Era mi padre.

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Olga Pov.


Estaba en el sofá durmiendo tranquilamente, hasta que siento mucho ruido en la puerta puerta principal.


Salí corriendo para ver que estaba pasando, y quedé en shock al ver la escena que habia fuera de casa: Makis inconsciente en el suelo, mientras un hombre la pateaba.


Por instinto me saque uno de mis tacones y se lo lanzé en la cabeza, al parecer me pase un poquito y el hombre calló noqueado.


Agarré a Makis en modo "recién casados" y la recosté con cuidado en el sofá. Fui corriendo a cerrar la puerta principal con seguro. Tomé mi celular y llamé a la policia, les conté la situación y dijieron que en unos minutos llegarian.


En el momento en que la llamada terminó, escuché un quejido proveniente de Makis y me acerqué a ella, arrodillandome a su lado para queda a su misma altura.


-Bebé, ¿Estas bien? Dime donde te duele ¿llamo a alguna ambulancia?- ella negaba a todas mis preguntas -¿Quien era él?- necesitaba saber quien era el hombre al que golpie con mi tacón.. Esperen.. Oh diablos, ahora tengo un par incompleto de tacones, voy a llorar, ok no.


-Era mi padre- respondió mientras intentaba sentarse, pero intentar provocó un gran gimido de dolor. Rapidamente me acerqué y la recosté nuevamente en el sofá.


-Hey, hey, quedate aqui, ire por el botiquín, vale? Solo no te muevas- pedí y ella asintió quejándose del dolor.


Corrí al baño y busque el botiquín. Una vez que ya lo tenía, fui al sofá y definitivamente Makis no se movió y se quedó allí.


Saqué las vendas que estaban en el botiquín.


-Bebé, necesito que te saques tu blusa- veo que rapidamente se sonroja- no voy a hacerte nada Makis, solo voy a vendarte las costillas- rei por su mente perversa y ella asiente un tanto avergonzada.


S

e saca la blusa y no pude evitar queda embobada con su lindo cuerpo, creo que se me cae la baba, ok no.


Salí de mi trance y empecé a vendarla sintiendo como mis dedos rozaban su suave piel, ella nada mas se tensaba ante mi tacto.

Después de colocarle la venda, la ayudé a colocarle la blusa.

Saqué un poco de algodón y le heché alcohol y empezé a curar los pequeños cortes que tenia en su rostro, hasta llega

r a sus labios.


Pasé el algodón por su labio roto y de su boca salió un gemido de dolor, senti mucha penita e ira por ella, pena porque no pude evitar que la golpearan, e ira porque queria golpear maldito que la dejó hací.


Al terminar de curarla, guardé todas las cosas.


-Te llevaré al cuarto, debes descansar- dije mientras me acercaba para tomarla en brazos, pero ella se negó.


-No, debo hacer galletas para la cena- fruncí el ceño, todabia ni almorzabamos y ya queria hacer la cena? Me encantaaaa.


-Ni galletas, ni nada, no estas en condiciones para cocinar, debes descansar- dije sonando preocupada, no queria que se lastimara más.

-Pero...- la interrumpí.

-Sin peros, ven, vamos a tu cuarto, veamos una película y te doy un trozo de Sandía- vi que sus ojitos se iluminaron y asintió rapidamente.


-Vamos, Vamos!- sonrei por lo tierna que se ve. La tomé en brazos y la llevé a nuestra habitación dejandola en la cama, cubriendola con las sabanas.

Fui a la cocina, saqué un plato y un trozo de Sandía para llevarsela a Makis.


Coloqué una película y me acosté con cuidado a su lado.

Que día.

¿Casualidad? -Olkis- Makis y OlgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora