Capitulo #5

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¡Nosotros contra ella! solo para descansar

Narrador Omnisciente

Los chicos al grito se ocultan en diferentes lugares pero siguen pendientes de la ubicación de su sensei.

May: Los cascabeles estan colgados de su short...

Mikaru: Pero hay que atacarla...

Laycan: Desde distancia...

Ellos: ¡Ahora! —el trío lanza varios kunais y shurikens en dirección a su sensei, con varias vueltas ella logra evitar los primeros y no los últimos.

May: ¡Sí!

El humo la rodea. Cae un tronco y todos se asombran.

Laycan: ¡¿Qué?! —alguien lo toma del pie y ata en un árbol, queda colgando de la cabeza y su sensei sonríe.

Mikaru y May: ¡Laycan! —salen de su escondite.

Laycan: ¡Ayudenme!

Akuna: No debieron salir niñas —realiza sellos—. ¡Suiton! ¡Suiryūdan no Jutsu!

Mikaru: ¡Cuidado May! —el llamado la hace reaccionar, ladea su cabeza reconociendo el patrón de sellos. May lanza kunais a las manos de Akuna con la intención de un corte superficial.

Mikaru: ¿Eh?

Akuna: ¡Ouch! Bien, creo que tarde demasiado —sonríe.

Mikaru: ¡Sí!

Laycan: Ella... Detuvo los sellos.

May vuelve a lanzar cuatro kunais que Akuna evita con facilidad, Laycan nota que uno de ellos se clavó cerca de sus manos e intenta tomarlo, May sigue lanzando kunais que sirven de distracción para que Laycan logre bajarse e intente tomar una campana, su sensei se percata y toma de aquél brazo a Laycan para atarlo con otra cuerda en el árbol.

May: ¡Ahora Mikaru! —grita. La mencionada realiza un patrón de sellos y al final esparce niebla que ciega a todos.

May: Mikaru desata a Laycan, yo la entretengo.

Mikaru concentra chakra en sus ojos y en ellos se marcan unas venas—: ¡Lo veo!

Laycan se retorcía buscando a Mikaru pero no lograba ver nada con la niebla—: ¡Mikaru! ¿Qué mierda hiciste?

Corta los hilos con un kunai—: Sólo vamos por los cascabeles.

Laycan: Claro —la niebla comienza a dispersarse—. Ya veo mejor —corre hacia Akuna y le lanza una patada al estómago, la evade y toma de aquél pie a Laycan para derribarlo al suelo.

May apreta la mano que sostenía a Laycan provocando que lo suelte y la avienta—: ¡Ahora!

Mikaru: ¡Aquí Laycan! —grita cuando la niebla se desaparece.

Laycan se pone de pie y corre hacia Mikaru, la toma de un brazo y, dando vueltas en círculos, la arroja hacia Akuna.

Akuna evita los golpes de May y en una de aquellas ésta logra tomar una campana, Akuna lo nota pero descuida la otra campana, Mikaru logra tomarla y se regresa impulsándose en un árbol. Laycan y Mikaru sostienen la campana juntos en lo alto.

Akuna: Bien hecho chicos...

May: Yo no me quedo atrás —eleva la campana.

Akuna: Bien, trabajaron en equipo, ya se pueden ir.

May: Gracias —entrega el objeto tintineante y camina a la aldea.

Mikaru: Fue divertido —suelta la campanita y sigue a May.

May Uzumaki®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora