-Ábreme la puerta-le ordeno.
La chica no lo hace, sigue de rodillas en el baño vomitando. Me empiezo a desesperar, está vomitando demasiado ni siquiera puede decir palabra alguna porque el vómito lo impide, temo que se ahogue por esto y entro en pánico. Empujo la puerta para desaflojar el seguro, pero no lo logro.
-Vete-me dice Gabriela jadeante- déjame sola.
-No te voy a dejar sola -empujo nuevamente la puerta, pero no se abre- Ábreme Gabriela o juro que voy a tumbar la maldita puerta.
No me responde, pero la escucho levantarse y jalar la cadena del baño. El seguro por fin se abre, ella sale pasando por al lado de mi cuerpo, tiene el rostro sudado y pálido, se acerca al lavadero para limpiar sus manos, observo como sus extremidades tiritan.
Me acerco para tomarla de los hombros y ayudarla, pero ella se corre.
- Estoy bien, déjame sola.
Claro no que está bien, acaba de vomitar toda la cena, esta pálida y débil, no me importa hablar sobre nosotros solo acompañarla y asegurarme de que se encuentra bien. Hace menos de diez minutos estaba en perfectas condiciones y ahora es todo lo contrario.
-Que no me oyes, vete.
Ella termina de lavarse y secarse sus manos, se da la vuelta para salir como si nada del baño, pero antes que lo haga me interpongo en su camino. Ella suspira, parece perder la paciencia.
-Te voy a llevar a un hospital-tomo su muñeca-ya sea a rastras.
Hace zumbar su brazo para liberarse de mí y lo consigue.
-¿Quién te crees que eres?, tu no me mandas, ahora déjame salir.
Ella trata de pasar, pero nuevamente se lo impido. Me da golpes con sus puños en mi pecho, pero es débil y no me hacen mayor daño.
-Está bien-termino diciendo- si no va a ir conmigo, les diré a tus padres que te lleven.
Me doy vuelta decidido a contar todo lo que paso en el baño, pero entonces ella me detiene con sus dos brazos. Me doy vuelta, sus ojos están cristalizados y todo su cuerpo tiembla. Me mira suplicante, parece tan frágil que me entran ganas de abrazarla hasta que deje de temblar.
-No lo hagas, por favor-me suplica y una lagrima le recorre la mejilla.
-Entonces vamos a un hospital.
Ella niega con la cabeza, cierra los ojos para no reventar en llanto.
Mi corazón me duele cuando la veo así. Tomo su mano y noto lo helada que esta.
-Ven conmigo y no les diré nada ¿sí?, pero olvida que te voy a dejar sola.
-Solo llévame a mi casa, necesito tomarme mis pastillas y descansar, pero no le digas a nadie, ni a Tresh, por favor.
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Un beso para Gabriela
Roman pour AdolescentsDániel tiene tres cosas muy claras a sus dieciseis años. 1. Sasha es el amor de su vida. 2.Hay mucha diferencia entre Dániel y Daniel. 3.Gabriela es su amiga y jamás se va a enamorar de ella, jamás. #1 Caballos 24/07/2018