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Hinata Hyuga

Jamás lograría entender a éste chico, me costaba seguirle el pasó, me confundía, no entendía el motivo que tenía para preocuparse tanto por mi, no había pasado mucho tiempo de que nos conocimos y sentía que el lazo se había vuelto más fuerte que con algunos miembros de mi clan que conocía desde niña; con Luffy no sentía frío, el miedo no era algo que existiera; ni en los más remotos de mis pensamientos me habría imaginado que estaría en esta situación con el chico de sombrero de paja.

- ¿No te lastimó?- me preguntó mientras me miraba.

- Para nada- le sonreí.

Supongo que lo decía por que me tenía bien sujeta de la cadera con su brazo enrollado para más seguridad, yo tenia mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas encogidas; me sentía a salvó a su lado, su aroma provocaba que me relajara de inmediato, cerré los ojos dejándome hipnotizar por su olor.

No tardamos mucho en llegar a la residencia donde se quedaban, creo que no medimos las consecuencias de que Luffy no llegará anoche por quedarse conmigo.

- ¡Luffy!- la voz de la chica de cabellos naranjas fue la que llegó primero a nuestros oídos.

Todos sus amigos llegaron rápidamente para vernos, sus rostros eran un poema, toda esa atención hacía que me pusiera roja hasta las orejas.

- Ohhh Hinataaaa- la voz del cocinero rubio hizo que volteara y lo viera mover sus piernas de una forma tan graciosa que me sacó una risa.

- Woooow logre hacerla reír, dicen que para enamorar a una mujer debes hacerla reír- dijo con el mismo tono emocinado, juraría que tenía corazones en los ojos.

- Luffy, todos estabamos suuuuper preocupados-

Luffy tras calmarlos y decirles una mentira sobre donde estuvo, pasamos a desayunar, pero podía sentir como el vicecapitan mantenía su mirada sobre mi. Sanji como era costumbre al menos la vez que vine aqui, le había servido primero a las chicas, luego a Chopper y hasta el final a los hombres. Luffy se sentó a mi lado, al parecer eso había sorprendido a sus nakamas pero no dijeron nada, tan sólo se nos quedaron viendo de manera incrédula.

Y una vez más, el desayuno pasó entre risas y canciones, sin duda alguna ellos disfrutaban al maximo cada una de sus comidas.

- Ven ven Hinata- con su típica hiperactividad me tomo de la mano con cuidado y me llevó afuera del comedor.

Lo vi revisar un maletin negro.

- ¡Lo tengo!- otra vez una de sus peculiares risas que me contagiaban.- Siéntate-

Me dijo suave golpeando un lugar a lado de él, yo obedeci mirándolo con curiosidad.

- Así- tomó mi barbilla y la giró.

Realmente no entendía nada, hasta que de pronto senti como sus dedos esparcian por mi mejilla una sustancia extraña la cuál tenía un olor a plantas medicinales, no había duda era una especie de pomada curativa; la estaba poniendo en el lugar donde había recibido la bofetada el día anterior.

- listo- susurró cerrando el bote.

Yo solo pude sonreír, para que el cabello no se me manchara me lo sujete formando un chongo. Me gire notando como se me quedaba viendo y cuando se percató de que lo había descubierto fingió tocer y tapo sus ojos con su sombrero.

- Hace sueño- dijo con nerviosismo nada oculto en su voz, se dejo caer en la cama solo que ahora intento taperse toda la cara con su sombrero.

Solté una risa, realmente éste chico.
estaba haciendo que me sintiera rara, cada que lo veía mi corazón se aceleraba, cada vez que olía su perfume algo provocaba que quisera olerlo cada vez más. No resisti más, me acosté de manera en que recostaba mi cabeza sobre su calido pechi, escuche como su suave latir se incrementaba con fuerza cuando entre en contactó con él.

Luffy por fin me miro con un rostro confundido.

- H...hace sueño- dije tratando de no tartamudear mucho, joder estaba roja hasta las orejas.

Ambos estábamos rojos, ambos sentimos como nuestros pulsos aumentaban desbocados y todo era producto del otro, por que si, estaba segura de que yo provocaba que Luffy se pusiera así.

¿Acaso había alguien más que lo pusiera así?

Tal vez si, pero por ahora quería dejar de lado mi baja autoestima y pensar que solo esta vez, era la única en algo.

Nos acomodamos de manera que aún podia escuchar el latir de su corazón y el sujetar mis caderas con firmeza sin llegar a lastimarme; sentía como inhalaba el olor que desprendía mi cabello y yo, me dejaba relajar por la sinfonía que hacía su palpitar acompañado de su dulce y exquisito aroma.

Me sentía a gusto con él, me sentía protegida entre sus fuertes brazos, me encantaba como movía ligeramente su mano masajeando mi cadera con delicadeza, como si tuviera miedo de romperme.

- Hinata- me llamó y yo lo miré. - puedo preguntarte algo-

Estaba nervioso, su ritmo cardíaco aumento demasiado y se trababa al hablarme.

- Claro que si Luffy- dije tierna por aquellos actos.

- Tú...¿Tú quiseras ser, mi reina pirata?- me dijo tartamudeando.











Disculpen si es algo corto :c
Y lamento no haber actualizado la semana pasada :'(

Pero aquí el capítulo espero que lo disfruten mucho.

Saludos <3

Destinos cruzados (Luffy x Hinata) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora