Capitulo 5.

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CAPITULO 5.

Edric continúa de pie esperando que me acercara a él para hablar, pero la verdad lo estaba pasando muy bien con Ian y no quería que me explicara algo que claramente ya sabía.

-Estoy ocupada ahora ¿no ves? –Pregunto cruzándome de brazos.

-Está bien, Paige. Puede ir... -Dice Ian con una sonrisa y yo niego.

-No tenemos nada de qué hablar él y yo. –Me encojo de hombros después de decir aquello.

Edric maldice por lo bajo, camina dando pasos grandes y pisando fuerte haciendo que escuche cada vez que su bota tocaba el suelo. Se acerca a mí y toma uno de mis brazos con fuerza y tira de mí para caminar. Frunzo los labios molesta por su agarre y le doy un golpe para que me suelte. Edric me vuelve a tomar con fuerza, escucho como Ian le pide a Edric que sea más cuidadoso, pero no lo escucha. Gruño molesta y le lanzo un golpe en el rostro, mi entrenador parece querer matarme. Cuando pienso que me dará una paliza me preparo mentalmente pero no ocurrió eso, me carga en su hombro y así me lleva al ascensor donde subimos y presiona el botón para bajar. Ya los dos juntos allí me deja de pie y acomodo mi ropa, me quedo tranquila como una niña buena y algo agitada por el movimiento que hice al enfrentarlo. Edric no dice nada, el silencio se hace presente, ni siquiera se escuchan nuestras respiraciones, volteo a verlo, pero él no me mira. Puedo sentir un poco del perfume de ella, que por cierto es horrendo. Niego con la cabeza y cuando las puertas del ascensor de lujo se abren salgo de este sintiendo a Edric detrás de mí. Se acerca más y toma mi brazo pero ahora con delicadeza, me guía hasta un pasillo que no conozco y a la segunda puerta se detiene, abre la puerta y me invita a entrar. Bueno, suponía que era su cuarto, hay una cama, un escritorio, un closet pequeño y se ve una puerta, así que supongo que ese será su baño. No sabía que los entrenadores tenían sus cuartos solos. Edric me invita a tomar asiento, primero observo la cama, pero de solo pensar que estuvo con ella ahí ni quería tocarla. Camino hasta su escritorio y me siento allí.

-Si me has traído aquí para hablar sobre lo que vi, de verdad, prefiero que lo olvidemos. Nos ahorramos un momento muy incómodo... –Murmuro mirando hacia otro lado.

-Solo quiero disculparme, debí ser más cuidadoso. –Responde él sentándose en el borde de su cama.

-Si bueno, para la próxima lo serás. De alguna forma tenemos que aprender. –Digo ahora viéndolo con una sonrisa falsa. Edric asiente con la cabeza y mueve un poco su pie. Una vez más aparece un silencio, no incómodo, pero quería que dijera algo más.

-¿Qué hacías con Ian en la azotea? –Pregunta al fin.

-¿Disculpa? ¿Acaso tengo prohibido relacionarme con otros entrenadores? –Pregunto yo.

Edric niega y deja escapar un suspiro.

-Estas muy alterada, tienes que relajarte. Solo fue una pregunta, nadie te prohíbe nada aquí, Paige. –Dice él en un tono que me hace sentir como si estuviera cansado de mí.

-Pues no parece. Este encierro me altera bastante. ¿Por qué no podemos salir? –Le pregunto poniéndome de pie.

-Podrás hacerlo cuando estés preparada para defenderte sola. –Me responde poniéndose de pie y mira sus ojos. Me siento pequeña a su lado.

-¿Y cuándo estaré lista? –Susurro y trago en seco. Estaba demasiado cerca, se está robando todo mi oxígeno. Abro la boca para tomar aire, Edric sonríe y da un paso hacia atrás, juro que en ese momento me sentí mejor, no entiendo porque este hombre me pone tan nerviosa. No es para tanto.

Fragile Demon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora