18

1.2K 123 8
                                    

- Vamos, debes estar segura al atacarme- 

Le decía Marco mientras la miraba con una sonrisa, desde que acepto permanecer en ese barco, todos estuvieron dispuestos a ayudarla a entrenar; cuando les contó que  había logrado golpear a Kizaru gracias los guantes, decidieron enseñarle algunas técnicas de combate, así como lo básico del Haki de armadura que seria el que ella pudiera utilizar. La mayoría se soprendio que esa chiquilla supiera moverse con gran agilidad, ademas del poder que tenían sus ojos, con aquellos guantes logro darle un par de golpes a Marco que le dolieron, claro que el rubio no luchaba con todo su poder. 

Siempre acababa cansada, pero la sensación era diferente a los largos entrenamientos con su padre, en donde acababa llorando y sintiéndose inferior por los insultos dirigidos a su persona; cosa que  no paso desapercibida por los tripulantes, pues al principio de los enfrentamientos cada que fallaba, Hinata se disculpaba mínimo seis veces, pero conforme fue agarrando confianza y gracias a las palabras motivantes de todos, comenzó a dejar de disculparse y por ende a coordinar más sus movimientos, puede que la ojiperla fuera débil, pero el hecho de que recuperara la seguridad y su experiencia en misiones y la devastadora guerra,  provocaba que fuera defendible y que más de uno admirara su poder. 

- Esos ojos te permiten ver los puntos de mmm fuerza- realmente fue difícil explicar el funcionamiento del Byakugan en los cuerpos de ellos, pero al final lograron entender lo básico.  - Ocupalos para ver los puntos débiles de los enemigos, ellos no dudaran en matarte-  

Ella lo sabia, ya había estado en una situación así, sol esperaba que el rescate no provocara un conflicto como la guerra ninja. El entrenamiento finalmente termino con unas recomendaciones por parte del rubio. 

Su manejo del Haki aun era muy débil pero gracias a sus guantes podría darle batalla a varios Marines, el problema era que en cuanto Kizaru la viera y con las manos cubiertas por los guantes informaría de su habilidad, complicando los enfrentamientos o que directamente los más poderosos fueran tras ella para que no se volviera un problema. Y esto no fue ignorado por Izo, un  hombre atractivo que se maquillaba similar a una mujer, utilizaba un kimono morado que dejaba sus piernas al descubierto,era muy hermoso a los ojos de la Hyuga; este hombre era procedente de un país llamado Wano, en donde abundaban los samurais y los ninjas, que actualmente ejercía como el dieciseisavo comandante de la tripulación de Shirohige ; ambos se habían hecho buenos amigos debido a que tenían mucho temas de conversación, y que tenían muchas cosas en común, en Izo se despertó el sentimiento de protegerla como si de una hermana menor se tratara. Así que una vez que termino el entrenamiento con Marco, le ofreció un vaso con agua y le dijo que había algo que quería obsequiarle; Hinata confiaba en Izo así que lo siguió a su habitación; comenzó a contarle  que en uno de sus viajes logro conseguir un extraño anillo de Kairoseki.

-Tómalo, estoy seguro de que lograra protegerte- susurro mientras tomaba la delicada mano de Hinata, y colocaba el anillo, el cual parecía estar hecho a la medida perfecta de su pequeño dedo. 

Hinata miro asombrada el anillo. 

-Muchas gracias- le sonrió con ternura. 

Izo le revolvió los cabellos de manera tierna, esto hizo que Hinata recordara por un momento a su amado primo. Realmente desde que salio de Konoha su vida se volvió feliz, conoció la felicidad de una pareja y de grandes amistades, y al estar aquí conoció el cariño de un padre, junto con la sensación de que su amado primo aun estaba con ella; por supuesto que extrañaba a sus amigos, a su profesora y a su hermanita, pero ahora podía ver que lo mejor para ella fue alejarse del lugar que erróneamente llamaba hogar. No pudo evitarlo así que tomando una actitud un poco atrevida abrazo a Izo sintiendo en sus brazos la misma seguridad que en su momento Neji le hizo sentir, el de cabellos negros correspondió el abrazo, sintiendo el pequeño y frágil cuerpo que solo le provocaba el deseo de protegerla a toda costa. 

Y de esta forma, mientras Hinata entrenaba, Shirohige se encargaba de reunir a todos sus hijos que tenían sus tripulaciones aparte, quienes mostraban respeto y agradecimiento ante el hombre de bigote blanco. Cada hora era importante, no había tiempo para juegos ni nada de eso; salvarían a Ace costase lo que costase. Mientras más aliados reunían la vivre card del pecoso se hacia más pequeña, pero la esperanza se conservaba. Todos tenían en mente el claro objetivo, rescatar a su camarada y recordarle a la Marina porque Shirohige era todavía tan respetado. La de ojos perlados entrenaba hasta que sus rodillas temblaban del cansancio, o así era hasta que todos le dijeron que se dedicara a descansar, pues necesitaba reunir fuerzas para el gran ataque; era el momento ella lo sabia y más al ver como el enorme barco se cubría por completo con una especie de resina, la cual sirvió para que se sumergiera; A pesar de que sabia de la existencia de las sirenas y más humanos con diferentes características y que conociera que ese proceso se lo harían al Sunny, ella no dejaba de sorprenderse con todo lo nuevo que descubría; miraba la calma con la que los peces se movían, como si ignoraran la presencia del enorme barco; al estar sumergidos, llego un punto en donde se unieron otros dos barcos más pequeños pero que igual tenían forma de ballena solo que de color azul oscuro. Separados para conseguir más aliados, cosa que solo preocupaba más a Hinata pues la idea de una guerra, se hacia cada vez más presente. 

Ya no había vuelta atrás; el momento para la ejecución de Portgas D. Ace había llegado.





Destinos cruzados (Luffy x Hinata) (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora