Capitulo #15

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¡Los exámenes chūnin! [Segunda parte]

Laycan's POV

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda! Creo que May... ¡Oh, joder! Intenté correr hasta esa estúpida serpiente e ir por May pero este tipo volvió a soltar serpientes y esta vez nos dejo sin salida a Mikaru y a mí.

???: ¡¡No se acerquen mocosos!! —grito.

Mikaru: ¡Laycan, observa! —Mikaru señalo a la cabeza de la serpiente que se encontraba sobre el suelo, ésta se levantaba.

???: ¿Qué está pasando? —la cabeza se levantó, ahí estaba ella.

— ¡¡May!! —Mikaru y yo gritamos. Con una mano sostenía la cabeza de la serpiente y con la otra hacía un sello básico.

May: ¡Bushin no Jutsu! —tres clones la sostenían mientras ella salía, cuando los clones explotaron ella comenzó a realizar unos sellos. Al final algo se concentro en su mano— ¡Chidori! —corrio hacia la serpiente y de un golpe de eso en su cabeza, la serpiente desapareció.

???: Eres buena niñata... —habla el tipo desde un árbol, sus comisuras se elevaron y al instante una risa llenó el silencio—. Evita esto ahora...


May's POV


— ¡Adelante! —el tipo raro se volvió aún más raro cuando su cuello comenzó a estirarse, pero no hacia arriba... ¡Hacia mí!—. ¡Aléjate! —grité al tomar su cuello con mi mano izquierda—. ¡Ay, estupido! —sus dientes se habían clavado en mi muñeca, lancé un golpe con mi otro puño y se alejó poco a poco.

???: Espero y pronto vengas a mi, te podré hacer más fuerte, y sabrás utilizar mejor tu Rinnegan, tu Sharingan y el regalo que te dí.

Con eso, él y las serpientes desaparecieron. Observé mi muñeca, en ella había tres comas y tres líneas entre estas, de repente, mi vista se puso borrosa, me dolía el brazo y sentí mis piernas fallar, ni siquiera sentí el suelo duro contra mi cuerpo.


Mikaru's POV


— ¡May! —grité.

Por fin pude acercarme a donde se encontraba, desmayada supongo por gastar tanto chakra, Laycan la cargó, vimos en el suelo a su lado el pergamino que nos faltaba, lo tomamos y nos largamos de ese lugar.

Cuando nos alejamos lo suficiente dejamos a May recostada, solo faltaba muy poco para llegar a la torre del centro. Estaba anocheciendo, Laycan encendió una fogata, May se quejaba lo que parecia en sus sueños. Puse mi mano en su frente y, ¡santo cielo! ¡Está hirviendo!

— ¡Laycan!

Laycan: ¿Qué pasa?

— ¡May hierve en temperatura! Rápido, en mi mochila, saca un pañuelo... Corre y humedécelo, está en la primera bolsa —Laycan obedeció. Dios May, si sigue subiendo su temperatura ella... Puede morir.


***


—La temperatura está bajando —informo a Laycan. Desde que regresó solo ha estado en silencio. Es agobiante

Laycan: Mikaru, retomemos camino, tenemos el pergamino al primer día, no te confies.

—Pero, Laycan... Ya es casi de noche, no podemos...

Laycan: Está bien. Voy a por más agua para los pañuelos —Laycan tiene algo, está muy pensativo. Aunque ahora lo importante es que May despierte—. Nos vamos mañana a medio día para llegar a tiempo.

May Uzumaki®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora