Saliendo adelante

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A Luí se le cayó el alma a los pies. Sus ojos eran blancos, según su amiga.

-¿Eso... es cierto?- le preguntó al doctor.

-Temo que si... y también temo decirle que usted... se ha quedado ciego. Nunca más podrá ver.

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Luí pasó un día en el hospital. Después de eso lo dejaron salir del edificio blanco en el que había estado tantas veces.

Ahora se encontraba agarrado al brazo de su mejor amigo, Gabe.

-Oye, Gabe.

-¿Si?- le preguntó mientras lo apartaba del camino, ya que iba a chocar con un poste.

-¿puedes describir... mis ojos?

-¿eh?- se detuvieron.

-Quiero saber que apariencia tienen ahora exactamente.

-Oh, bueno... el iris de tus ojos ya no es purpura, sino blanco y sin pupila. También en toda la superficie de tus ojos hay unas pequeñas cicatrices que supongo yo dejaron los trozos de cristal...

-Son horribles- lo interrumpió Luí con la mirada sombría.

-Luí... no son horribles...

-No quiero que nadie los vea- dijo el peli celeste mientras cerraba sus ojos con fuerza.

-Luí... CUIDADO!!!- unos niños que estaban jugando en el parque por el que caminaban los amigos lanzaron mal su pelota y esta se dirigía a la cabeza del ciego... pero este la regresó de un golpe.

-¿Pero que...?- el peli celeste estaba tan sorprendido como su amigo.

-¿Como supiste exactamente donde estaba la pelota para regresarla?- preguntó Gabe sorprendido.

-No... lo se. Solo fue un instinto... pero... pude sentir una pequeña corriente de aire y también pude escuchar cuando golpearon la pelota...

-Ven conmigo- le dijo Gabe arrastrándolo de vuelta para llevarlo al salón de entrenamiento.

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Había pasado una semana desde lo que le pasó a Luí. Shuna no lo había visto en todo ese tiempo.

Se dirigió hacia la sala de entrenamiento... y encontró a Lui... peleando con su escuadrón.

-Mejoraste mucho, Lui- le dijo al peli celeste el mismo emo que había visto una vez en el salón de los caídos. Jin.

-Eres muy bueno ahora- le dijo un chico de cabello rubio con una mecha roja y ojos negros.

-Felicidades- le dijo Gabe con una sonrisa.

-LUI...- gritó la albina llamando la atención -estabas... peleando. ¿Como lo...?- no pudo terminar porque su amigo se le acercó emocionado.

-Shuna. Gabe y mi escuadrón me ayudaron y... puedo pelear. Desarrollé una manera de pelear que solo yo puedo usar y...

-Quieres mostrarme- le dijo Shuna cruzándose de brazos con una sonrisa orgullosa.

-No me digas acabas de cruzarte de brazos y sonreiste- le dijo Lui. La albina se sorprendió.

-¿como lo supiste?

- Ven. Caminamos un rato y platicamos- la tomó de la mano y salieron al jardín.

-Lui... no tan rápido. Te vas a tropezar.

Justo en ese momento Lui salto una roca.

-Tranquila. Mi escuadrón me estuvo ayudando. Ahora mis sentidos son más agudos... hablando de eso... huele a comida.

-¿En serio? Yo no huelo nada.

Lui la guió sin ayuda y llegaron a un puesto de pan.

-Esta delicioso- dijo la albina mientras le daba una mordida al suyo.

-Si...- respondió su amigo que también estaba comiendo.

-Bueno... luí, ¿que técnica aprendiste?

-Te explicaré. Desarrollé una forma de ver- la albina se sorprendió -pero para usarla necesito los ojos abiertos.

-Pero eso... no tiene sentido.

-Mira. Para usarla debo cargarme de energía. Esa energía se almacena en todo mi cuerpo para que pueda usarla. Abro mis ojos para darme un punto fijo donde aparecerán las imágenes. Solo basta con que haga un pequeño ruido, ya que la energía que acumulé incrementa la misma energía del sonido y se crea una onda sonora que, al rebotar y regresar hacia mis oídos, me permite una vista de 360°.

-Vaya...

-Te lo mostrare peleando con... Hinata. HINATA OYE!!!- grito el peli celeste ya que la peli morada se encontraba caminando.

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-¿Listo, Lui?- le preguntó Hinata a Lui, poniéndose en guardia con su báculo en manos.

-Siempre- respondió este con su propia arma listo para atacar. Su cabello comenzaba a elevarse como fuego.

-COMIENCEN!!!- la batalla empezó con un grito de la Kurenai.

Hinata corrió hacia el chico para asestarle un golpe con su arma, pero este lo esquivo. Aprovechó que Hinata estaba inclinada para darle un codazo en la espalda y hacerla tambalear.

El cabello de Lui crecía cada vez más.

La peli morada contra atacó con su báculo pero fue Esquivada de nuevo. Lui usó su bufanda como lazó y atrapó a Hinata para atraerla a el. Le dio un puñetazo en la mejilla. La atacada retrocedió.

-AHORA!!!- el cabello de Lui parecía fuego. Abrió los ojos. Desprendían un brillo celeste y blanco. Dió un pisotón y una onda que salía de forma circular al exterior se extendió por el suelo. Al tocar a Hinata rebotó y regreso a los oidos de Lui.

-¿que hizo?

-Hinata... puedo verte.

-¿QUE?- el chico corrió hacia ella y saltó. Dió un montón de vueltas en el aire y se rodeo con su arma. De último momento la usó para dar un golpe en el vientre de la chica, dejando una herida no muy profunda con uno de los pinchos.

-Gana... Lui- dijo la albina muy sorprendida.

Se escucharon aplausos.

Eran los del escuadrón supremo y el general.

-Gran espectáculo. Parece que aprovecho su ceguera para aprender un nuevo modo de pelea.

-Si... así es señor- había cerrado sus ojos en cuanto escuchó que alguien se acercaba. Aún con el poder que le brindaban, el pensaba que eran horrorosos.

-Muchas felicidades- le dijo el hombre más grande mientras posaba su mano en la cabeza de Lui, en forma alentadora.

-Gracias- respondió el chico peli celeste mientras sonreía.

Los Gemelos Kurenai: mi ultimo deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora