Dániel tiene tres cosas muy claras a sus dieciseis años.
1. Sasha es el amor de su vida.
2.Hay mucha diferencia entre Dániel y Daniel.
3.Gabriela es su amiga y jamás se va a enamorar de ella, jamás.
#1 Caballos 24/07/2018
Trato de grabarme aquellas palabras en mi cerebro, pero no puedo memorizar algo que no entiendo. Los bencenos invaden la hoja del cuaderno y yo y Ren solo hemos podido identificar apenas dos configuraciones.
La biblioteca está vacía, solo yo, Ren y los dos amigos de Tresh, este es nuestro castigo, pasar las horas de recreo en a bibliotea resolviendo ejercicios de química. Ren no está en el castigo, pero ha querido acompañarme de todos modos.
Por suerte es viernes y solo quedan algunos minutos para terminar la jornada, cuando acabe todo esto creo que tirare todo lo que tenga que ver con química.
—¿Cuándo tienes que entregar esto?, sabes que tengo toda la voluntad de ayudarte, pero no soy Walter White.
—El lunes —suspiro— y es coeficiente dos.
Mi amigo revisa la hora de su reloj de pulsera y comienza a guardar sus cosas.
—Ya termino esta prisión. Eres libre.
—Aun soy prisionero de los bencenos.
Hago lo mismo que mi amigo, guardo el portafolio y los lápices en mi bolso.
—Creo que ya sabes dónde deberías ir.
El conejo siempre era la mejor de la clase, Ren puede decir que gracias a su ayuda ha pasado varias materias, es de esas personas que podían resumir en quince minutos un mes entero de clases. Que será de nosotros ahora.
—No quiero molestarla con mis problemas, ya tiene suficiente con los suyos.
—No le cuesta nada, además, mira.
Ren muestra la pantalla de su teléfono, específicamente su mensajería con un mensaje de Tresh.
"Fiesta de despedida en mi casa, hoy"
Se me escapa una risita, este chico es capaz de transformar una tragedia en festejo.
—Nos vamos un poco antes y así aprovechas de terminar con eso.
No estoy seguro, se supone que estoy castigado y no tengo permiso salir a ninguna parte mientras mis padres están fuera de casa, además no se han enterado de mi pelea y si lo saben, creo que tendré castigo perpetuo.
—No lo sé Ren, no quiero traicionar la confianza de mis padres.
—Por favor, ¿Enserio?, ellos están muy lejos, no tiene por qué enterarse que vas a salir. No seas así. Además, vas a estudiar.
Lo miro de reojo mientras abandonamos la biblioteca.
—No vamos a estudiar.
—Si vas a estudiar, solo que de paso te encontraras con una fiesta.
