Yugyeom
Tres semanas y cuatro días ya habían pasado desde el nacimiento de mi hijo, la etapa de paternidad nos estaba sentando bastante bien mi hijo es mi adoración y amo tanto verlo en brazos de su papi Kunpimook, es una imagen tan hermosa que debo confesar me daban ganas de llorar. Claro que eso último no lo sabía mi esposo y prefería que siguiera así, no era sano par mi ego que él se enterase pues aún seguía burlándose de mi por llorar en el hospital.
Era media noche y apenas iba llegando a mi hogar, tuve que viajar a Nueva York para inaugurar la primera sucursal en aquella ciudad y después de ayer no iba a quedarme más tiempo en aquel cuarto de hotel lejos de mi esposo y mi hijo. Se suponía que me quedaría dos días y al tercero regresaría pero un solo día lejos de mi familia bastó para volver a tomar las maletas y regresar, realmente fue un martirio me sentía solo, vacío, intranquilo y no dejaba de pensar en ellos, los necesitaba conmigo así que aceleré la agenda y terminé con todos los pendientes, hoy mismo aborde el Jet de papá a las diez de la mañana y regresé a corea, me llevó trece horas de vuelo y una hora por carretera para estar con mi familia.
Apenas entré a mi hogar sentí una gran satisfacción y alivio, el aroma de Bam estaba por todos lados y eso era un gran deleite y estímulo para mis sentidos. Fui directo a la habitación de mi pequeño, nuestro hijo se veía hermoso en su cunita, tan frágil y tan vulnerable, ese pequeño ser se ha robado mi corazón tanto como su papi. Pensar que ese niño es la viva imagen de nuestro amor me da una felicidad enorme que no me cabe en el pecho, el milagro de la vida es algo maravilloso. Dejo un beso en la frente de mi niño y luego de asegurarme que las ventanas están bien cerradas finalmente me dirijo a mi habitación.
Mi esposo está recostado en nuestra cama, durmiendo apacible, verlo así causa un cosquilleo a mi corazón, me acerco a el y acomodo los cabellos que caen sobre sus parpados que por cierto había vuelto al negro. Me es inevitable no admirar su rostro por un momento, sus pestañas y esos labios rojisos de los cuales robó un beso, dejó una caricia en su mejilla y comienzo a desvestirme para luego colocarme la pijama.
Cuanta verdad hay en la frase no hay lugar como el hogar, estar aquí me daba una tranquilidad que no podía conseguir en ningún otro lugar a menos que mis dos chicos estuvieran conmigo, de otro modo era un verdadero martirio pensando si estarán bien o si les hacía falta algo.
Tomé mi lugar en la cama junto a mi esposo, me acomodé a su lado y Bam aún dormido buscó mi calor, desde luego se lo brindé atrayéndolo a mí dejandolo descansar sobre mi pecho y abrazándolo por la cintura aún que segundos después se levantó abruptamente.
- Tranquilo mi amor - tomo su mano y dejo salir mi aroma para tranquilizarlo.
- ¿Yugyeom? - pregunta cuando a sentido mi olor
- Si Bam -.
- ¡Estás aquí! - su delgado cuerpo se abalanzó sobre mí y no dude en recibirlo de nuevo - mi vida, en verdad estás aquí - oír la emoción en su voz acompañado de besos que reparte por mi rostro son el mejor recibimiento - me dijiste que regresarías en tres días, me asuste al sentir un cuerpo a mi lado -.
- Lo siento bebé, no quise asustarte mucho menos despertarte -.
- ¿Por qué regresaste tan pronto, salió algo mal? -
- Todo salió bien, pero no soporté estar más tiempo lejos de ustedes, un maldito día fue suficiente -.
- Te diría que eres un exagerado pero la verdad es que te extrañé tanto, mi vida - tomé sus manos y dejé un beso sobre ellas.
- Yo a ti mi amor -.
- Ven aquí tonto Gyeom - y me deleite besando esos deliciosos labios, era un beso sin prisas, el rodeó mi cuello y yo acaricié su cintura con suavidad.
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Love Rose || YugBam [Omegaverse] ✅
WerewolfPublicado: [13/Septiembre/2018] Por naturaleza los omegas se comportan sumisos ante un alfa y esto aumenta cuando encuentra a su pareja. No era el caso de Kunpimook, él es todo lo contrario a lo que un alfa busca en un omega; extrovertido, altanero...