El olor metálico se cuela por mi nariz, pero ahora mismo es lo que menos me importa, he aparcado en el estacionamiento del primer hospital que he encontrado, Gabriela sigue sin despertar, me bajo rápido del auto para tomar a la chica entre mis brazos, es liviana pero después de tanta golpiza todo me parece pesado, entro a la urgencia del hospital, hay mucha gente y el ambiente es caótico, solo espero que nos atiendan luego.
Un enfermero que va pasando por los pasillos me ve entrando con Gabi en brazos, a pesar de parecer bastante ocupado se detiene.
-¿Qué ha pasado?
-Una pelea, se ha golpeada en la cabeza, ayúdela, por favor - le suplico, con la poca voz que me queda.
El chico asiente y va por una silla de ruedas que hay cerca, coloco a Gabi sobre el aparato, el enfermero se agacha para revisarle sus signos vitales y por su rostro creo que por lo menos no es algo tan grave, eso espero.
-Iré por un médico -dice mientras se me queda mirando de pies a cabeza- y por la policía, ¿con quién han peleado?
-Tuvimos una discusión con un chico y cuando se enteró que nos habíamos besado la empujo.
-¿Cuántos años tenéis?
-Dieciséis-respondo- ella y yo.
-¿y cuántos años tiene el?
-dieciocho.
El tipo ladea la cabeza y se interpone en mi camino, me observa el rostro y pasa una de sus manos por mi labio superior, hago una mueca de dolor. Arruga la nariz y próximamente toma la silla para llevársela, instintivamente doy un paso hacia adelante, no quiero separarme de ella ahora, quiero estar ahí cuando despierte. Miro suplicante al enfermero para que me permita ir con ella, pero el solo me toma del hombro.
-Estará bien -me asegura- llama a tus familiares y a los de ella, es necesario, confía en mí, ¿sí?
Ahora mismo no puedo confiar en nadie, pero no me queda otra opción más que aceptar que se la lleve. Los dejo finalmente alejarse por los pasillos, yo me quedo ahí viéndolos perderse. Quedo sentado en una banca, sin saber qué hacer, esto se me ha salido de las manos, ella salió lastimada y yo tengo cierta culpa en ello. El cuerpo entero me duele por las golpizas que me dio ese bastardo, pero no es ni comparado con el sentimiento de rabia y culpa que me invaden.
Me decido finalmente en empezar a mandar mensajes, mis dedos escriben por inercia todo lo que ha pasado, el primero en enterarse es Tresh, le cuento lo que paso y donde estamos, luego a mi madre que me devuelve mil llamadas, pero no soy capaz de responderle ninguna, de hecho, apago el teléfono para dejar de recibir cuestionamiento que de igual modo tendré que responder.
Pasan veinte minutos en los que no pasa nada, el enfermero no vuelve a salir, los primeros en llegar son mis padres, mi mama a penas me ve queda horrorizada. Corre a abrazarme mientras derrama un par de lágrimas en mi hombro, ambos se sientan a cada lado de mi cuerpo, mi padre me observa atentamente sin decir ninguna palabra.
-Dan, hijo, pero ¿Qué paso? -dice mi madre mientras saca un pañuelo y comienza a limpiarme la sangre seca que tengo pegada en la mandíbula y en la frente.
No tengo ganas de hablar ahora, pero si me quedo callado mi madre no dejara de hablar.
Es difícil explicar todo desde el principio.
-Alan me golpeo porque bese a Gabi - digo, mientras observo la expresión de mis padres, nada, solo están atentos a lo que digo- se enojó mucho y la empujo, se hizo daño en la cabeza y no despierta.
Mi madre se lleva la mano a la boca sorprendida por lo ultime que he dicho, eso solo hace que me tense y me preocupe aún más. Mi padre por el contrario pasa sus brazos por mis hombros y siento realmente un apoyo y que me han creído.
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Un beso para Gabriela
Teen FictionDániel tiene tres cosas muy claras a sus dieciseis años. 1. Sasha es el amor de su vida. 2.Hay mucha diferencia entre Dániel y Daniel. 3.Gabriela es su amiga y jamás se va a enamorar de ella, jamás. #1 Caballos 24/07/2018