada para no tener que verla.

-Yo te diré cuando puedes ir ¿sí?

Ella asiente con un pequeño movimiento de cabeza y deja escapar un suspiro. Estaba por alejarme, pero ella me toma del brazo y me atrae hacia ella para darme un pequeño abrazo al cual me cuesta corresponder, pero luego de unos largos segundos la abrazo y dejo escapar un suspiro cerrando los ojos.

-Estaré bien, mamá.

Susurro y ella asiente nuevamente. Ambas nos alejamos y le regalo una sonrisa mientras tomo mi bolso que estaba algo pesado. Miro nostálgica mi cuarto sabiendo que lo extrañare mucho, también esta casa, lo bueno es que las únicas personas que tengo para extrañar son mis padres. Siempre he sido un chica solitaria, los amigos jamás se han quedado por mucho tiempo, tarde o temprano todo desaparecían dejándome sola y mis relaciones nunca duraron más de cinco meses, creo que tengo un pésimo gusto con los hombres. En cambio Nil, él era grandioso, estaba lleno de amigos y tenía una novia que lo amaba, él tenía todo lo que siempre desee y deseo. Nunca comprendí como lo hacía pero admito que le tenía algo de envidia, pero me hacía feliz saber que él lo era y no merecía un final como ese.