Fragile Demon.

Capitulo 14.

CAPITULO 14.

Faltan muy pocos días para navidad y estoy pensando seriamente en sí debería quedarme aquí o ir a pasarlo con mis padres. Realmente no tengo ganas de la segunda opción, ellos están raros después de la muerte de mi hermano y no quiero sentirme triste, amo la navidad y quiero sentirme feliz. Así que creo que esta es la mejor manera de pasarlo.

Mi brazo sigue con la férula aunque muchas veces pedí si me lo podían sacar me dijeron que no, lo que quiere decir que tendré que pasar la navidad con esto en mi brazo. De solo pensarlo me pongo de mal humor. Tanit y Eros se burlan de mí cada vez que pueden, pero los ignoro, pero ahora tengo algo con que molestarlos y ellos serán los que se sentirán más incomodos. Son las ocho de la noche y estaba por entrar a mi cuarto hace medía hora, cuando me encontré con mis amigo en una situación caliente. ¡Encontré a Tanit con la anaconda de Eros en su boca! En cuanto los vi largue una carcajada y salí rápido antes de que me mandaran a la mierda. Eros parecía que lo estaba disfrutando mucho. Y yo que creía que para ella fue un gran error. Podre ser algo estúpida, pero sé que ellos sienten algo más que atracción sexual.

Me aleje de la puerta para no escuchar los gemidos roncos de mi amigo. Todos iban de un lado a otro ya que habían algunos problemas con la seguridad del instituto pero ya lo estaban arreglando y todo estaría bien muy pronto. En estos días no he hecho más que caminar y caminar por el instituto ya que no podía hacer nada más que eso. Pero...yo ya tenía ganas de volver a entrenar para ser mejor que antes y así volver a salir a matar.

Estos días he estado pensando mucho en mi hermano y en cuanto lo extraño. Siempre lo recuerdo con esa sonrisa amplia, esa sonrisa que tenía para todos, él era tan amado. No te conocía pero con solo verlo sabías que sería de esas personas que sin dudarlo te ayudarían. Ahora que lo pienso...si los demonios existen. Tal vez mi hermano era un ángel. Creo que nunca me perdonare no haberlo salvado. Podre matar a todos los demonios, podre morir en el intento, pero eso no me lo devolverá.

-Paige...

Dice una voz detrás de mí. Rápido volteo a ver a Edric con una sonrisa, reconocía a la perfección su voz.

-Hola... –Lo saludo con una pequeña sonrisa.

Este frunce el ceño al verme.

-¿Por qué lloras? –Pregunta.

Llevo una mano a mi mejilla sintiendo está algo húmeda y niego con la cabeza.

-Recuerdos, no es nada. ¿Necesitabas algo? –Le pregunto cambiando de tema.

-Solo quería saber cómo estabas. No tengo nada que hacer...¿te gustaría salir a dar un paseo? –Pregunta con algo de nervios, lo cual me causo mucha ternura.

-Claro, es una cita. –Le guiño y él muestra las llaves de su auto. Me toma de la mano y tira de mí para caminar directo al elevador.

Al llegar a este subimos, esperamos algunos minutos y salimos por la parte trasera que nadie conocía, solo los integrantes del instituto. Como todo un caballero él abrió la puerta del auto para mí y pude ver como se hacía el tonto que miraba mi culo. Puse los ojos en blanco por aquello. Él me puso el cinturón y beso la punta de mi nariz antes de alejarse. Lo observo rodear el auto para sumarse a mí. El frio era impresionante pero ahora solo podía pensar en esta salida con Edric. Era algo raro ya que estábamos con la ropa del instituto y de nuestras cinturas colgaban nuestras armas. Ayer me dieron un arma con balas de cobre. Pero tendría que ser muy buena disparando y eso fue lo único que practique estos días, siempre con la ayuda de Edric.

El motor comienza a rugir indicando que Edric había arrancado el auto, enciende el calefactor y luego el estéreo poniendo algo de música tranquila. En el camino ninguno dijo mucho y estaba disfrutando incluso del silencio. Estábamos yendo al centro que no estaba tan lejos. La noche era intensa si mirabas hacia el cielo, caían algunos copos de nieve todas las casas y tiendas estaban decoradas con la temática de navidad. Era realmente increíble y por eso amo tanto esta fecha.