¿que pasaría si los beys no fueran trompos? ¿que pasaría si fueran espíritus sellados dentro de collares que pueden usarse para pelear?... ¿que pasaría si el mundo beyblade estuviera en guerra? ¿que pasaría si el equipo beygoma no fuera un equipo de...
El salón blanco. Otra vez ese lugar. Los murmullos de la gente estaban más que presentes. El escuadrón supremo en mayoría se encontraba arrodillado ante una fotografía. ¿Por que en mayoría?
Los albinos no estaban presentes.
La foto frente a la que se encontraban mostraba a un chico albino de orbes rojos.
El escuadrón solo mostraba una cara de trauma ante la fotografía. La ultima vez que la habían visto no fue en su cadáver, sino antes de quedar inconscientes.
No lo vieron en el cadáver ¿por que? Simple. No había rostro que ver. Ni cabello ni ojos ni nada de su cabeza. Esta había sido cortada con una espada. Un corte perfecto.
En cuanto a la albina... desapareció cual fantasma... al igual que la cabeza de su gemelo.
Shuna era su amiga... y estaba clasificada como desaparecida. Se le hacia bastante triste.
Luí sacudió la cabeza. Una imagen llegó a su mente de la nada. El cuerpo de Shu. Era obvio que lo habían torturado antes de quitarle la vida. No encontraba otra explicación a encontrar su cuerpo sin brazo derecho y con un par de cuchillos de guerra clavados en ambas clavículas... además de que su cabeza había sido removida de un tajo.
Además de que todos los bey que antes poseía le habían sido arrebatados.
No lo pensó. Tomo todas sus cosas y las guardo en una bolsa. Cuchillos, bombas de humo y ropa para el viaje.
El general se encontraba sentado en su silla. Habían pasado tres días desde que Luí Shirosagi le había pedido permiso de ir a buscar a la señorita Kurenai. Se lo concedió.
Últimamente, en esos tres días, habían llegado bastantes reportes de avistamientos en pueblos afectados por los oscuros. Avistamientos de su salvador. Afirmaban que era una chica albina de orbes rojos, que mataba a sangre fría a cualquier oscuro que veía. Su ropa consistía en una gabardina blanca con arreglos rojos y dorados, además de un guante de brazo completo en la extremidad derecha y unos pantalones negros, las ultimas dos prendas con decorados rojos.
Pero lo más intrigante era lo que llevaba en sus manos. Decían que la chica llevaba un bulto extraño en sus manos.
El sabia que esa albina de orbes rojos era Shuna, pero... ¿Por qué actuaba así?
Cinco días desde su partida, y al fin Luí estaba cerca de su objetivo. Había encontrado a un grupo de oscuros, que sin duda serían los próximos en morir en manos de "la diablo de sangre".
Tenia razón. En cuanto comenzaron a atacar el pueblito que se encontraba a sus pies, una chica albina se presentó.
Blood Eye
Así se había presentado. No tardó en matar a todos con uno de sus abanicos ¿por qué uno? Porque su otra mano estaba ocupada cargando un bultito extraño.
-Eres un pésimo espía- dijo la albina mientras le lanzaba un cuchillo al peli celeste. Este lo repelió con su bufanda personalizada.
-Debes parar, Shuna.
La albina sonrió sadicamente. Seguía de espaldas. Una risa macabra salió de su boca.
-Shuna Kurenai... esta muerta- eso sorprendió mucho a Luí -murió junto a Shu Kurenai- comenzó a darse vuelta muy lentamente -Mi nombre... es Blood Eye... y soy una pesadilla andante.
Luí cayó del árbol por la impresión.
El bulto que cargaba era nada más y nada menos que la sonriente cabeza del gemelo de la albina. Los ojos de este estaban vacíos y sin vida, pero su sonrisa mostraba seguridad y transmitía un mensaje: no te preocupes.
-Te haz... vuelto loca.
La albina río burlona.
-Te lo explicaré. Yo soy una segunda personalidad. Tanto tu amiga como su gemelo padecían de algo llamado "trastorno de doble personalidad". La doble personalidad del chico Kurenai... era mi amado gemelo Red Eye. Murió sin remedio junto a Shu Kurenai, y todo por culpa de ese estúpido general. He estado al acecho para aprovechar el momento perfecto para posesionar la mente de la Kurenai... y el momento de la muerte de su gemelo fue perfecto, ya que su mente estaba totalmente quebrada. Sin embargo, mi hermano también murió, así que estoy esperando el momento indicado para deshacerme de ese general de pacotilla. Ese que dijo que por cualquier incidente, se haría responsable. Bien. La muerte de mi gemelo es su responsabilidad- finalizo con una sonrisa psicópata en el rostro.
-En ese caso...- Luí sacó varios cuchillos de guerra y se puso en posición- tendré que vencerte... para recuperar a mi amiga.
-Hm- la albina imitó la acción del peli celeste, pero solo con una mano - eso... ya lo veremos.
