Destinos cruzados (Luffy x Hinata) (EN EDICIÓN)

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Ambos sentian sus corazones latir con fuerza, el nerviosismo era notable en la pareja pues ambos sabían que la cita era para poder fortalecer la relación aunque también se sentían a gusto con la compañía del otro, sentados en el pasto sin importarles que el pasto les ensuciara los trajes, las miradas furtivas que se daban el uno al otro, elogiando el atractivo de su pareja, porque si ellos era una joven pareja que estaba experimentando el amor por primera vez, para Hinata, Luffy había sido su razón para seguir sosteniéndose en este mundo tan solitario y para Luffy la chica de ojos perlados había conseguido que conociera el amor, totalmente diferente a el cariño de sus Nakamas obvio. La brisa soplaba alborotando ligeramente sus cabellos, más servía para  brindarles frescura y es que para protegerla del Sol, el capitán había colocado su sombrero de paja en la cabeza de Hinata quitándole el que ella traía diciendo que el suyo la podía cubrir más , este hecho la dejo enternecida pues se sentía tan bien saber que alguien más se preocupaba por ti, la única vez que se había sentido así había sido por parte de su amado primo Neji, ahora después de unos días agonizantes por fin había dejado de martirizarse y todo gracias a Luffy. Jamás se hubieran imaginado que ambos encontrarían lo que más necesitaban en un mundo completamente desconocido para ellos; él era un pirata que no disfrutaba de asesinar ni de saquear y ella era una kunoichi que no le gustaba pelear, tan diferentes y tan iguales al mismo tiempo. Era como si todo lo negativo que vivieron, se hubiera quedado en el pasado y ahora la vida les estuviera dando una segunda oportunidad, pues a Luffy todo el dolor y el sentimiento de Soledad que vivio de niño quedaba olvidado gracias a la calidez que esta mujer desprendía.

-  Mmmm Hinata, cocinas delicioso- decía feliz el capitán de los Mugiwara.

Ella sonrió más que feliz porque su comida estuviera siendo elogiada.

-  M..muchas gracias, aunque hice cosas muy sencillas –

Para Luffy la comida de Hinata era más que deliciosa, lo sentía por Sanji pero esta chica tenía algo que hacía que sus papilas gustativas literalmente saltaran. Terminaron de comer entre algunos mimos y risas.

-   Ahhh, estuvo delicioso- dijo Luffy relamiéndose los labios. – Bueno ahora supongo que podemos caminar- dijo rascando su barbilla. 

- Ammm, yo t..tengo pensado amm un lugar- dijo muy sonrojada Hinata tomándolo de su chaleco azul.

El capitán sonrió y tomando la mochila para cargarla el, comenzó a caminar dejándose guiar por la chica de ojos perlados, ambos sonreían y miraban para el lado contrario; lentamente sus manos se fueron acercando, hasta que quedaron entrelazadas en una acción inocente y tierna de dos personas sintiendo el amor, ambos tenían sonrojos en su cara y pequeñas sonrisas de felicidad adornaban sus rostros.

Tomando un largo suspiro de valor, Hinata se adentró en la aldea sin soltar ni un momento a Luffy; el chico de goma recordó lo que Nami le había dicho hace unos días, respecto a la aldea y los rumores que podían salir.

- Hinata, si..si quieres podemos amm soltarnos- dijo algo triste, pero habían notado como los miraban “discretamente”.

La chica negó sonriéndole, apretando ligeramente más su mano.

-  No estoy haciendo nada malo, tan solo estoy paseando con mí, amm novio-  dijo totalmente sonrojada, casi le salía vapor por las orejas. – además, estoy orgullosa de que mi pareja sea el futuro Rey de los piratas-

Ese comentario hizo demasiado feliz a Luffy que con la frente en alto siguió caminando ignorando las miradas de los aldeanos.

-  Y yo estoy orgulloso de que mi novia sea la mujer más hermosa de todos los mares y de esta aldea-

Por primera vez, Hinata se lo creyó.

Llegaron a un bosque ubicado dentro de la aldea, ella estaba más que emocionada, lo guio con algo más de velocidad, llevándolo por la densa vegetación, que los olores frescos y naturales los invadieran; y Luffy de igual manera estaba nervioso y emocionado, veía la hermosa cabellera moverse debido al movimiento y al aire. De pronto Hinata detuvo su andar enfrente de un hermoso lago.

-  Woow- a Luffy ese lugar le parecía irreal, un sitio mágico y la chica que tenía a su lado lo hacía más especial.

- Luffy, aquí en este lugar, hay una leyenda- dijo acercándose a un árbol y agachándose.

El capitán se puso a su lado mirando como doblaba una hoja y le daba forma de grullita, se levantó y se colocó a Luffy en las manos y ella igual tenía una.

-  Se dice, que si pones una grulla hecha con estas hojas en el lago, y pides un deseo, este se cumplirá- dijo con un brillo en su mirada haciéndola ver angelical ante los ojos de Luffy.

Se acercaron al lago y agachándose, ambos soltaron sus grullitas viendo cómo se alejaban juntas, hasta perderse de su vista.

- Y  ¿hacia dónde van?- pregunto el capitán hipnotizado.

- Nadie lo sabe- dijo ella pegándose más a él. – esa, es la magia-

Ambos voltearon a verse directamente a los ojos, tomados de las manos con el cantico de las aves, se acercaron más, sintiendo la respiración del otro; aprovechando la privacidad, dejándose llevar por la magia del lugar. Luffy tomo con delicadeza el rostro de Hinata entre sus varoniles manos, se sentían embriagar por el aroma del contrario, y sin dejarse llevar por “el qué dirán” unieron sus labios en un tierno e inocente beso, movían los labios a un ritmo algo torpe debido a que era el primero y lo compartían con la persona que amaban, porque si, a pesar del tiempo ellos se aman.

¿Cómo era posible?

Nadie lo sabía, tan solo era el caprichoso mundo del amor.

- ¿Hinata?-

Ambos se separaron de golpe.

- ¿Na..Naruto?-